Poda de la calabaza

La poda es una de esas tareas en las que hay que estar muy seguros de lo que se va a hacer y por qué, antes siquiera de agarrar las tijeras.

Veamos entonces qué hay que tener en cuenta antes de comenzar con la poda.

Antes de podar

✦ No realizar podas en días húmedos y cálidos, ya que esas condiciones son ideales para la propagación de enfermedades a través de los cortes.

✦ Emplear tijeras o navaja bien afilados, limpios y desinfectados.

✦ Podar siempre a partir del mediodía, una vez que el rocío se ha evaporado de las plantas, pero antes de que aumente de nuevo la humedad con la llegada de la tarde-noche.

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Poda de formación

Se puede abordar de al menos estas tres formas diferentes:

✧ Muchos agricultores no realizan ningún tipo de poda de formación en las calabazas, dejando que las plantas crezcan libremente sobre el terreno.

✧ Otros, en cambio, cortan el tallo principal por encima del tercer nudo, lo que produce una ramificación lateral de la planta en tres brazos principales.

✧ Por último, otra opción es podar todos los brotes secundarios que vayan apareciendo en el tallo principal, dejando una mata completamente lineal, sin ramificaciones.

Veamos ahora cual es el resultado de cada una de ellas:

● Con el primer sistema ―sin poda de formación― las plantas de calabaza crecen mucho longitudinalmente y se ramifican menos, aunque si emiten algunos brotes secundarios. Dan muchos frutos pero una parte de ellos no alcanza un buen desarrollo, a menos que se haya un aclareo.

● Con el segundo, la mata crece más hacia todas direcciones, avanzando menos hacia delante pero cubriendo mejor el terreno hacia los lados. También parece ser que con este último la fructificación puede ser muy abundante, aunque quizás requiera aclareo de frutos.

● En el tercero, la mata de calabaza produce muchos menos frutos, pero puede centrar toda su energía en engordarlos y madurarlos, por lo que suelen hacerse más grandes y maduran antes. Este sistema es bueno para lograr grandes frutos, cuando se desea disponer las plantas muy cerca unas de otras o guiarlas en una determinada dirección.

Aclareo de hojas

Solo se deben eliminar aquellas hojas que estén muy envejecidas ―normalmente las de la base de la planta―, dañadas o enfermas.

También se pueden podar algunas hojas cuando la planta de calabaza tiene demasiado vigor y la alta densidad del follaje ―o su tamaño―, impiden una correcta aireación e iluminación del interior de la mata.

En ambos casos hay que cortar las hojas justo en la inserción con el tallo, para que no quede ningún tocón que pueda pudrirse posteriormente.

No conviene eliminar muchas hojas al mismo tiempo, siendo mejor hacerlo en días sucesivos, especialmente si esas hojas están verdes.

Aclareo de frutos

Existen diferentes escenarios en los que puede ser necesario y muy beneficioso eliminar determinados frutos.

Quizás el más evidente es el que tiene que ver con la sanidad de la planta. Los frutos mal formados, dañados o enfermos, deben ser retirados cuantos antes, ya que de no hacerlo pueden pudrirse, convirtiéndose en un foco de infección para toda la planta.

También se pueden eliminar algunos frutos en el caso de que se quiera concentrar la energía de la planta en los restantes.

Esto último puede ser beneficioso cuando las plantas tienen poco vigor, cuando se han sembrado demasiado tarde o cuando el clima no es lo suficientemente bueno como para que las calabazas desarrollen todo su potencial.

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En este caso, se retiran los frutos más jóvenes de cada ramificación, dejando solo los 2 ó 3 más grandes, que serán los más cercanos al pie de la planta. Al conservar las hojas, la planta podrá obtener más energía.

También se pueden despuntar cada rama o brote por encima de la hoja que sigue al último fruto que se desea conservar, pero con esto se corre el riesgo de que si se pierden algunos de los frutos dejados, no habrá más para sustituirlos. Además, al perder parte de las hojas, también se reduce el vigor de la planta.