Cómo sembrar frambuesas a partir de sus semillas
Cómo extraer las semillas
Igual que en el caso de las moras, las frambuesas son frutos del tipo polidrupa, es decir, compuestos de pequeñas bolitas agregadas alrededor de un receptáculo.
Pues bien, cada una de esas bolitas que se pueden apreciar exteriormente, en su interior contiene una semilla, que en principio debería ser capaz de germinar.
Entonces, para obtener las semillas de frambueso, todo se reducirá a separarlas de la pulpa, algo que se puede hacer de al menos dos formas.
Manualmente
1 Simplemente se ponen unas cuantas frambuesas en un cuenco, o en un plato, y se aplastan con un tenedor.
Otra modalidad consiste en meter las frambuesas en un trapo, doblarlo para que no se salgan, y luego aplastarlas con las manos, frotando sobre la mesa. Se puede ir mojando el trapo para que el proceso sea más fácil.
Cuando estén completamente desmenuzadas (ver foto adjunta), las semillas estarán listas para el siguiente paso.
Es importante también se rompan las pequeñas bolas que forman el fruto, que son las que contienen las semillas.
2 Tanto si el primer paso se ha realizado con un tenedor o con un trapo, al terminar se vierte la mezcla de pulpa y semillas en un colador.
Ahora hay que limpiarlas con agua y frotándolas con los dedos contra la malla del colador.
Se puede hacer de dos maneras, metiendo el colador en un cuenco con agua, o bien debajo de un chorro, aprovechando el agua para regar.
3 Para acabar, con el colador boca abajo, se golpea en un plato para que se desprendan las semillas.
Al final de este proceso, las semillas deberán estar completamente limpias, sin apenas restos de pulpa, como puede verse en la foto adjunta.
Con licuadora
El método manual para separar las semillas de frambuesa de la pulpa, es el más sostenible y ecológico, pero existe al menos una forma mecanizada y más rápida de hacerlo, especialmente útil cuando se ha preparado un batido o zumo de frambuesa, y se desea desechar las semillas.
Consiste en introducir las frambuesas dentro del vaso de una licuadora, y triturar. En un minuto, o dos si se han puesto muchas frambuesas, las semillas ya se habrán liberado. Si queda una pasta muy espesa se puede añadir agua.
Ahora, igual que en la modalidad manual, hay que utilizar un colador. Se vierte el batido a través del colador, quedando las semillas en él, junto con algunos restos de pulpa. El batido cae a un cuenco.
A partir de aquí el proceso es idéntico a lo que ya se explicó en el apartado anterior. En concreto habría que seguir los pasos 2 y 3 para dejar las semillas limpias.
Secado de las semillas
Las semillas de frambuesa están muy húmedas justo después de separarlas de la pulpa, y aunque eso no impide su germinación, sí es necesario secarlas cuando se van a guardar por algún tiempo.
Sin embargo, si se va a hacer la germinación justo después de extraer las semillas de las frambuesas, entonces no es necesario secarlas.
Para lograr que pierdan el exceso de humedad, solo hay que extenderlas sobre un papel absorbente o cartón y dejarlas en un lugar soleado y ventilado por un par de días.
Si el tiempo en el exterior es húmedo, también se pueden secar al lado de un radiador, estufa o cerca de un electrodoméstico que emita calor.
Una vez bien secas, se guardan en un tarro pequeño o en una bolsa hermética, y si todo ha ido bien, se mantendrán con capacidad para germinar al menos unos cuantos meses.
Germinación de las semillas
Ya con las semillas limpias y preparadas para germinar, conviene realizar un proceso más antes de sembrarlas. Si no se hace, puede que algunas semillas logren germinar pero muchas no lo harán.
Se trata de la escarificación, un proceso que simula el paso de la semilla por el aparato digestivo de un animal, por ejemplo un pájaro que se comió los frutos.
Una vez que el agua y el aire pueden penetrar hasta el interior de las semillas, la germinación comenzaría, pero en el caso de la frambuesa aún queda un paso más para que esto pueda ocurrir: hay que simular el paso del invierno (frío seguido de calor), lo que se conoce como estratificación fría.
Y ahora ya si, superada la estratificación, las semillas del frambueso están listas para germinar con fuerza, pero para ello necesitan un soporte o sustrato.
Podrían sembrarse en macetas, pero es más recomendable hacerlo en un semillero, ya sea de alvéolos individuales (un agujero por planta) o un semillero colectivo (todas las plantas comparten el mismo sustrato)
¿Por qué es mejor en semillero? Pues porque sembrar tantas semillas en una maceta no sería lo ideal, y porque las plantas de frambuesa toleran bien el trasplante de semillero a maceta o a tierra.
Vídeo: proceso de germinación
En este vídeo se puede ver más o menos el mismo proceso que se explicó en este artículo, y como puedes ver realmente funciona.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.