Cuándo se siembra la judía verde
☛ Más abajo explicamos las fechas de siembra aproximadas, pero antes conviene hablar sobre aquellas cuestiones que influyen a la hora de elegir el mejor momento para comenzar el cultivo.
Factores a tener en cuenta
El más importante es la temperatura, tanto del suelo como del aire, pero también las precipitaciones y la intensidad de los vientos, aunque esto último es secundario.
Temperaturas
Como ya se dijo en el artículo general acerca del cultivo de la judía, se trata de una planta que necesita que la temperatura del suelo se encuentre al menos a 10°C, condición necesaria para que puedan germinar sus semillas.
Para no arriesgar demasiado, lo ideal sería esperar a que la tierra se caliente un poco más. A menor temperatura, las judías tardarán más tiempo en emerger y, entre tanto, puede que se pudran, especialmente si la tierra está demasiado húmeda (lluvias)
ⓘ Es posible facilitar el calentamiento del suelo retirando la vegetación que lo cubre, acolchados, etc. para que el sol incida directamente en la tierra. Realizando surcos, camas o bancales elevados también se calentará más rápido, siempre y cuando haya sol, claro está.
Por tanto, la temperatura del suelo es una primera referencia para determinar a partir de qué época se pueden sembrar las judías. Pero el suelo puede estar a más de 10°C desde la primavera hasta mediados de otoño, y sin embargo, no es posible sembrarlas en todo ese periodo. Hay que tener en cuenta otros aspectos. Uno muy importante es el riesgo de heladas, que aunque la judía es moderadamente resistente al frío, una helada temprana (en otoño) o tardía (en primavera) puede causar graves daños en las hojas y brotes tiernos, flores y frutos jóvenes.
Por otro lado, la judía no crece si la temperatura es menor de 8°C. Esto supone que mientras la temperatura media diaria no supere ese valor, no compensa tener judías plantadas. Simplemente no se desarrollarán.
En el otro lado de la balanza está el exceso de calor, especialmente si el clima es muy seco y cálido. Conviene no sembrar hasta que las temperaturas se moderen un poco, aprovechando así el cultivo el final del verano y el otoño para desarrollarse. Si no es posible, siempre se puede realizar la siembra en primavera, una vez que ya no haya riesgo de heladas.
Lluvias prolongadas o intensas
Las judías, al igual otras leguminosas como el guisante, son bastante sensibles a las lluvias después de la siembra.
Si se han sembrado y luego llueve lo suficiente como para mantener la tierra empapada varios días, con casi total seguridad, habrá que repetir la siembra.
El exceso de humedad provoca la pudrición de las semillas antes de que logren germinar. Por esto es crucial sembrar cuando el suelo está lo suficientemente caliente como para permitir una rápida germinación, y por supuesto, no sembrar si se esperan lluvias intensas o continuadas.
Vientos fuertes
Aunque los vientos juegan su papel más tarde, una vez que las plantas se han desarrollado, también hay que tenerlos en cuenta a la hora de planificar la siembra.
Hay que evitar que coincidan vientos fuertes cuando las judías están en floración o en plena producción, especialmente si son variedades de mata alta.
Variando la época de siembra, siempre que sea posible, se pueden esquivar los efectos del viento en el cultivo, si se sabe con certeza cuando suelen producirse.
Fechas de siembra
En la mayoría de variedades de judía, la fecha de siembra que indica el comercializador de semillas, suele abarcar desde mediados del invierno a mediados del otoño. De febrero a octubre (hemisferio Norte) o de Agosto a Abril (hemisferio Sur).
Hay que tener en cuenta que esto es a grandes rasgos, y quizá si se cumpla para climas topricales y costeros templados. Para el resto de los climas (templados y fríos), habrá que restringir un poco el intervalo, y más cuanto más frío sea el clima local.
En la siguiente imagen se puede ver la época de siembra recomendada por el distribuidor de semillas más popular en España. Esa información suele estar impresa en los sobres de semillas.
Lo habitual para la mayoría de las zonas templadas, en las que puede helar en primavera, es esperar a mediados o finales de primavera para realizar la primera siembra del año.
Como se dijo más arriba, esto es importante para asegurar una rápida germinación, reduciendo así el riesgo de pudrición de semillas, y para que unas temperaturas más agradables permitan un mejor desarrollo del cultivo. Hay que recordar que el desarrollo de las plantas de judía es máximo entre 18 y 30°C y, para la floración y fructificación, prefieren valores entre 15 y 25°C.
Siembras escalonadas
A partir de ese momento (mediados de primavera), se pueden realizar siembras escalonadas durante el resto de la primavera y el verano, evitando los meses de más calor, si el clima es extremo. Sembrando bajo una malla de sombreo, es posible también en pleno verano.
Pasado el calor, y si el clima lo permite, se puede intentar otra siembra a finales de verano o comienzos del otoño, teniendo en cuenta que el cultivo de judía necesitará unos 3 meses de margen hasta la llegada de las primeras heladas. Entonces, si comienza a helar en noviembre, habrá que sembrar las últimas judías, como muy tarde, en agosto.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.