Cómo cuidar un romero en maceta
El romero es una planta muy rústica y resistente, pero hay ciertas cosas que no tolera y que pueden ocasionarle un gran daño, o incluso la muerte en pocos días.
ⓘ Más abajo tienes un video en el que también se habla de algunos de los cuidados que veremos a continuación.
Cuidado con los excesos...
Una cosa es segura con el romero: no hay que pasarse con los cuidados.
Se trata de una planta muy rústica, a la que no gustan nada los excesos.
Cuidados normales para cualquier planta, como un riego frecuente, pueden ser excesivos para el romero o incluso potencialmente mortales.
Si te preocupa la salud de tu romero en maceta, nunca dejes que el sustrato se mantenga muy húmedo por largos periodos.
Además de este primer e importante consejo, a continuación encontrarás otros sobre lo que hay que evitar para no estropear el romero.
Pero no solo eso, también aprenderás qué necesita esta planta para mantenerse sana, bonita y vigorosa.
Seguimos!
Poco riego
El romero es un xerófito, es decir, una planta adaptada a un medio seco.
Por ello, no necesita mucha agua para mantenerse saludable. Es preferible regarlo de menos que de más.
El secreto está en regar lo necesario para humedecer todo el sustrato de la maceta, pero sin que llegue a gotear por debajo, y si lo hace que sea muy poco.
Tampoco conviene regarlo con mucha frecuencia. Es mejor dejar que la tierra de la maceta se seque casi por completo entre un riego y el otro.
Rascar por encima el sustrato de la maceta con un palo, lápiz, etc, es una buena manera de ver si aún está húmedo o ya no.
El romero resiste muy bien la sequía, mucho mejor que el exceso de humedad.
Asegurar un buen drenaje
Ya hemos dicho que un sustrato encharcado durante algún tiempo es una causa de muerte casi segura para el romero, pero ¿cómo asegurarse de que no pase?
Hablamos del riego, pero ahora toca mencionar el drenaje, porque el uno va extrechamente ligado al otro.
Esto es crítico. La maceta y el sustrato han de permitir la rápida salida del agua de riego sobrante, permaneciendo la tierra solo con la humedad justa.
Un sustrato muy poroso y una maceta con buenos agujeros de drenaje, con grava en el fondo, es lo ideal.
Pero continuando con lo anterior...hay que dejar que la tierra se seque entre riegos. Según el tamaño de la maceta, la composición y estructura del sustrato, el lugar donde se encuentre, el tamaño de la planta y la época del año, podrá retrasarse más o menos el riego.
En caso de duda, es mejor regar un poco antes que esperar demasiado y que muestre signos de marchitez, aunque tiene que estar muy seco el sustrato para que esto pase.
Durante la época de crecimiento ―de primavera a comienzos del verano― será cuando necesite más agua. El resto del año vivirá con muy poca.
El plato, un enemigo
Esto está muy relacionado con el riego y con el drenaje, y es realmente decisivo para evitar el encharcamiento del sustrato.
Los platos que recogen el agua debajo de las macetas, están muy bien para evitar que el líquido se desparrame por el suelo y se pierda, pero ¿quién ha dicho que hay que dejarla ahí?
Después de regar, hay que quitar el agua sobrante del plato, levantando la maceta y vaciándolo o absorbiéndola de otra manera, por ejemplo con una esponja.
¿Sol o sombra?
El romero no es muy exigente en cuanto a temperaturas altas ―aunque las prefiere cálidas― pero sí necesita una buena exposición solar.
Hay que situarlo en la ubicación más soleada posible y, cambiarlo de lugar cuando sea necesario, para aprovechar mejor la luz.
Algunas referencias indican que el romero necesita entre 6 y 8 horas de sol directo. La experiencia nos dice que esta necesidad no es tan estricta, ya que en nuestra región los días soleados son escasos y los romeros no muestran ningún síntoma de falta de luz, si bien están en el jardín y lejos de cualquier sombra.
No es verdad que un "exceso de sol" pueda perjudicarlo, salvo que se haya tenido en un lugar con poca luz y se saque de forma brusca a una zona muy soleada. Para evitar ese shock hay que sacarlo de forma progresiva para que se vaya aclimatando.
Podríamos concluir entonces que siempre será ideal situarlo en la ubicación más soleada, y si no es posible, en una con la mayor cantidad de luz.
¿Y en interior?
Esta planta no podía ser más de exterior, pero también puede mantenerse dentro de casa, siempre que esté en un sitio muy luminoso. Una ventana soleada puede ser un buen lugar.
