Injertar castaños
Los castaños se cultivan fundamentalmente con dos o tres propósitos. Por un lado, para producción de madera, por otro para producción de fruto, y un tercero que puede ser una mezcla de los dos anteriores. Además, la obtención de setas es compatible con cualquiera de ellos, y también el aprovechamiento ganadero del terreno.
Dicho esto, que más bien pertenece a un enfoque comercial del cultivo del castaño, este árbol está también muy presente en jardines y otras fincas particulares como árbol de sombra y fruto, especialmente en regiones de clima templado-fresco y de montaña.
Pues bien, para cualquiera de los escenarios anteriores en los que se pretenda obtener frutos de calidad, el injerto del castaño es fundamental, como se verá a continuación.
Razones para injertar
Con este árbol las razones a favor del injerto son muy poderosas, a menos que se tenga el castaño con fines estéticos, botánicos, madereros o de otro tipo diferente a la producción de castañas.
Entrada en producción más precoz
Esta es una de las ventajas más grandes de realizar injertos en castaños. Si no se injertan, estos árboles tienen una larga etapa juvenil, durante la cual toda su energía se centra en desarrollar las raíces, tronco y ramas, y hasta que no superen esta fase, no habrá floración, y por tanto, tampoco frutos.
¿Por qué con el injerto se gana tanto tiempo? Pues simplemente porque la parte injertada suele y debe proceder de un árbol adulto que se encuentra en plena producción, y como esa parte (el injerto) será la que desarrolle toda la copa del nuevo castaño, estará en condiciones de florecer en cuanto alcance un desarrollo suficiente.
Propagación de variedades concretas
Cualquier castaño nacido a partir de semilla producirá frutos tarde o temprano, pero ¿cómo saber cual va a ser su calidad?
Hay que aclarar que no siempre las castañas de una variedad concreta van a ser mejores que las que puede producir un árbol "bravío" (nacido de semilla). Puesto que todos los árboles nacidos a partir de una semilla tienen una genética singular y diferente de cualquier otro, el azar puede hacer que surja un ejemplar con excelentes frutos, incluso mejores que los de cualquier otra variedad conocida.
Pero que sea un proceso azaroso y dado que el castaño tarda bastantes años en entrar en producción, no es nada práctico esperar tanto tiempo para finalmente comprobar que el ejemplar produce castañas de mala calidad.
Es por esto que el injerto de una variedad particular ofrece tantas garantías. Se sabrá de antemano cual va a ser la calidad de las castañas e incluso la productividad del árbol.
Resistencia a enfermedades
En este caso lo que suele proporcionar la resistencia es el patrón, es decir la parte que se encuentra por debajo del punto de injerto. Una parte del tronco y las raíces pertenecen a este árbol resistente, sobre el que luego se injerta la variedad que más interese cultivar.
Es un hecho comprobado que el injerto del castaño común (Castanea sativa) sobre patrón de castaño japonés (Castanea crenata), o sobre determinados híbridos, lo hace más resistente a la enfermedad de la tinta. En regiones susceptibles al ataque de esta enfermedad, los castaños sin injertar sobre patrones resistentes, suelen tener poco futuro y tarde o temprano terminan pereciendo.
Resistencia a plagas
Al igual que en el caso de las enfermedades, se sabe que determinadas variedades de castaña son menos atacadas que otras por la avispilla del castaño, una gran plaga exótica que asola las plantaciones tradicionales en algunas regiones.
Sabiendo esto y estando en una zona afectada, que se reconoce observando si en los castaños del lugar hay agallas (grandes bultos en las yemas), puede ser muy interesante injertar una variedad más resistente a la avispilla.
Épocas de injerto
En el norte de España, una zona de cultivo tradicional del castaño, siempre se solía injertar en castaño cuando la savia del árbol comienza a moverse en primavera, aunque es posible hacerlo también más temprano o más tarde, según el clima local y el método de injerto empleado.
"Sin" movimiento de savia
Dependiendo del clima del lugar, la savia del castaño puede empezar a fluir más pronto o más tarde. Puede hacerlo tan temprano como en marzo (o incluso algo antes) o tan tarde como en mayo (o incluso junio)
Puesto que esto es como no decir nada, lo mejor es siempre preguntar a las gentes del lugar. Es muy probable que ellos sepan en que momento se suele activar el árbol después del invierno.
Hay que tener en cuenta que en climas fríos será más tardía que en climas cálidos. También que si se opta por modalidades de injerto "sin movimiento de savia", es mejor realizarlas poco antes de que el árbol se active, por aquello de que no puede producirse la unión injerto-patrón si el árbol no está activo.
Con movimiento de savia
Como se ha dicho, es complicado saber cuando injertar si se pretende hacerlo mediante técnicas que requieren que la savia apenas fluya, o lo que es lo mismo, que la corteza no se desprenda de la madera.
