Cómo injertar un granado
Épocas de injerto
El granado se puede injertar tanto a la subida de la savia, cuando el árbol está comenzando a despertar del letargo invernal, como en diferentes momentos a lo largo de la temporada de crecimiento, especialmente después de mediados de verano.
Como en cualquier injerto, si el granado aún no está activo, habrá que realizar un injerto de púa, mientas que si la savia está en movimiento, es mejor hacer un injerto de yema.
En el siguiente apartado se darán fechas concretas para cada modalidad de injerto aplicable para el caso del granado.
Técnicas de injerto para el granado
Aunque quizás muchas otras puedan realizarse también con cierto éxito, las dos siguientes son de las más sencillas y eficaces.
Hendidura
Sin duda el injerto de púa más fácil y popular, que tiene que practicarse cuando el árbol aún no ha brotado pero cuando está próximo a hacerlo, es decir, ya con cierto movimiento de savia.
La época concreta para realizarlo depende de cada especie y de cada clima, pero en el caso del granado en climas templados, el momento idóneo es entre finales de invierno y comienzos de la primavera, cuando el árbol no tiene hojas pero pronto van a aparecer.
Para no anticiparse o retrasarse, conviene vigilar el estado de las yemas desde mediados del invierno. En cuanto se observe que han aumentando algo de tamaño, es señal de que ya está circulando la savia hacia las ramas, algo necesario para alimentar y cicatrizar el injerto.
Desde el comienzo del hinchado de yemas, hasta justo antes de la aparición de las primeras hojas, se puede emplear el injerto de hendidura.
Como el procedimiento es el mismo que para otros árboles, puedes consultarlo en el siguiente enlace:
Chapa o placa
Este, a diferencia del anterior, es un injerto de yema aunque también muy fácil de realizar si se hace en un momento idóneo, cuando el árbol está repleto de savia en circulación. Esto es necesario para poder despegar el trozo de corteza (chapa o placa).
En este caso la época puede ser muy amplia, dependiendo nuevamente del clima y abarcando desde mediados de primavera, a ojo velando (la yema brotará en esa estación), a finales de verano o principios del otoño, a ojo durmiente (la yema brotará en la primavera siguiente)
Si el verano es seco y caluroso, y el granado sufre escasez de agua, habrá que esperar a las primeras lluvias o riegos para que la planta se active de nuevo.
En cambio, en climas más fríos, puede que a mediados de primavera o a comienzos del otoño, el granado apenas tenga movimiento de savia, y por tanto, no será posible despegar la corteza para realizar este tipo de injerto.
Si se observan brotes en crecimiento o aún tiernos, entonces es muy posible que se pueda realizar con éxito el injerto de chapa.
Al igual que en el caso anterior, el injerto de placa ya se ha explicado en otro artículo cuyo enlace aparece justo aquí debajo. Siguiendo ese procedimiento funcionará también para el granado.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.