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Cultivo-fresa

Cuidados básicos de la fresa

Acolchado o mulching, cómo y cada cuánto regar, calidad del agua, con qué y en qué épocas abonar, cómo realizar las varias podas necesarias..
Publicado: (última modificación 15 Nov 2023) Por Foto del autor Sígueme

Comparada con otras plántas típicas de cualquier huerto, la fresa no demanda muchas atenciones, siempre y cuando se haya plantado en un lugar adecuado y las condiciones le sean favorables, pero aún así requiere de algunos cuidados básicos muy importantes para lograr buenas, abundantes y duraderas cosechas.

Riego por goteo fresas tierra

Los que se describen a continuación son los que nosotros consideramos básicos en el cultivo de la fresa , tanto en suelo como en maceta.


Acolchado

Aunque se pueden cultivar fresas perfectamente sin acolchar el suelo, lo cierto es que esta práctica, que solo se realiza una vez (si es con plástico o malla), es muy beneficiosa, tanto para las plantas como para el horticultor.

Aunque el acolchado orgánico es muy recomendable para el mantenimiento de un suelo sano y fértil, en el caso de la fresa no es mejor que el plástico.

Como las plantas de fresa crecen muy cerca del suelo, cualquier acolchado orgánico voluminoso las taparía parcialmente y los frutos se pudrirían en contacto con el material húmedo.

En caso de querer emplear un acolchado orgánico, es mejor recurrir al compost, aplicando una capa de al menos 2 cm de espesor sobre el suelo, alrededor de las plantas.

Algunas opciones de cultivo que no necesitan del acolchado, son el cultivo de la fresa en maceta o en tubos, siempre que se separen del suelo para que no lleguen caracoles y babosas.


Riego

Riego por goteo fresas tierra

Después del problema de las malas hierbas, solucionado casi totalmente con el acolchado plástico, la humedad del suelo es el otro punto débil de este cultivo.

Las fresas requieren de un suelo siempre húmedo pero no encharcado. Tanto la falta como el exceso de agua pueden afectar seriamente la producción.

Esto obliga a regar con frecuencia cuando las lluvias escasean o el nivel freático está muy profundo.

Los sistemas de riego más recomendable son el goteo o la exudación. No se recomienda el riego por aspersión, puesto que aumenta el riesgo de contraer enfermedades en las partes aéreas.

Pero la cantidad de agua y la frecuencia de riego, dependerán también del tipo de suelo, además de la climatología, por supuesto.

En suelos con mayor proporción de partículas finas (arcillosos, limosos), hay que regar las fresas con menos frecuencia, para evitar el problema del encharcamiento. Esos suelos acumulan mucha agua y durante mucho tiempo. Conviene esperar a que comiencen a secarse antes de regar de nuevo.

En cambio, en suelos con mayor proporción de partículas gruesas (arenosos), la humedad se pierde rápidamente, lo que obliga a dar riegos cortos pero a diario, o si hace calor, incluso por la mañana y por la tarde.

Como ya se dijo en el artículo general sobre el cultivo de la fresa, esta planta prefiere suelos de textura franca o franco-arenosa. Si no fuera así, es muy recomendable mejorar los suelos adicionando materia orgánica, antes de plantar las fresas y durante el cultivo. Esto hará que los arcillosos se vuelvan más permeables y mejore su drenaje, mientras que los arenosos podrán retener el agua por más tiempo.


Calidad del agua de riego

Es muy importante que el agua con la que se riegan las fresas sea de calidad, especialmente en lo referente a la salinidad, es decir, que tiene que ser bastante pura, con baja concentración de elementos químicos disueltos.

Cuanta mayor conductividad tiene el agua, más complicado es para la planta absorberla, sufriendo de una escasez que tendrá consecuencias en la cosecha.

Esto supone que este cultivo no se debe regar con agua clorada (muy sensible a los cloruros), así que si es la única de que se dispone, habrá que eliminar el cloro del agua antes de regar las fresas.


Abonado

Palada compost maduro

En cultivos profesionales, todo abonado o fertilización va precedido de análisis de suelos o foliares, para determinar que nutrientes escasean y cuales se encuentran en exceso.

Pues bien, en el cultivo familiar o doméstico, los análisis no son una opción, salvo que exista algún problema nutricional en el suelo que perjudique el cultivo.

Para suplir esa falta de información, conviene aportar siempre abonos orgánicos maduros, equilibrados y variados (compost, gallinaza, humus de lombriz, etc), y además, recurrir a la rotación de cultivos, para evitar el agotamiento de ciertos nutrientes y el exceso de otros.

En cuanto al momento de aplicación de los abonos orgánicos, será principalmente de mediados de invierno a principios del verano, teniendo en cuenta que este tipo de abonos necesita cierto tiempo para comenzar a mineralizarse, y por tanto, para estar en forma disponible para las plantas.


Aquí tienes más recomendaciones para mantener un suelo fértil y productivo empleando técnicas sencillas y materiales domésticos o de granja.


Poda

Esta es una labor fundamental en el cultivo de la fresa. De no realizarse, las plantas envejecen prematuramente, el suelo se llena hojas muertas, de estolones y de nuevas plantas "hijas", que arraigan allá dónde entran en contacto con el suelo, si es que está descubierto.

Este desorden no es lo mejor para una producción de calidad y mantenida en el tiempo, así que no queda más opción que podar, pero ojo, en el momento y forma adecuados, como ahora pasamos a explicar.

Antes, hay que recordar que cualquier poda debe hacerse siempre con herramientas bien afiladas, para que produzcan corten limpios, y desinfectadas, para evitar la transmisión de enfermedades a las plantas de fresa o fresón. Cualquier parte aérea de la planta debe cortarse cerca de su punto de unión con la corona (centro de la planta), pero con precaución de no dañarla.


Poda de hojas

Se realiza fundamentalmente en invierno, cuando las plantas aún no han reiniciado su actividad, pero también en verano, si un exceso de vegetación lo hace necesario.

En la de invierno, se eliminan todas las partes viejas, enfermas o inservibles de la planta, tales como hojas secas o demasiado viejas, y restos de estolones, flores o frutos. Todos estos restos se llevan lejos del cultivo o se destruyen, por ejemplo quemándolos.

En la de verano, se podan hojas sobrantes cuando las plantas tienen tantas que impiden una buena aireación e iluminación. Además, a finales del verano, conviene podar de nuevo las hojas viejas, los estolones, restos de frutos y flores que han quedado en la planta, para que esta rebrote con vigor y acumule reservas antes de la llegada del invierno.

Además de lo anterior, si tras plantar las fresas se observa que hay poco crecimiento de nuevas hojas, habrá que podar las primeras flores, en cuanto aparezcan, para favorecer así el desarrollo vegetativo.

Por el contrario, si pasado un tiempo tras es trasplante, la vegetación es abundante pero no florece, conviene realizar una poda de hojas para inducir la floración.


Poda de estolones

Fresa estolones

Debe hacerse a lo largo de toda la temporada, siendo ideal eliminarlos en cuanto aparecen, para evitar así el gasto innecesario de nutrientes y energía que conlleva su desarrollo.

En caso de que interese obtener más plantas de fresa o fresón, entonces se dejarán sin cortar algunos estolones a finales del verano, para que puedan arraigar y formar nuevas plantas antes del invierno. Si el cultivo se hace en plástico o contenedores, entonces habrá que colocar una maceta con sustrato bajo el extremo del estolón, y en el momento preciso en el que este comienza a emitir raíces.


Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.