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Granado

Cuidados del granado

Aunque el granado es un árbol rústico, si se le brindan los cuidados de los que hablamos en este artículo, la producción de fruta se verá muy beneficiada
Publicado: (última modificación 13 Nov 2019) Por Foto del autor Sígueme

Suele considerarse que el granado es un árbol de fácil cuidado, que poco más que se planta y se deja a su suerte, pero lo cierto es que si se comprenden sus necesidades y se le ofrece un manejo adecuado, la producción y la calidad de la fruta puede ser muy superiores.


Protección del viento

Granado con granadas

Los granados son árboles muy sensibles a sufrir daños debidos a vientos fuertes o sostenidos.

El viento puede provocar el descuelgue de ramas, daños en los frutos y caída de estos. Además es frecuente que los granados muy zarandeados por vientos fuertes pierdan firmeza en su anclaje al suelo, lo que se conoce como descalce.

Es importante plantarlos en zonas protegidas de los vientos dominantes o colocar barreras que impidan que estos lleguen con fuerza a los árboles.

En un jardín se puede ubicar al lado de una pared, seto u otro árbol que lo proteja.


Riego

El granado es un frutal rústico y adaptado a climas secos, capaz de resistir largos periodos de sequía, pero mediante el riego adecuado se puede mejorar mucho su producción.

En climas en los que la precipicitación es suficiente, es posible que un granado adulto obtenga del suelo todo el agua que necesita.

Sin duda, el mejor método no profesional para determinar si es necesario regar y cuándo hacerlo, es observar el suelo en sus primeros 20 ó 25 cm de profundidad.

Es tan sencillo como realizar un pequeño agujero y observar el color y apariencia de la tierra. Además, se debe tomar un puñado para tratar de percibir mediante el tacto si está húmeda y cuánto.

Para el granado será suficiente un suelo moderadamente húmedo y sin grandes fluctuaciones de humedad. Tampoco se debe encharcar el suelo, ya que el granado es muy sensible a la asfixia radicular por exceso de agua.

Necesitará más agua durante la floración y el crecimiento de los frutos, pero es muy importante que cuando estos están cercanos a madurar no se aumente de forma brusca la humedad del suelo, ya que esto hace que los frutos se agrieten.

En suelos con gran drenaje conviene regar mediante goteo, mientras que en otros que retengan mayor cantidad de agua, se puede regar ―además de por goteo― llenando el alcorque del árbol o inundando el suelo.


Abonado

Para un crecimiento rápido y una buena producción de fruta, el granado debe abonarse.

Los primeros años de vida del árbol conviene un abonado casi exclusivo de nitrógeno, lo que estimulará su desarrollo y permitirá que adquiera un mayor tamaño en menos tiempo.

A partir del cuarto o quinto año, el abonado ha de incorporar también fósforo y potasio, aunque en cantidades menores que de nitrógeno.

Una vez que el granado alcanza la edad adulta y su copa termina de desarrollarse, conviene bajar la proporción de nitirógeno, al tiempo que se sube la de fósforo y potasio.


Control de adventicias

Como con la mayoría de los frutales, es importante mantener el área de suelo bajo la copa libre de "malas hierbas" que compiten con el granado por el agua y los nutrientes.

En las grandes plantaciones están recurriendo cada vez más a los herbicidas en sustitución del laboreo que se hacía anteriormente. Desde un punto de vista conservacionista, ambas cosas son poco recomendables.

La mejor opción es el empleo de materiales de acolchado que se depositan sobre el suelo formando una capa gruesa que impide la germinación de las adventicias.

Esta solución permite ahorrar agua con respecto al suelo desnudo, ya que la evaporación de la misma se reduce mucho.

Por si fuera poco, si se emplean materiales orgánicos para el acolchado, como puede ser el compost o los restos de poda, se estará además aportando un abono de liberación lenta que irá penetrando en el suelo con el agua de riego o de lluvia.


Plagas y enfermedades

En grandes campos de granados es más frecuente la infestación de estos árboles por plagas y enfermedades.

Si se tiene un granado aislado en el jardín, es poco probable que sufra el ataque de plagas ―puede que pulgón― pero quizás sí alguna enfermedad fúngica dependiendo de las condiciones del lugar.

Alternaria, Botrytis y Cladosporium son algunas de las enfermedades comunes de las plantas que pueden afectar al granado, especialmente al fruto.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.