Cómo cultivar judías o alubias
Beneficios de cultivar judías
La judía es una de las hortalizas que no pueden faltar en cualquier buen huerto. Son muchos son los beneficios que aporta, no solo como alimento, si no también para el propio huerto. Veamos algunos de ellos.
☛ Alimento muy nutritivo, rico en fibra, vitaminas, minerales y proteínas, con el que se pueden elaborar platos como las judías verdes con patatas y huevos, una delicia.
☛ Fácil conservación durante varios meses en el congelador.
☛ Plantas muy productivas. Con solo unas pocas plantas se pueden cosechar judías para abastecer a un par de personas durante todo el año.
☛ Cultivo muy fácil, de los que más.
☛ Plantas fijadoras de nitrógeno, por lo que enriquecen el suelo en el que se siembran.
Características básicas
La judia es una planta herbácea anual perteneciente a la familia Fabaceae (leguminosas) y al género Phaseolus.
Su nombre científico es Phaseolus vulgaris L. y procede del continente americano, en concreto de centro y sudamérica.
Además del nombre "judía", recibe otros en diferentes países de lengua hispana: poroto, frijol, habichuela, alubia, caraota son todos nombres que hacen referencia a la misma planta, aunque en algunos casos se hacen distinciones según se hable de la vaina o del grano. Por ejemplo, en España se suele hablar de judías o judías verdes, cuando se quiere hacer referencia a la planta o a las vainas tiernas de esta. En cambio, si se habla de alubias, se suele entender por los granos secos.
✪ Hojas
Como se puede apreciar en la foto de más arriba, las hojas de la judía se encuentran dividas en tres foliolos con forma de punta de lanza o de peonza. Uno de ellos se inserta en el final del peciolo y los otros dos un poco más atrás, de forma perpendicular al peciolo y opuestos entre ellos.
✪ Flores
Las flores de la judía se encuentran agrupadas en racimos, que nacen de la axila de las hojas o en el extremo del algunos tallos.
Pueden ser de color blanco, rosado, violáceo o una mezcla de ellos.
Se trata de flores hermafroditas, es decir, que poseen tanto los órganos sexuales masculinos como los femeninos.
✪ Frutos
Son vainas aplanadas o cilíndricas que pueden tener diferentes tamaños y colores, siendo el más frecuente el verde, y en cuyo interior se encuentran las semillas (los granos llamados alubias). Se pueden consumir tanto las vainas tiernas como las semillas maduras.
Es importante saber que las vainas contienen ciertas sustancias tóxicas que desaparecen cuando se cocinan.
Las semillas, maduras y bien conservadas, mantienen el poder de germinación durante unos 3 años. Si se congelan y luego se siembran unos meses más tarde, también germinan aunque es incierto cuánto tiempo pueden conservar el poder germinativo en bajo esas condiciones.
✪ Raíces
El eje central de la raíz profundiza poco en el suelo y sus ramificaciones son superficiales.
A medida que la planta se desarrolla, se van formando en sus raíces unos nódulos que contienen bacterias fijadoras de nitrógeno. Esta simbiosis con las bacterias fijadoras permite a la judía captar nitrógeno de la atmósfera y asimilarlo a través de las raíces. Cuando la planta muere, los nódulos ricos es nitrógeno que quedaron bajo tierra, contribuirán a mejorar la fertilidad del suelo. Si se entierran los restos de la planta (follaje) el efecto es aún mejor.
✪ Según el porte
✦ Judías de porte bajo o mata baja: hasta unos 40-50 cm de altura. Son de producción más precoz pero menos productivas. No necesitan tutores.
✦ Judías de porte alto o de enrame: pueden alcanzar más de 2 metros de altura. Son más tardías pero mucho más productivas. Necesitan tutores para trepar por ellos.
✪ Variedades
Hoy en día se puede encontrar un montón de variedades a través de internet, pudiendo recibir las semillas en casa casi de un día para otro.
Algunas variedades de judía de porte bajo y vainas planas.
