Mulching orgánico
A la hora de mantener un huerto familiar ―especialmente si es ecológico―, una de las labores más desagradables y repetitivas es la escarda o desyerbado.
Otra que consume mucho tiempo ―si no se automatiza― es el riego, especialmente en tras las siembras y trasplantes, y durante la época de más calor.
Y por último, no nos podemos olvidar de la fertilidad del suelo, ya que un suelo rico en materia orgánica y nutrientes casi siempre es sinónimo de excelentes cosechas ―a menos que se haga algo mal.
Podríamos llamar a estos tres aspectos los tres pilares del huerto, ya que seguramente sean las labores más importantes.
Pues bien, estos tres importantes aspectos se pueden abordar ―en parte― bajo una única labor, que además es bastante sencilla y que tiene otras ventajas adicionales. Se trata del acolchado o mulching orgánico.
En qué consiste
Pues en cubrir o acolchar el suelo con un material orgánico que se pueda incorporar a la tierra ―no sea tóxico―, que sea permeable para que permita la penetración del agua de lluvia y de riego y el intercambio de gases, pero que a su vez impida el nacimiento de "malas hierbas".
A continuación veremos más detenidamente las cualidades que debe tener un buen mulching de tipo orgánico.
Bloquea el nacimiento de adventicias
La tierra está repleta de miles de semillas de la vegetación aledaña al huerto, y si no lo está, pronto llegarán traídas por el viento o en tierra que aportemos de otro lugar.
En cuanto se prepara la tierra para sembrar las hortalizas, todas estas semillas germinan rápidamente, y de ellas comienzan a crecer las "malas hierbas", que además lo hacen a mucha mayor velocidad que los cultivos, cubriendo el suelo rápidamente.
Esta facilidad para colonizar el suelo obliga al horticultor a invertir mucho tiempo y trabajo para mantenerlo limpio.
Para evitar que estas plantas adventicias impidan o dificulten el desarrollo de los cultivos, se hace necesario intervenir cada vez que aparecen, arrancándolas manualmente o cavando ligeramente la superficie del suelo.
En los cultivos comerciales se emplean herbicidas antes del establecimiento del cultivo y durante el desarrollo de este, pero en un huerto familiar está totalmente desaconsejado obrar de esta manera. Queremos hortalizas sin "posibles venenos" ¿verdad?
La luz es la clave
Mediante la colocación de un acolchado orgánico sobre el suelo, se impide que la luz del sol llegue a la superficie de la tierra.
Esto será suficiente para que muchas semillas de adventicias no germinen, y las que lo hagan, no podrán atravesar todo el espesor del mulch, agotando sus reservas antes de lograr salir a la superficie.
Para lograr este efecto, es necesario acumular un buen espesor de material de acolchado, de lo contrario la luz se colará por los agujeros y, del mismo modo, los brotes de las "malas hierbas" lograrán salir hacia arriba.
El espesor exacto depende de cada material empleado. Cuanto más denso sea, menos espesor será necesario y cuanto más liviano o poroso, más cantidad habrá que acumular.
☛ CÓMO ELIMINAR LAS MALAS HIERBAS PARA SIEMPRE
✔ Explicamos cómo lograrlo mediante un cambio de enfoque o filosofía de trabajo.
✔ Muy efectivo y muy beneficioso para el suelo, que verá multiplicada su fertilidad.
Conserva la humedad
Además de tener un importante efecto herbicida, el muching también ayuda a ahorrar agua. Esta es otra gran ventaja, pues no será necesario regar con tanta frecuencia y las plantas sufrirán menos estrés.
Al tapar la superficie del suelo, este queda protegido de la radiación solar y del viento, y estos son los dos fenómenos que más contribuyen a secar la tierra ―junto con la actividad de las plantas.
Además, al impedir que crezcan "malezas", se estará evitando que consuman parte del agua del suelo, quedando solamente a disposición del cultivo.
Y por si fuera poco, aún tiene otro efecto más sobre la humedad. ¿Quieres saber cuál? Pues mira, como es un mulch orgánico, al añadirlo año tras año a la tierra y descomponerse en esta, contribuye a aumentar el porcentaje de materia orgánica del suelo. Y ya sabes que la materia orgánica del suelo es una esponja que mejora mucho la retención de agua.
