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Plantar fresas en maceta

Las fresas se pueden cultivar en maceta pero hay que tener en cuenta una serie de aspectos que veremos en este artículo y sin los cuáles es muy poco probable que se desarrollen y den fruto
Publicado: (última modificación 05 Aug 2019) Por Foto del autor Sígueme

El de la fresa es un cultivo que se desarrolla bien en maceta, pero esto no quiere decir que se pueda hacer de cualquier manera ni mucho menos.

Fresas en maceta colgando

Esta planta presenta algunas limitaciones importantes que hay que tener en cuenta a la hora de cultivarla en maceta, ya que de lo contrario la experiencia será un fracaso. Veamos cuáles son.


Sustrato siempre húmedo y fresco

Es muy importante que el sustrato de la maceta se encuentre siempre húmedo, ya que al tener un volumen limitado, pierde agua mucho más deprisa en comparación con el suelo.

Las fresas muestran síntomas de marchitez rápidamente cuando el sustrato comienza a secarse, sufriendo un estrés que afecta a la planta de diversas formas: hojas secas, frutos reducidos, falta de vigor...

Este es quizá el aspecto más complicado de manejar a la hora de plantar fresas en macetas, ya que exigen una de estas dos cosas:

- Conseguir un sustrato de muy buena calidad, que retenga mucha agua.

- Regar muy a menudo para evitar que se pierda agua en exceso y aparezcan los síntomas de estrés.

En cuanto a la frescura del sustrato, a la fresa le conviene que no se caliente en exceso la maceta, tanto para evitar que el sustrato se seque rápidamente, como para mantener un ambiente similar al que tiene esta planta en estado salvaje, creciendo siempre en suelos frescos, con sombra durante buena parte del día.


Mantener la humedad del sustrato suele ser lo más complicado cuando se cultivan fresas en maceta.


Buen drenaje y aireación

Hemos dicho que el sustrato tiene que mantenerse siempre húmedo, pero tampoco puede estarlo en exceso, ya que la fresa no tolera los encharcamientos.

Nuevamente, para evitar este problema hay que recurrir a lo siguiente:

▪ Utilizar un sustrato de calidad, que retenga mucha humedad pero sin encharcarse.

▪ Asegurarse de que la maceta tiene agujeros de drenaje en su base, y sin son muy pequeños ampliarlos.

▪ Añadir en el fondo del recipiente una capa de grava o pequeñas piedras para facilitar la salida del exceso de agua.

En lo relativo a la aireación, ha de elegirse un sustrato muy esponjoso, que no pierda esta característica cuando se riegue, y que por tanto, no se compactará lo más mínimo con el paso de los días, tras haber realizado la plantación.


Sustrato libre de enfermedades

Las fresas son susceptibles de sufrir determinadas enfermedades producidas por microorganismos patógenos que se encuentran de forma natural en algunos suelos.

Para evitar que las plantas entren en decadencia a las pocas semanas de haberlas plantado en las macetas, hay que asegurarse de que se utiliza un sustrato sin patógenos. Esta condición solo la suelen cumplir los sustratos comerciales de calidad, por lo que merece la pena comprar uno de estos.

En caso de pretender emplear un sustrato casero, hay que considerar lo siguiente:

▪ Que el material orgánico esté maduro, es decir, que haya finalizado la fase inicial de descomposición. No debe tener olor desagradable ni textura pastosa. No deben poder identificarse los restos orgánicos originales.

▪ Desinfectarlo en horno a 90℃ durante 30 minutos, al sol ―por varios días― dentro de una bolsa transparente perfectamente hermética o mediante agua hirviendo que se vierte sobre el sustrato para empaparlo completamente.


Un sustrato esterilizado que retenga mucha humedad, drene bien el exceso de agua, rico en materia orgánica, ligeramente ácido y con buena aireación es ideal para las fresas.


La ubicación

Las fresas pueden desarrollarse tanto a pleno sol como en semisombra. La sombra durante las horas centrales del día les es muy beneficiosa en climas excepionalmente cálidos.

Necesitan frío durante el invierno, por lo que se dejarán fuera de casa todo el año. Si dónde se encuentran reciben calor en invierno también ―por ejemplo al lado de un muro orientado hacia el sol―, conviene cambiarlas a una zona más sombría y fría durante esos meses, y a comienzos de la primavera devolverlas a la ubicación cálida.


Es muy conveniente colgar las macetas que tienen fresas siempre y cuando en el lugar haya caracoles, babosas u otros animales que puedan consumirlas, ya que si no se hace, cuando se vayan a recoger estarán casi todas comidas en parte.


Ahora a plantar...

Lo importante ya lo hemos visto más arriba, así que ya solo queda la sencilla tarea de plantar las fresas en sus respectivas macetas.


Volumen de maceta

Aunque podría ser de menos, es recomendable que las macetas tengan más de 5 litros de volumen. ¿Por qué tanto? Como decimos, no tendría que ser tanto si solo se tiene en cuenta el desarrollo de la raíz de la fresa, pero a mayor tamaño de maceta, más fácil será mantener un correcto nivel de humedad durante un mayor tiempo. Esto se traducirá en necesidad de riegos menos frecuentes, y por ello menos trabajo.


Llenado de la maceta

☛ Poner primero una capa de grava de unos 2 cm en el fondo.

☛ Comparar la profundidad de las raíces de la fresa que se va a plantar con la profundidad de la maceta, y llenar de sustrato hasta la base de la planta quede unos 2 cm por debajo del borde de la maceta.

☛ Sostener la fresa en el centro de la maceta y aportar sustrato alrededor de sus raíces ―sea con cepellón o a raíz desnuda―, hasta cubrir todo el espesor hasta la base de la planta (zona entre raíz y hojas)

☛ Asegurarse de que la corona (parte intermedia entre raíz y hojas) queda fuera de la tierra.

☛ Dar un primer riego abundante para asentar el sustrato y expulsar el aire, y fin del proceso.


Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.