Nombre | Color vaina | Longitud vaina (cm) | Tamaño semilla (mm) | Precocidad | Resistente frío/calor |
Amarilla Capitano | Amarillo | ± 16 | - | Media | Media/Media |
Blason (grano seco) | Blanco y rosado | - | - | 90 -120 días | Media/Media |
Garrafal rabona | Verde | ± 55 | ± 17 | - | - |
Nassau | Verde claro | ± 19 | ± 17 | 45-55 días | - |
Roma II | Verde medio | ± 15 | ± 17 | Media | - |
Variedades de judía de porte bajo y vainas cilíndricas.
Nombre | Color vaina | Longitud vaina (cm) | Tamaño semilla (mm) | Precocidad | Resistente frío/calor |
Amethyst | Purpura | ± 15 | - | Medio precoz | Media/Mucha |
Superba | Verde medio | < 20 | Pequeño | 60 días | Media/Mucha |
Voltage | Amarilla | ± 15 | - | 60 días | Mucha/Mucha |
Contender | Verde medio | ± 17 | ± 10 | 52 días | Mucha/Media |
Riñón (para grano seco) | Amarillo | ± 15 | - | Media | Mucha/Media |
Parker | Verde | ± 17 | - | 55 días | Mucha/Media |
Slenderette | Verde oscuro | ± 18 | - | 55 días | Media/Media |
Porte alto o enrame y vainas planas.
Nombre | Color vaina | Longitud vaina (cm) | Tamaño semilla (mm) | Precocidad | Resistente frío/calor |
Bacle (Iluro) | Verde claro | ± 21 | - | 90 días | Media/Media |
Buenos Aires verde | Verde medio | ± 17 | 22 | 90 días | Media/Media |
Buenos Aires roja | Manchas rojas | ± 18 | 25 | 90 días | Media/Media |
Garrafó (para grano) | Verde | - | - | 90 días | Media/Media |
Garrafal Oro | Verde | 19 | 16 | 60-90 días | - |
Golden Gate | Amarillo | ± 21 | - | 60-90 días | - |
Helda | Verde medio | ± 21 | - | 70 días | Mucha/Mucha |
Limka | Verde | ± 21 | - | 90 días | Media/Media |
Parma | Verde claro | ± 24 | - | Precoz | - |
Perolar | Verde | 21 | - | 60-75 días | - |
Vitalis | Verde oscuro | 20 | - | 60 días | - |
Porte alto o enrame y vainas cilíndricas.
Nombre | Color vaina | Longitud vaina (cm) | Tamaño semilla (mm) | Precocidad | Resistente frío/calor |
Abundancia | Verde | ± 17 | 11 | 90 días | Media/Media |
Cobra | Verde | ± 20 | 11 | 60 días | - |
Existen muchas más variedades, pero las de tablas anteriores se pueden encontrar a la venta a través de internet.
Requerimientos edafoclimáticos
Se trata de una planta sensible al frío que prefiere climas suaves y húmedos, en los que ofrece los mejores rendimientos. Tampoco se desarrolla bien en climas muy calurosos y secos durante los meses de verano.
✪ Temperatura
Para la germinación es necesario que la temperatura del suelo sea superior a 10°C. Entre 10 y 15°C la nascencia suele producirse en 8 - 10 días.
El crecimiento de la planta es máximo entre 18 y 30°C. Sin embargo, durante la floración y fructificación, prefiere temperaturas de entre 15 y 25°C, de lo contrario se produce aborto floral y deformaciones en frutos.
Por debajo de 8°C detiene su crecimiento.
✪ Humedad
Una humedad ambiental alta le viene bien, mientras que un exceso de humedad en el suelo perjudica su desarrollo, manifestando síntomas de clorosis (hojas amarillentas).
✪ Suelos
Los prefiere sueltos, ligeramente ácidos y ricos en potasio.
Aborrece los suelos salinos siendo muy sensible a la salinidad, y en menor medida los arcillosos y los calizos.