Mejora la fertilidad
A estas alturas ya te imaginas porque decimos que mejora la fertilidad, ¿verdad? Te lo contamos igualmente para que no te quedes con dudas.
Al realizar una y otra vez mulching orgánico en un suelo, el material que se va aportando se descompone poco a poco y pasa a formar una capa superficial rica en materia orgánica y nutrientes, muy similar al mantillo que hay en los bosques.
Esta capa no solo actúa cómo barrera protegiendo el suelo de los elementos externos, sino que constituye una importante fuente de nutrientes que las raíces pueden tomar directamente en esa zona o a mayor profundidad cuando el agua de lluvia o de riego disuelve y arrastra parte de los nutrientes hacia el interior del suelo.
Además, esta capa fértil estará repleta de vida, tanto microscópica como macroscópica, es decir, microbios y pequeños animales como las lombrices, que ayuda a procesar la materia orgánica fresca y excretan el excelente abono orgánico conocido como humus de lombriz.
Este mantillo formado a partir del muching es una gran reserva de nutrientes que se irán liberando poco a poco, por lo que no será tan necesario el abonado de la tierra ¡Esto ya es abono!
Ahora que has leído todo lo anterior, quiero que reflexiones sobre esta cuestión: ¿Dónde y cómo ocurre la fertilización en la naturaleza? Has acertado! Ocurre en la superficie del suelo, precisamente por acumulación de restos vegetales y animales, que luego se descomponen lentamente y se infiltran poco a poco en el suelo.
Si practicas mulching orgánico estarás imitando a la naturaleza, que es muy sabia.
Regula la temperatura del suelo
Aunque este aspecto no lo adelantamos al principio, sí es cierto que al cubrir el suelo con una capa protectora que retiene aire en su interior, actúa como un aislante térmico.
Esto hace que la mayoría de los acolchados orgánicos actúen como un regulador de temperatura. Mantienen el suelo más fresco en verano ―o durante el día― y más caliente en invierno ―o durante la noche.
No obstante, si el acolchado es de color oscuro, tiende a acumular calor y a subir la temperatura del suelo, mientras que si es de color claro, tiende a enfriarlo, en ambos casos siempre que el tiempo sea soleado.
Por esto, cuando interesa que el suelo se caliente ―por ejemplo a la salida del invierno―, no se deben colocar acolchados orgánicos a menos que sean de color oscuro.
En cambio, con la llegada del otoño y las bajas temperaturas, es recomendable cubrir el suelo para que mantenga más tiempo la temperatura acumulada durante todo el verano.
Y por último, en lugares muy calurosos y con suelos ligeros que se calientan mucho, es muy conveniente mantenerlos cubiertos durante todo el verano ―incluso desde la primavera―, reduciendo las pérdidas de agua y manteniendo un ambiente subterráneo más apropiado para las raíces y para la vida del suelo.
Para esta función refrescante del suelo son especialmente buenos los materiales de color claro, como la paja, el aserrín o los restos de poda, ya que reflejan mayor cantidad de energía procedente del sol.
Materiales para mulching
A la hora de elegir uno u otro material para realizar el acolchado orgánico, hay que tratar de elegir el que resulte más accesible.
Normalmente no es necesario comprarlo, aunque se puede hacer para facilitar un poco las cosas.
Paja
La paja de cereal es uno de los materiales orgánicos de mulch más utilizados, pero normalmente hay que comprarla.
Tiene como principales ventajas que es muy fácil de colocar y dura muchos meses, pero apenas ayuda a mejorar la fertilidad del suelo, al descomponerse tan lentamente.
Lo normal es comprarla comprimida en balas rectangulares que son muy baratas y tienen un buen rendimiento. Lo malo es que ocupan bastante espacio.
Si el lugar es ventoso habrá que colocar una buena capa para que el peso de esta impida que la paja salga volando.
Al ser de color claro no es conveniente colocarla sobre el suelo cuando interesa que este se caliente con los rayos solares, por ejemplo a finales del invierno y primera parte de la primavera.
Es un mulch muy bueno para climas calurosos en los que interesa mantener el suelo fresco y húmedo. Además en estos climas se suelen cultivar grandes extensiones de cereal, por lo que será fácil conseguirla.
Restos de siega
Esto suele ser lo que está más a mano en cualquier huerto, ya que es frecuente que exista un trozo de jardín con césped, el cuál necesita cortarse con frecuencia desde la primavera hasta el otoño. Perfecto! Justo cuando se necesita.