Pues bien, si lo que se desea es recurrir modalidades de injerto que precisan que la corteza se pueda separar, es muy fácil determinar el momento adecuado en que esto ocurre, simplemente haciendo comprobaciones periódicas en el campo.
Para ello solo hay que localizar una rama joven y vigorosa, preferiblemente un chupón o sierpe, y cortar un pequeño trozo de ella. Con unos 5 cm es suficiente para realizar la comprobación.
Si el corte se realiza con una navaja o tijera de podar, ya se puede intuir si hay movimiento de savia solo con observar el filo del utensilio. Cuando este se tiñe de un color azulado, es que se ha manchado de savia.
Pero para estar más seguros, conviene frotar la corteza del trozo de rama con el mango de la navaja o con otro objeto de superficie lisa y redondeada. Hay que apretar la corteza a medida que se desliza el objeto hacia los extremos del trozo de rama.
Hecho esto alrededor de toda la superficie, se realiza un corte longitudinal en la corteza y se intenta despegar esta. Si se consigue fácilmente, es que hay buen movimiento de savia, y que por tanto, se pueden practicar los injertos correspondientes.
Compatibilidad
En principio el injerto solo es totalmente compatible con otras especies del género Castanea, como el castaño japonés, los castaños chinos (varias especies), el americano o con híbridos entre estos y el castaño europeo.
Dicho esto, existen algunos ejemplos de castaños injertados sobre árboles de otros géneros, como el conocido castaño de la carretera de Torrox, en el término municipal de Cómpeta (Málaga - España), que se encuentra injertado sobre un ejemplar de alcornoque (Quercus suber), perteneciente a la misma familia botánica que el castaño, la de las fagáceas.
Muchas personas han intentado el injerto de castaño sobre encina (Quercus ilex), pero a pesar de lograr la unión en un primer momento, unos años después el experimento suele fracasar, generalmente con la muerte de la encina primero y después obligatoriamente la del castaño.
Por último mencionar que el usuario quipar, del foro infojardín, relata como logró realizar un injerto múltiple encina-alcornoque-castaño, haciendo el alcornoque de puente entre la encina y el castaño, mejorando previsiblemente la compatibilidad entre ambos.
Técnicas de injerto en castaño
En teoría se podría utilizar casi cualquiera de las muchas técnicas de injerto disponibles, pero el caso del castaño es muy particular.
Este árbol puede ser francamente complicado de injertar con éxito, a menos que se utilicen ciertas modalidades más favorables, en el momento idóneo, realizando el procedimiento con sumo cuidado y sabiendo lo que se hace.
Esto generalmente supone que solo aquellas personas con experiencia en el injerto estarán, en principio, en condiciones de realizar la operación con garantías. Esto no quiere decir que no pueda hacerlo cualquier persona que se haya informado convenientemente y sea habilidosa con la navaja, y con las manos.
Fiables
De entre todas las técnicas de injerto, algunas se han demostrado más seguras, o dicho de otra manera, ofrecen mejor porcentaje de éxito que otras.
Algunas de ellas son clásicas, las que se emplearon tradicionalmente en las zonas castañeras, mientras que otras "nuevas" puestas en práctica por los viveros, se han demostrado muy fiables.
Hablando sobre mi experiencia personal con el injerto de este árbol, he de decir que fue un poco decepcionante al principio. Tuve que realizar muchos intentos, cambiando de época, de técnica y de material para finalmente obtener buenos resultados en casi todos los intentos, concretamente injertando variedades tradicionales sobre patrones de castaño híbrido resistente a la tinta.
Injerto de canutillo con tiras
Esta otra modalidad me ha funcionado bien en pleno movimiento de savia, y es la más utilizada tradicionalmente en amplias zonas de sotos, como por ejemplo en los Ancares (Lugo - España).
Debe realizarse en primavera, cuando la savia del castaño está en movimiento, pero antes de que aparezcan las hojas. Como se ha dicho más arriba, el momento exacto depende del clima de cada lugar, por lo que hay que determinarlo de forma experimental o preguntando a la población local.
Procedimiento
1 Elegir las varetas o púas.
Tienen que proceder de un castaño adulto de la variedad que interese propagar, y ser de madera joven, es decir, crecidas el año anterior.
Los chupones que aparecen en la base de ramas o troncos que han sido cortados, son una muy buena opción.
Interesa que sean ramas lisas, sin ramificaciones, de entrenudos largos, y de un diámetro similar a la zona del patrón que se va a injertar.
2 Cortar el patrón.
Si se trata de un castaño joven, sin ramificaciones, el injerto se realizará directamente en el tallo, para lo cuál deberá cortarse a la altura en la que el diámetro sea similar al de alguna de las varetas recogidas en el paso anterior.
En cambio, si el patrón es un castaño de más de un año y que ya posee ramas, entonces habrá que realizar el injerto en algún chupón que pueda tener el árbol. Para favorecer la aparición de estos chupones ideales para recibir el injerto, es muy interesante cortar el tronco del castaño o alguna rama principal el año anterior.