Asociaciones y rotaciones
No conviene sembrarlas después de otras leguminosas como las habas o los guisantes y, por supuesto, no repetir el cultivo de judías en el mismo lugar.
Es conveniente cultivarlas después de hortalizas exigentes en nutrientes como las solanáceas (tomate, berenjena, pimiento) o las cucurbitáceas, de esta forma contribuirán recuperar la fertilidad del suelo. Dicho esto, hay que puntualizar que es conveniente añadir un poco de abono rico en nitrógeno al inicio del cultivo, cuando los nódulos fijadores de nitrógeno aún no se han desarrollado.
No es favorable la asociación con las liliáceas (ajo, cebolla, puerro, etc.), ni con otras leguminosas.
Manejo del cultivo
La judía no es un cultivo muy exigente en cuanto a cuidados, y suele desarrollarse sin problemas en la mayoría de las situaciones.
No obstante, hay que realizar los trabajos convenientemente y a su tiempo, sabiendo lo que se hace.
✪ Preparación del terreno
Si está compactado o no es suficientemente fértil, habrá que labrarlo para mejorar la estructura, airearlo y abonarlo. Es conveniente hacerlo durante el otoño o el invierno, en todo caso unos meses antes de la siembra, especialmente si se va a incorporar estiércol o compost poco maduros.
En el caso de que se vayan a cultivar en un bancal (que no se pisa), y si no se va a aplicar abono de fondo, no es necesario trabajar la tierra. Eso sí, será conveniente acolchar el bancal durante el invierno para que la lluvia no compacte la tierra.
Si se va a regar mediante inundación, habrá que hacer caballones y sembrar las judías en un surco en lo alto de estos.
✪ Abonado
Como ya se ha comentado anteriormente, es importante que la judía disponga de nitrógeno asimilable al inicio del cultivo y hasta que la planta desarrolle nódulos fijadores y pueda obtenerlo de la atmósfera. Por tanto, se puede añadir estiércol o compost maduros antes de la siembra, o si no están bien descompuestos, unos meses antes.
La aplicación de purines también puede ser una buena fuente de nitrógeno, y en caso de que el suelo tenga mucha materia orgánica pero esté sin mineralizar (no asimilable), se puede añadir cenizas de madera, que favorecen dicho proceso.
El potasio es otro nutriente muy demandado por esta planta y que se puede aportar, de forma sencilla y ecológica, añadiendo a la tierra cenizas de madera como abono. Hay que tener cuidado con la cantidad aportada, porque un exceso podría tener consecuencias indeseadas.
✪ Siembra
Se suele hacer a golpes, depositando entre 2 y 4 semillas por golpe. Aunque menos frecuente, también se pueden realizar semilleros en bandejas de alvéolos, para luego trasplantar las judías ya con cepellón. El trasplante a raíz desnuda da muy malos resultados, así hay que evitarlo.
La época de siembra dependerá de las condiciones de cada lugar. Se debe esperar a que pasen las heladas tardías y a que el suelo se caliente un poco, sembrando con tempero y cuando se vea que no se avecinan lluvias intensas y prolongadas, que podrían provocar la pudrición de las semillas.
✪ Riego
La judía es un cultivo que requiere una humedad constante en el suelo, especialmente desde un poco antes de la floración, a partir de la cuarta semana.
Por tanto, en climas en los que las lluvias no sean frecuentes, o los suelos se sequen con facilidad, el riego es indispensable. En zonas húmedas, especialmente si se siembran en depresiones del terreno o en el fondo de los valles, el riego no suele ser necesario.
El exceso de humedad le resulta muy perjudicial, produciendo el clorosis de las plantas (las hojas se ponen amarillas).
✪ Control de adventicias
Es importante controlar el desarrollo de las hierbas espontáneas que, a buen seguro, nacerán con fuerza antes de que las judías comiencen a asomar.
