Cultivos de ciclo corto
Es muy razonable plantearse a qué viene esto de ciclo de cultivo largo o corto. ¿Qué es? ¿Para qué? Pues bien, clasificar los diferentes tipos de cultivos en uno de estos dos grupos —o incluso algún grupo más—, solo responde a una cuestión práctica.
Vamos a comenzar por el principio, entendiendo el significado de esos dos conceptos.
Significado de ciclo corto/largo
Para entender estos dos conceptos, no es necesario ser un agrónomo experto. Veamos que quieren decir.
Ciclo de cultivo
Cuando se cultivan plantas para obtener sus recursos —ya sea alimento, material textil, principios activos, etc— los agricultores se ven obligados a seguir una serie de etapas desde que siembran la planta hasta que pueden cosechar el recurso que esta produce. Pues bien, ese periodo de tiempo, desde que la planta nace hasta que entrega lo que de ella se desea, es el ciclo de cultivo.
Si dicha planta muere al terminar la cosecha, habrá que comenzar un nuevo ciclo si se quiere obtener otra cosecha. A veces no muere pero una segunda cosecha sería de mucha peor calidad, por lo que el agricultor elimina las plantas y comienza de nuevo. En cambio, algunos cultivos no mueren tras la recolección, y al año siguiente producen una nueva cosecha de calidad sin necesidad de que haya que volver a sembrarlos.
Ejemplo: El ciclo de cultivo de una lechuga suele ser de 50 a 60 días. Es decir, desde que se siembran sus semillas hasta que el tamaño de la planta es adecuado para cosechar, transcurre ese tiempo. Si se quiere cosechar una nueva lechuga, habrá necesariamente que sembrarla de nuevo.
Duración del ciclo de cultivo
Aclarado ya el concepto de ciclo de cultivo, vamos a ver ahora su duración.
Atendiendo a su duración, se suele hablar de ciclo de cultivo corto o largo, entre otros que no comentaremos aquí. Se considera que si el ciclo dura un año o menos, se trata de un ciclo corto, mientras que si dura más de un año, se trata de un ciclo largo. Además, para que sea considerado corto, la planta no puede dar una nueva cosecha al año siguiente, sino que siempre es necesario comenzar de nuevo con la siembra o trasplante.
Atendiendo a la definición anterior, la mayoría de los cultivos son en realidad de ciclo corto a excepción de los pastos, los frutales, y algunas hortalizas, entre otros. Es por esto que a veces se habla de ciclo corto cuando la cosecha se produce poco después de iniciado el cultivo, como en el caso de la lechuga, mientras que se habla de ciclo largo cuando desde la plantación hasta la recolección pasan muchos meses, pero en realidad no es así.
Por si la confusión no fuera ya suficiente, suelen emplearse también los términos de ciclo corto y largo para distinguir distintos tiempos de cosecha de diferentes variedades o cultivares dentro de una misma especie, según su precocidad dependiendo del momento del año en el que se debe sembrar o plantar. Así se pueden encontrar referencias a por ejemplo brócoli cultivado en ciclo corto, medio o largo, o patatas de ciclo corto, medio o largo, es decir, unas variedades necesitan más tiempo que otras para llegar a la cosecha, y por tanto deben cultivarse en ciclo más largo, aunque no dejen de ser de ciclo corto, es decir, que de inicio a fin del cultivo no pasa más de un año.
En el caso de las hortalizas, la temporada de cultivo al aire libre suele ir de primavera a mediados de otoño: unos 7-8 meses aproximadamente, aunque depende del clima de cada región. Menos de un año en cualquier caso.
En el anterior ejemplo de la lechuga, se trataría de un ciclo corto, puesto que solo dura un mes, y se pueden realizar cultivos consecutivos en una misma temporada, siendo siempre necesario comenzar desde el principio. Esto no se puede hacer con la berenjena, que solo cabe un cultivo (un lote) por temporada en una misma parcela, porque necesita mucho tiempo para desarrollarse y fructificar. El tomate, pimiento, berenjena, etc. al aire libre deben cultivarse en un periodo de tiempo amplio, aunque en realidad son cultivos de ciclo corto porque normalmente "duran" menos de un año.
Mediante el uso de invernaderos, es muy frecuente que una misma planta se pueda cultivar en ciclo "corto o largo", en función de las preferencias del agricultor. Por ejemplo, el tomate de crecimiento indeterminado puede mantenerse en producción durante más de un año e igualmente el pimiento, aunque es frecuente que necesiten una poda drástica, y además la producción se ve bastante mermada al segundo año.
Cultivos de ciclo corto
Si se tiene un poco de experiencia en agricultura, se puede intuir fácilmente qué cultivos son de ciclo corto y cuáles no.
La mayoría de los cultivos hortícolas (hortalizas) son de ciclo corto, a excepción del espárrago, la alcachofa, la fresa, etc. que producen el "fruto" al menos un año después de la siembra, y que pueden producir nuevas cosechas en años consecutivos.
Hay que tener en cuenta que esto no quiere decir que si se quiere tener fresas en el huerto haya que esperar un año. Se pueden comprar las plantas en un vivero, de forma que ya están "adelantadas" y listas para producir fresas esa temporada. Lo mismo ocurre con los espárragos, que si se inicia el cultivo desde semilla, es necesario esperar un par de años antes de que las plantas produzcan los primeros brotes de buena calidad.
Se trata de plantar los cultivos de ciclo largo en el momento oportuno para que la cosecha se produzca en unos pocos meses, y entonces se estarán cultivando como si fueran de ciclo corto.
Veamos algunos cultivos de ciclo corto.
Además de estas hortalizas, se consideran también de ciclo corto los cereales, las oleaginosas y otros cultivos para aprovechamiento textil, como el algodón.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.