Cómo cultivar menta
Menta es el nombre común que reciben muchas plantas pertenecientes al género Mentha, de las cuáles la más popular es la Mentha piperita L., que en realidad es un híbrido resultado del cruzamiento entre otras dos especies de menta: la Mentha aquatica L. ―un tipo de menta silvestre― y Mentha spicata L. ―la conocida como hierbabuena.
En este artículo hablaremos de menta en general, pues todas ellas se pueden cultivar de forma muy similar, pero más bien estaremos refiriéndonos a la menta piperita, por ser la más común.
Por qué cultivar menta
Muchos son los motivos que podemos encontrar para incluir la menta en nuestro huerto o jardín, o incluso aislada en el alféizar de una ventana, pero los que siguen son los que nos parecen más interesantes.
Fácil cultivo
Es una planta que se adapta bien a casi todos los suelos siempre que se mantengan húmedos, y no exige cuidados frecuentes o específicos más allá del riego.
Puede desarrollarse a la sombra o al sol, aunque en climas con veranos muy secos y soleados, es preferible plantarla en una zona en la que reciba algo de frescor ―al lado de un muro, bajo un árbol, etc.
Ocupa poco espacio
La menta no suele sobrepasar los 70 cm de altura, por lo que puede plantarse en rincones en los que ya crecen plantas más altas, en patios, balcones, ventanas, etc.
Si se planta en una maceta será mucho más manejable, puesto que no saldrá de ella y podrá cambiarse de lugar si estorba.
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Se propaga con facilidad
Los tallos o estolones de la menta echan raíces y arraigan cuando tocan con el suelo, por lo que si se deja a su aire ―y tiene espacio― irá colonizando el suelo a su alrededor de forma natural.
Aprovechando esta característica, la reproducción de la menta se hace muy sencilla: simplemente hay que arrancar esos estolones y plantarlos en otro lugar para que sigan desarrollándose.
Comprando una sola planta de menta, o pidiendo un estolón a alguien que la cultive, es suficiente para producir tantas plantas como se quiera.
Beneficiosa par la salud
La menta se ha utilizado desde antiguo para combatir muchas dolencias y mejorar la salud, ya que tiene propiedades digestivas, antiparasitarias, relajantes, antiinflamatorias, etc.
Se suelen preparar infusiones con sus hojas frescas o secas en agua caliente.
Es necesario informarse bien antes de tomar menta ―ya que se puede confundir con otras plantas― y hacerlo con precaución, puesto que en grandes cantidades o con mucha frecuencia puede ser perjudicial.
Aderezo en comidas y bebidas
Quizás uno de los usos por los que más se conoce es como saborizante de comidas y bebidas. ¿Quién no tomó alguna vez un refresco o un caramelo de menta?
El frescor que aportan sus hojas es muy apreciado en la preparación de bebidas alcohólicas y cócteles, como en el caso de los mojitos.
Atrae insectos beneficiosos y aleja plagas
Las abejas y otros polinizadores suelen visitar las plantas de menta cuando estas se encuentran en floración, por lo que es más probable que polinicen también el resto de flores del jardín o del huerto.
Sin embargo, la menta se suele emplear como planta repelente de determinadas plagas o en remedios naturales elaborados para combatirlas.
En maceta o en la tierra
Si has llegado hasta aquí seguro que es porque ya estás convencido de que vas a cultivar menta en tu casa, así vamos a contarte muy brevemente cómo hacerlo.
Se puede comenzar el cultivo mediante semillas ―comprando un sobre en cualquier centro de jardinería―, pero es muy recomendable saltarse ese paso y empezar directamente con una planta, ya sea en su correspondiente maceta, o en forma de estolón con raíces cortado de la planta madre.
También es muy recomendable comenzar el cultivo en una maceta, ya que será más fácil controlarlo, a menos que no se vaya a estar para realizar los riegos.
Si tienes un estolón o una pequeña planta de vivero, puedes comprar sustrato para esquejes, llenar con él una maceta de más de 5 litros de volumen y plantarlo en ella, regando con frecuencia los primeros días y manteniéndolo a la sombra.
También se puede prescindir del sustrato comercial y utilizar tierra del jardín, pero tendrás que estar más atento a los riegos, ya que seguramente esa tierra retenga menos agua o tienda a encharcarse si la riegas demasiado, aunque incluso así el estolón podría arraigar.
Puedes comenzar a cultivar la menta directamente en la tierra del huerto o jardín, a la salida del invierno o principios de la primavera, y siempre que dispongas de un rincón fresco para ella (por ejemplo al lado de un muro o seto)
La diferencia más notable respecto del cultivo en maceta, es que al plantarla en el suelo comenzará a extenderse por este, ocupando cada vez más espacio, aunque siempre se podrá controlar su avance arrancando las nuevas plantas que crezcan en un lugar indeseado.
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Cosecha prolongada
La menta es una planta vivaz, es decir, que no desaparece en ningún momento del año ―a menos que algo la mate―, por lo que pueden recolectarse sus hojas en cualquier estación.
Dicho esto, no es recomendable realizar grandes cortes en la planta cuando hay riesgo de heladas, porque además de sufrir daños por el frío, la planta no rebrotará y puede debilitarse, pero unas pocas hojas si se pueden coger.
Para conservar las hojas secas, es recomendable realizar los cortes a partir de que la planta rebrote en primavera y hasta antes de la floración veraniega.
Cuidados de la menta
Aquí explicamos cuáles son los cuidados que hay que proporcionarle.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.