Cuándo plantar árboles frutales en Galicia
Galicia tiene un clima particular, más húmedo, con inviernos más cálidos y veranos más frescos que el resto de la península ibérica, y esto es importante a la hora de acertar con la fechas de trasplante de los árboles frutales.
En general, los árboles se suelen plantar en dos épocas, pero que se haga en una o en otra depende de si son caducifolios o perennifolios. A continuación se explica cada caso de forma separada para que sea más sencillo.
Frutales de hoja caduca
Muchos de los frutales más comunes son de este tipo. El manzano, el peral, el ciruelo, el cerezo, el castaño, el nogal, el avellano, el almendro o el melocotonero, entre otros, pierden sus hojas en otoño.
Al caer sus hojas, estos árboles entran en "parada de vegetativa", es decir, detienen su crecimiento y se quedan "dormidos" hasta la siguiente primavera.
En ese estado de pausa, los árboles se pueden manipular de forma más segura, sufren menos y se adaptan mejor a los cambios, tanto de terreno como de clima.
Pues bien, salvo casos especiales, todos los frutales de este tipo se plantan desde que pierden sus hojas y hasta alrededor de un mes antes de que comiencen a brotar, es decir, desde mediados o finales de otoño, hasta comienzos de la primavera.
En caso de que estén plantados en maceta, se pueden trasplantar al terreno en cualquier momento del año, evitando épocas de frío o calor intenso.
Frutales de hoja perenne
Como su nombre indica, estos frutales no quedan desprovistos de hojas en ningún momento del año. En este grupo se encuentran árboles como los limoneros, muy cultivados en Galicia, los naranjos, los mandarinos, los pomelos, los aguacates o los tomates de árbol, entre otros.
Aunque no pierdan sus hojas y mantengan siempre cierta actividad, en épocas de frío o calor intenso, prácticamente no vegetan.
A diferencia de los de hoja caduca, no deben plantarse cuando están en reposo, porque al tener hojas, son mucho más sensibles a las heladas, a las altas temperaturas o la fuerte insolación.
El mejor momento para plantar estos frutales es al comienzo de su brotación primaveral, pero asegurándose de que ya no se van a producir más heladas, en caso de las zonas del interior de Galicia.
Si en la zona no se producen heladas otoñales tempranas, también se podrían plantar una vez pasado el calor del verano, allá por el mes de septiembre, para que tengan tiempo de aclimatarse antes de la llegada del invierno.
En cambio, en el litoral, dónde los veranos no suelen ser muy calurosos, sería posible trasplantar estos árboles al terreno desde la primavera hasta el otoño, siempre que se puedan cuidar después adecuadamente, sobre todo para que no les falte agua.
Los frutales perennes se deben plantar siempre con cepellón, es decir, deben estar primeramente en una maceta, porque a raíz desnuda pueden sufrir mucha deshidratación.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.