Cómo plantar frambuesas
Si has llegado a este artículo, seguramente quieres plantar frambuesas por primera vez y no estés muy segur@ de cómo hacerlo, o puede que ya lo hayas intentado sin mucho éxito, y estés buscando un método más seguro.
Sea como sea, cuando termines de leer este artículo, tendrás muchas menos dudas y podrás realizar todo el proceso sin complicaciones.
Pero antes de entrar de lleno a explicar cómo realizar correctamente el proceso de plantación de las frambuesas ―o mejor dicho frambuesos―, hay que prestar atención a la planificación, muy necesaria para elegir la ubicación y la época del año más favorables.
Preparación del suelo
El frambueso requiere un suelo aireado, fértil, rico en materia orgánica, ácido, húmedo pero con buen drenaje y libre de enfermedades, especialmente las que se suelen establecer en cultivos precedentes de solanáceas y frutales.
Antes de realizar la plantación, habrá que ver qué condiciones presenta el suelo, y si faltara alguna de las anteriores, habrá que tratar de corregirlo.
No se deben plantar frambuesos en suelos muy pesados (muy arcillosos) y con tendencia a mantenerse encharcados.
Se puede mejorar el drenaje de un suelo pesado añadiendo materia orgánica y/o arena, y mezclándolas bien con este. También plantando las frambuesas en un caballón que se eleve sobre el nivel del suelo.
Limpieza del terreno
Lo primero que hay que hacer ―una vez que se ha identificado el lugar que ocuparán los frambuesos―, es despejar el terreno de obstáculos y vegetación espontánea.
Esto responde a dos necesidades:
- La mayor parte de las raíces de las frambuesas son superficiales por lo que sufren una gran competencia con la vegetación natural que recubre el suelo.
- Al despejar el terreno se puede observar mejor qué condiciones presenta el suelo, y realizar fácilmente los trabajos de acondicionamiento que requiera.
Se debe empezar por cortar la vegetación a ras de suelo ―o arrancarla de raíz si se puede―, y cavar superficialmente para extraer los restos que queden en el terreno (tallos y raíces)
Es importarte realizar bien este trabajo al principio, puesto que una vez que se planten las frambuesas será más complicado.
Abonado
A menos que el suelo haya sido abonado recientemente ―o no se haya cultivado desde hace varios años―, habrá que aportarle nutrientes en forma de abono, preferiblemente orgánico, ya que así también se está adicionando materia orgánica y acidificándolo.
El abono debe añadirse antes de labrar el terreno, para que se incorpore al suelo al remover la tierra.
El compost y los estiércoles bien maduros son una buena opción ―si los tenemos a mano―, ya que nos evitarán tener que comprar abonos comerciales.
Labrado en profundidad
Ya sea a mano o con maquinaria, se debe tratar de romper el suelo hasta la máxima profundidad posible. Esta labor es especialmente importante en suelos compactados o pesados.
Tras esta primera labor, el terreno estará más suelto, aireado y con mejor drenaje. Además se habrá mezclado parte del abono que se añadió previamente sobre el suelo.
El siguiente paso es terminar de enterrar el abono, y para ello habrá que labrar de nuevo pero esta vez haciendo surcos consecutivos que amontonen la tierra hacia un lado, de forma que la tierra movida al realizar el segundo surco tape el primero.
Por último, solo queda terminar de desmenuzar la tierra con un garabato o cultivador, rompiendo los terrones y aprovechando para retirar restos de plantas y piedras grandes.
Plantación
Antes de explicar cómo plantar los frambuesos, tenemos que aclarar que existen variedades de frambuesa reflorecientes y no reflorecientes.
Las primeras dan fruto en los tallos brotados en el primer año, pero también en los del año anterior, dando dos cosechas, una grande a principios de verano y otra más pequeña a finales de esa estación.
Las otras solo producen frutos en los tallos del año anterior ―en los brotes del año no―, por lo habrá que esperar un año desde la plantación, y además solo dan una cosecha.
Dado que producen frambuesas poco después de ser plantadas, recomendamos emplear variedades reflorecientes o remontantes, así no se hace tan larga la espera.
Época de plantación
Lo ideal es plantar las reflorecientes en primavera, las otras desde el otoño hasta finales del invierno, pero se pueden plantar todas en primavera.
Marco de plantación
Entre las líneas de frambuesos es necesario dejar al menos 2 metros, mientras que entre plantas de la misma línea entre 30 y 50 cm en las remontantes (o reflorecientes) y de 50 cm a 1 metro en las otras.
En espacios pequeños se puede reducir la separación entre líneas a 1 metro, si bien esto complicará los trabajos tales como limpiezas, escardas, recolecciones, podas, etc.
Formato de la planta
Se pueden adquirir frambuesos más o menos jóvenes en macetas de distintos tamaños, así como plantas a raíz desnuda, ya sea en viveros o a través de algún conocido.
No enterrar demasiado la planta de frambuesa ya que puede ser muy negativo para esta; es preferible que la raíz quede cerca de la superficie del suelo.
En maceta
En este caso, se enterrará el cepellón completamente, haciendo coincidir la parte alta de este con la superficie del suelo.
Se puede dar un riego después de la plantación pero no es necesario si la tierra está suficientemente húmedo, bastando con apretarla bien alrededor del cepellón.
A raíz desnuda
Si se arranca una planta de frambuesa y se pretende plantar en otro lugar, es mejor hacerlo después de la caída de la hoja y antes de que brote de nuevo, ya que el riesgo de que se seque será mucho menor.
Para no enterrar más de lo necesario la planta, hay que fijarse en la marca que dejó la tierra en el tallo, enterrándola de nuevo hasta ese punto.
Si hiciera sol, viento o tiempo seco, hay que regar muy bien tras la plantación y proporcionar algo de sombra si la planta tiene hojas.
En ambos casos es conveniente dejar un pequeño alcorque ―depresión de tierra― alrededor de la planta para facilitar los riegos, ya que así se concentra mejor el agua en la zona de la raíz.
Después de la plantación
Una vez plantado el frambueso, la labor más importante es el riego, ya que debe mantenerse la humedad en la tierra próxima a las raíces, especialmente si se plantó a raíz desnuda y con hojas.
Acolchado
También es muy beneficioso tras la plantación acolchar el suelo alrededor de la planta para conservar la humedad e impedir el nacimiento de vegetación espontánea que luego habría que retirar.
Se puede realizar con plástico negro o malla antihierbas, cuya principal ventaja es la duración, pero también con materiales orgánicos (compost, corteza de pino, serrín, paja, etc.) o inorgánicos (piedras, arena, etc)
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.