Antes de sembrar se pueden realizar un par de falsas siembras, preparando y regando el terreno como si se hubiera sembrado. Las adventicias nacerán rápidamente, pudiendo eliminarlas con facilidad quemando paja encima o escardando un día soleado. Tras la segunda falsa siembra, no conviene volver a remover el suelo, para no dejar expuestas nuevas semillas que volverían a nacer.
Una vez que las judías comienzan a nacer (antes no porque se podrían dañar) habrá que realizar una labor de bina o escarda para romper la costra que se haya podido formar en el suelo y, de paso, eliminar las hierbas competidoras que hayan tomado la delantera.
Conviene emplear una herramienta que profundice poco, como por ejemplo un escardador manual. De lo contrario se volverían a llevar semillas desde capas más profundas del suelo hacia la superficie, dónde podrían germinar.
Una vez que las judías desarrollan suficiente masa foliar para cubrir el suelo, el problema de las plantas competidoras pasa a un segundo plano, aunque si se desea se puede realizar un acolchado orgánico una vez que las plantas de judía alcancen unos 20 cm de altura, tratando de dejar un espacio sin cubrir cerca del tallo.
✪ Entutorado
En el caso de las judías de mata alta o enrame, habrá que instalar algún tipo de estructura tutora que permita el guiado vertical de la planta.
Tradicionalmente, se solían clavar palos o cañas en el suelo, de al menos 2 metros de altura, y cerca de varias plantas de judía. Una vez que las judías comenzaban a emitir los zarcillos, se les ayudaba a que entraran en contacto con el tutor. A partir de ese momento, ellas solas comenzaban a ascender dando vueltas alrededor del palo.
En invernadero se suelen colgar cuerdas desde la estructura de este, por las que se hace trepar a las judías.
Otra opción es utilizar una red o malla, ya sea metálica o plástica (menos ecológica), y asegurarla con postes como si se fuera a hacer una cerca. Las judías treparán por la red formando un decorativo y práctico muro verde.
Tiene la desventaja de que al final de cultivo es complicado separar la vegetación de la red. Algunos horticultores recogen la red junto con los restos del cultivo o lo queman todo en un montón, pero esto no es nada respetuoso con el medio ambiente.
Recolección
Las judías deben recolectarse cuando la vaina está muy tierna, para evitar que se vuelva fibrosa y dura. Si se ve que la forma de los granos se marca a través de la vaina, entonces ya será demasiado tarde. Hay que hacerlo antes de que esto ocurra.
Es mejor recolectarlas a media tarde, para que no tengan rocío, y evitando las horas de más calor. Tras cada recolección se debe considerar el riego, a menos que la tierra ya esté muy húmeda.
En cambio, si se quieren cosechar los granos maduros, hay que dejar las vainas en la planta hasta que la mata se seque por completo. Solo entonces los granos estarán secos y maduros, con toda seguridad. Las vainas se vuelven de color amarillento y crujen cuando se aprietan entre los dedos (si ha llovido no).
Es conveniente recoger las vainas secas tras unos días soleados, para asegurarse de que han perdido la mayor parte de la humedad. En caso de duda, pueden dejarse oreándose en un lugar seco y ventilado durante unos cuantos días más. Solo entonces se pueden abrir las vainas y recolectar los granos.
Conservación
Para el caso de las vainas tiernas, deben ser congeladas para poder disfrutar de ellas durante los meses en los que el cultivo no es posible.
Para que se conserven bien, hay que limpiarlas con un trapo (no mojarlas) y meterlas en una bolsa de congelación.
Si se meten en varias bolsas se conservan mejor, es decir, unas dentro de otras.
Se pueden congelar enteras aunque es más práctico partirlas primero para que queden listas para el uso.
Para el caso de grano seco, puede guardarse simplemente en un bote o bolsa herméticos, y en un lugar fresco y seco. De todas maneras, es más seguro almacenarlo en bolsas dentro del congelador. Si no se congela y contiene algún gusano, cuando se vayan a utilizar puede que estén la mayor parte comidas.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.