Poda del romero
El romero es un arbusto que puede desarrollarse perfectamente sin ninguna poda, pero sí es cierto que no intervenir sobre el crecimiento de la planta puede tener estas consecuencias:
➊ Excesivo crecimiento en altura. Puede pasar de los 3 metros si tiene donde apoyarse, pero su aspecto se desmejora mucho y el tallo no es capaz de sostenerlo.
➋ Forma poco compacta. Al no podar los tallos se alargan mucho pero apenas se bifurcan, quedando muchos espacios sin llenar en la copa de la planta.
Se pueden cosechar las hojas de las ramas podadas y consumirlas secas en infusión o emplearlas para la elaboración de aceite o alcohol de romero.
☛ La poda es uno de más de los cuidados del romero que tienes que tener en cuenta para que tu planta esté sana, fuerte y bonita.
Podemos distinguir tres trabajos diferentes a la hora de podar el romero, en función de cómo se encuentre la planta y lo que se quiera conseguir de ella.
Cuándo se poda el romero✔ Mira aquí las fechas en las que es más recomendable hacerlo y en las que nunca se debe intentar...
Poda de formación
Generalmente se desea que el romero adquiera una forma compacta y vistosa, ya sea formando con su copa una esfera más o menos natural o incluso un seto poco definido.
Para ello, cuando la planta es joven se despunta su único tallo a un tercio de su longitud. Esto hará que las yemas laterales se activen y surjan ramas del el eje principal.
Esta primera intervención ya tiene un gran impacto sobre la forma del romero pasando a ser mucho más redondeada y densa.
Más tarde, a medida que todos los tallos surgidos van creciendo hay que cortarlos de nuevo a 1/3 de su longitud ―el tercio de la punta―. Nuevamente los tallos se bifurcan compactándose aún más la copa del romero.
Esta última poda debe hacerse tantas veces como sea necesario hasta lograr el aspecto deseado.
Podas de mantenimiento
Una vez formado el romero, se podría dejar crecer libremente, pero entonces poco a poco tendería a recuperar de nuevo los tallos alargados y la copa poco densa.
Para evitar que la planta se desmejore con el paso del tiempo, se deben podar desde la base los tallos delgados y aquellos que están mal orientados, dejando uno vertical en el centro y los demás orientados hacia el exterior de la planta.
Hay que cortar también regularmente los extremos de las ramas. Esto favorece que el romero conserve su vigor y se renueve.
Estos tallos son válidos para realizar esquejes de romero, si se desea tener más plantas. Enraízan con mucha facilidad y sin necesidad de emplear hormonas.
En esta poda se deben eliminar también tallos o ramas secas o enfermas, rotas o aquellas que han perdido totalmente las hojas por encontrarse a la sombra.
Poda de renovación
Aunque no es muy frecuente recurrir a esta poda en el caso del romero, en ocasiones puede ocurrir que nos enfrentemos a una planta de forma desproporcionada, muy envejecida y falta de vigor.
En lugar de eliminar un romero de estas características se puede hacer un último intento para recuperarlo a través de una poda drástica.
Consiste en cortar el arbusto a unos 20 centímetros del suelo ―o a la altura que se quiera la nueva copa― para forzar que tenga que rebrotar de nuevo y formar otra vez todo su follaje.
Esta poda tan brusca es muy arriesgada y solo debe practicarse como último recurso.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.