Lo bueno que tiene este material es que no hay que comprarlo, se está aprovechando un residuo, es muy efectivo como mulch y como mejorador de la fertilidad del suelo, especialmente si el césped tiene trébol.
Este material se descompone rápidamente, así que dura poco tiempo como acolchado ―poco más de 1 mes con tiempo húmedo―, pero esto no es tan malo ya que pasa rápidamente a formar parte del suelo, algo que vimos que también interesa para aumentar la actividad biológica, el porcentaje de materia orgánica y la fertilidad. Y como ya se dijo, como el césped necesita cortes muy frecuentes, siempre habrá más cantidad para añadir encima del anterior.
Un dato importante es que es necesario dejarlo secar antes de colocarlo sobre el suelo del huerto ―a menos que se ponga un espesor pequeño de cada vez―, de lo contrario fermenta y puede dar lugar a la aparición de enfermedades en los cultivos.
También se pueden usar los restos del escarificado del césped, aunque estos se producen en menor cantidad. Hay que dejar que se sequen primero, ya que pueden contener rizomas y tallos capaces de arraigar al contacto con la tierra, y no queremos convertir el huerto en una pradera.
Restos de poda
Las ramas que se cortan durante la poda de los frutales, setos y otras plantas leñosas del jardín, se pueden triturar para reducirlas a pequeños fragmentos que son muy cómodos de extender sobre el suelo.
Esta técnica se conoce también con el nombre de acolchado o mulching BRF (Bois Raméal Fragmenté), lo que se puede traducir como madera de ramas fragmentadas.
Como acolchado tiene una gran duración ―más de un año―, ya que la madera tarda mucho tiempo en descomponerse por completo. Eso sí, es necesario disponer de bastante cantidad para añadir una buena capa ―al menos 3 o 4 cm― que impida el nacimiento de "malas hierbas".
Esto requiere de una buena [★] biotrituradora pero realmente merece mucho la pena, ya que este mulching de ramas trituradas puede durar varios años, lo que supone un importante ahorro de tiempo y trabajo.
Aserrín y virutas
Algunas personas tienen acceso a estos dos materiales que son residuos de los aserraderos, carpinterías y otros lugares en los que se trabaja con madera.
Al igual que con los restos de poda, este material es muy duradero y muy fácil de manipular, de extender, etc.
Como está formado por pequeñas partículas no es necesario formar una capa de gran espesor ―2 o 3 cm son suficientes―, ya que suele bloquear muy bien el paso de la luz.
IMPORTANTE: No se debe emplear aserrín de corte con motosierra, ya que tendrá restos de aceite de la cadena, un aceite mineral muy contaminante. Hay aceites de cadena ecológicos pero no son los más usados.
Compost
Además de los anteriores, que son restos vegetales sin procesar, también se puede realizar el mulching orgánico con compost de distintos grados de maduración, aunque para evitar problemas sanitarios lo mejor es que esté completamente maduro.
Este material de color oscuro y compacto es un excelente abono, pero si se deposita en una capa de al menos 3 cm sobre el suelo, constituye un excelente acolchado.
Su color ayuda a calentar la tierra cuando calienta el sol y como forma una capa tupida, no permite el paso de la luz solar, así que mantendrá las malas hierbas a raya.
Hay que asegurarse de que el compost no contenga semillas de adventicias ―si se echaron a compostar plantas con semillas―, ya que si esto ocurre, podría estar agravando el problema de las adventicias, en lugar de solucionarlo.
Otros
Cualquier otro material orgánico ―fibroso o granular― puede servir como mulch, siempre y cuando no sea agresivo para el suelo.
Por ejemplo, las acículas de pino son un buen acolchado pero acidifican mucho el suelo, así que si se utilizan como tal, habrá que tener cuidado con esto. Quizás en suelos alcalinos sea una buena opción, pero no en los ácidos, a menos que se acompañen de algún material básico como las cenizas de madera.
Cáscaras de frutos secos, huesos de aceituna y otros restos vegetales resultado del procesado de frutas u hortalizas también se pueden utilizar.
☛ TIPOS DE ABONOS ORGÁNICOS
✔ Tanto sólidos como líquidos, pero solo los primeros sirven como acolchado o mulch.
✔ Te sorprenderá descubrir cuantos materiales puedes usar tanto para abono como para mulching.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.