En casas con poca luz natural será complicado mantener vivo un romero por mucho tiempo, pero se puede compensar esa falta de sol haciendo que la planta reciba también luz artificial, por ejemplo llevándola al anochecer a la estancia en la que va a estar la luz encendida.
El sustrato
Puede crecer en sustratos ácidos, neutros y básicos, pero prefiere estos últimos, puesto que en la naturaleza suele encontrarse en suelos calcáreos.
La mayoría de los sustratos comerciales son ácidos, y aunque el romero se desarrollará bien en ellos, existen evidencias de que las floraciones son mucho menos intensas.
Nuestra propia experiencia: La tierra de nuestro jardín es ácida, y aunque los romeros que tenemos tienen muy buen aspecto, sus floraciones siempre fueron muy pobres hasta que añadimos cenizas de madera al suelo.
Renovación
Una vez al año, a principios de primavera, es necesario reponer el sustrato agotado.
Para ello, se saca el romero de la maceta y se rasca el exterior del cepellón para que caiga una parte del viejo sustrato.
Las raíces externas quedarán a la vista, por lo que se puede aprovechar para sanearlas si fuera necesario.
Una vez limpio se planta de nuevo en la maceta aportando un nuevo sustrato.
Si se quiere pasar a una maceta más grande, para que pueda seguir creciendo, éste es el momento idóneo. De lo contrario será necesario realizar un buen saneamiento (poda) de las raíces externas más gruesas y otra poda de similar intensidad en el follaje. Más abajo se habla de la poda.
Poco abono
El romero es un arbusto rústico, no requiere sustratos muy fértiles, de hecho los pobres y ligeros son más apropiados para esta planta.
En sustratos fértiles el romero crece con más vigor pero se vuelve menos aromático, al contrario de lo que ocurre en sustratos pobres.
Como cualquier planta en maceta, conviene que el crecimiento no sea muy acelerado, de forma que se contenga su tamaño y su forma lo más posible, para que no sea necesario un cambio frecuente de recipiente, ni podas cada dos por tres.
No debe abonarse como si fuera una planta de flor o una hortaliza, realmente no lo necesita. Si se utiliza un sustrato universal es suficiente, no habrá que añadir fertilizante o abono. Lo ideal: un sustrato para aromáticas.
Riesgo de heladas
Si se prevén heladas ―temperaturas inferiores a -1°C― se deberá proteger el romero, bien llevándolo al interior de la vivienda, a un invernadero o tapándolo con una malla anti-heladas.
Si la temperatura no baja mucho de 0°C, y el romero está resguardado al abrigo de un muro o árbol de mayor tamaño, es posible que no sufra daños, aunque no se tomen medidas para protegerlo.
Es importante no abonar el romero a partir de mediados del verano, para evitar que salgan nuevos brotes, que por ser más tiernos resistirán peor las heladas.
Tampoco se debe podar este arbusto cuando hace mucho frío, ya que al quedar más desprotegido, se volverá menos resistente.
Poda
Antes de nada, ¿sabes que se pueden aprovechar los restos de poda para realizar esquejes de romero? Es una forma fácil y rápida de multiplicar tu planta.
¿Hay que podar el romero? Si es así, ¿cómo y cuando se poda?
Pues lo cierto es que sí se debe podar el romero con cierta regularidad.
Las podas bien hechas favorecen que su copa se ensanche y se haga más densa.
Sin poda alguna, los tallos crecerán mucho en altura y luego se caerán hacia los lados, dejando una planta de mal aspecto, despoblada en su interior, y que luego costará más arreglar.
☛ En cuanto a la época correcta, en este otro artículo hablamos acerca de cuándo podar el romero.
Y respecto a la forma de podarlo, se puede hacer de diversas maneras, dependiendo de la edad y estado de la planta. La poda tiene que tener siempre un objetivo, ya sea renovar la planta, iluminar el interior de la copa, hacerla más densa, etc.
Cuando se desea recolectar el romero para secar ―por ejemplo para infusiones―, hay que cortar buena parte de la planta a finales del verano (sin no hiela en otoño), dejando al menos unos 30 cm desde la base. Esta poda drástica fomenta la renovación constante de la copa, haciéndose densa y a baja altura.
☛ En el artículo sobre la poda del romero hablamos de los tipos y formas de podar esta planta.
Para terminar, a continuación puedes ver un vídeo en el que un Youtuber explica cuales son los cuidados que considera más importantes para un romero en maceta.
Vídeo: 5 cuidados del romero
No te puedes ir sin antes ver este vídeo del canal Un Agrónomo En Youtube en el que se explican muy bien algunos de estos cuidados básicos.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.