Cómo plantar las calabazas

Antes de plantar

Más abajo veremos los pasos necesarios para plantar con éxito las calabazas, pero antes hay que dejar claras algunas cosas extremadamente importantes.

Parece algo exagerado hablar en estos términos, pero es que la calabaza es una planta delicada al inicio del cultivo, por lo que hay que actuar con precaución y conociendo sus debilidades.

Temperaturas

Las bajas temperaturas son el enemigo principal de las jóvenes calabazas. Por debajo de 10ºC, las plantas dejan de crecer, y si el frío sigue aumentando, terminan muriendo.

ⓘ En el artículo cuándo se plantan las calabazas, hablamos más extensamente sobre este aspecto, muy importante para comenzar el cultivo con buen pie.

El viento, la lluvia intensa y continuada o la baja luminosidad también son un problema para estas plantas.

En definitiva, las calabazas deben plantarse cuando el tiempo es, y va a seguir siendo, el adecuado y nunca antes, a menos que se protejan.

Preparar la tierra

Esto es muy importante para cualquier cultivo, pero especialmente para la calabaza.

Las raíces de esta planta pueden profundizar bastante, debiendo estar el suelo suelto para facilitar su avance.

Al mismo tiempo, además de captar agua, las raíces de la calabaza deben recoger ciertas sustancias nutritivas, siendo casi siempre necesario abonar la tierra para garantizar que no falte ningún nutriente esencial.

Aportar materia orgánica al suelo, como por ejemplo compost o estiércoles, es muy beneficioso para el posterior desarrollo de la planta.

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Marco de plantación

Aunque depende de la variedad elegida, lo cierto es que todas las calabazas requieren de bastante espacio para desarrollarse.

Son plantas que crecen mucho horizontalmente y cuyas grandes hojas cubren rápidamente el suelo.

Por ello, hay que dejar una distancia generosa, tanto entre plantas de la misma fila, como entre filas o hileras.

Como se ha dicho, esto se puede ajustar para cada variedad, pero dejando una separación de al menos 1 metro entre plantas de la misma hilera y de 3 a 4 metros entre filas, es suficiente.

Proceso de plantación o trasplante

En realidad es bastante sencillo y prácticamente idéntico al de otras hortalizas, como por ejemplo las cebollas, lechugas, coles, etc.

Lo veremos en 4 pasos muy fáciles de comprender y de reproducir, pero antes puedes considerar sembrar tus calabazas en lugar de plantarlas, es decir, comenzar el cultivo a partir de semillas. Esta es la forma más económica pero también algo más lenta y delicada. Si te atreves a intentarlo, en el siguiente enlace tienes más información.

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➊ Ahoyado

Con una pala o azada pequeñas, o con las manos, realizar un hoyo no muy profundo, pero lo suficiente para que quepa el cepellón ―el bloque tierra que contiene las raíces― de la planta.

Aunque no tiene que ser exacto, un profundidad ideal sería aquella que colocando dentro la planta, la zona más baja del tallo quedara al mismo nivel , o un poco más abajo, de la superficie del suelo.

La tierra extraída se deja justo al lado del hoyo, como se muestra en la imagen, ya que será necesaria más tarde.

➋ Introducir planta en el hoyo

El título ya lo dice todo. Se toma la joven planta de calabaza, se saca de su maceta ―si la tiene―, con las hojas hacia arriba y la raíz hacia abajo, y se coloca dentro del agujero excavado en el paso 1.

No puede quedar ni muy hundida ni muy superficial. Lo ideal, como ya se dijo, que la parte baja del tallo, quede al nivel de la superficie del suelo o 1 centímetro más abajo, como puede apreciarse en la imagen adjunta.

➌ Tapar hoyo

El siguiente paso consiste en llenar de nuevo el hoyo con la tierra que se había sacado del mismo y dejado a un lado.

Mientras se empuja la tierra hacia el agujero, se sostiene la planta en la posición correcta, como ya explicamos más arriba, y con cuidado de que quede lo más vertical posible.

Para terminar esta paso, se aprieta ligeramente la tierra alrededor de la planta de calabaza, pero con mucho cuidado de no dañar el tallo.

Debe quedar una pequeña depresión o alcorque alrededor de la planta, la cual facilitará que el agua de riego no se escape hacia los lados y se infiltre cerca de la raíz de la calabaza.

➍ Riego de asiento

Ya casi está todo hecho, pero aún queda un paso muy importante. Tras plantar la calabaza, hay que dar obligatoriamente un primer riego, echando agua en el alcorque o depresión que se dejó alrededor de la planta, hasta llenarla.

Este pequeño lago que se forma a su alrededor, rápidamente se desvanece, infiltrándose el agua entre la tierra. Es gracias a esto que el exceso de aire es expulsado de los poros del suelo, y que la tierra del cepellón queda finalmente unida a la que se encuentra a su alrededor.

Este primer riego es el que permite que las raíces de la joven planta puedan salir del cepellón y continuar creciendo por el suelo adyacente.

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