Es muy importante entender que el patrón tiene que ser un tallo joven (del año anterior), largo y desprovisto de ramas. Y por supuesto, que el diámetro en su parte central sea similar al de alguna de las varetas recolectadas.
3 Realizar cortes verticales en la corteza del patrón.
Con la navaja, se realizan varios cortes verticales alrededor del tallo, justo por debajo de la zona en la que se ha cortado el patrón.
La separación entre los cortes ha de ser similar, como si estuviéramos partiendo una pizza, y al igual que en esta, es ideal que sean 8 incisiones.
Por último, se tira levemente de las tiras de corteza hacia abajo para dejar al descubierto unos centímetros de madera del patrón.
4 Extraer un cilindro de corteza de una púa o vareta.
Lo primero es fijarse en el diámetro de la madera del patrón en la zona en la que se ha separado la corteza, y buscar una vareta con un diámetro un poco más grueso, ya que sino puede pasar que el cilindro extraído no entre en el tocón del patrón.
Es posible que no se acierte a la primera, por lo que conviene realizar varios intentos hasta dar con el cilindro que mejor se ajuste a la madera del patrón pero que quede un poco holgado.
Es muy recomendable cortar, con la tijera de podar, la vareta empezando por la punta, de forma que se pueda observar a simple vista la madera de esta. Esto hará más fácil comparar el diámetro de la madera del patrón con el de la vareta.
Una vez se llega a la zona adecuada de la vareta, se realiza un corte alrededor de la corteza, de forma que entre en corte y el extremo de la púa queden al menos 4 centímetros. Por supuesto tiene que haber al menos una yema dentro de esos 4 cm y mejor si está cerca del centro.
Lo siguiente es frotar con el mango de la navaja, o con otro objeto redondeado y liso, la corteza del cilindro, ejerciendo algo de presión para que esta pueda despegarse más fácilmente de la madera.
Cuando está lista, simplemente girando el cilindro con los dedos se liberará de la madera y se podrá extraer.
5 Introducir el cilindro en el tronco del patrón.
Respetando siempre la posición original del cilindro. La parte de arriba hacia arriba y la de abajo hacia abajo. Se inserta este en el trozo de madera desnuda que ha quedado en el patrón al retraer las tiras de corteza.
Debe entrar con facilidad pero tampoco quedar muy holgado. A continuación se verá por qué.
6 Empujar el cilindro a medida que se bajan las tiras de corteza.
Como es lógico, el cilindro de corteza debe quedar firmemente unido a la madera del patrón, para lo cual habrá que hacerlo descender por el tallo. No debe girar a medida que desciende.
Como la madera del tallo del patrón irá aumentando de grosor a medida que se baja, el cilindro de corteza cada vez estará más apretado.
A medida que va siendo más complicado empujarlo, quiere decir que nos estamos acercando al lugar definitivo que ocupará, y por tanto, ahora es muy importante desplazar las tiras de corteza poco a poco, con el objetivo de que cuando no se pueda mover más el cilindro, este quede en contacto íntimo con la corteza del patrón, justo en la base de las tiras.
7 Atar la zona del injerto y cortar el sobrante del patrón.
Una vez que el canutillo de corteza está firmemente ajustado a la madera del patrón, y su extremo inferior ha quedado introducido en la base de las tiras de corteza, es hora de rematar la operación.
Algunos injertadores dejan el injerto sin atar ni sellar de ninguna manera (solo cortan el sobrante de las tiras), otros cubren el canutillo con las tiras de corteza y las atan al tallo por encima del injerto, otros cubren la zona con cinta para injertos y algunos añaden además pasta cicatrizante (muy beneficiosa a veces).
Es muy común la primera modalidad entre injertadores de cierta edad, y he podido comprobar como el injerto tiene éxito, así que puede ser una buena opción. Algunos solo atan el injerto ligeramente donde comienzan las tiras de corteza, previsiblemente para que no se desgarren hacia abajo.
Yo he experimentado con varias de estas terminaciones de injerto, pero finalmente la que mejor resultado me ha dado ha sido esta:
- Cortar las tiras de corteza 1 cm por encima de la base del canutillo y atar con cinta desde unos 3 cm por debajo del injerto hasta llegar a cubrir completamente el sobrante de las tiras, es decir, 1 cm sobre el canutillo, pero siempre por debajo de la yema.
Entre las técnicas que he podido probar y con las que he logrado cierto éxito, se encuentra el injerto de chip o astilla, también conocido como " injerto a la mallorquina". En mi experiencia, realizado a comienzos del movimiento de savia, se logra prendimiento, aunque el brote se desarrolla con menos vigor que en el caso del injerto inglés, seguramente porque la unión es más débil.
La principal ventaja de la modalidad de chip es que permite aprovechar mejor el material de injerto, algo importante cuando se dispone de pocas varetas y se pretenden injertar muchos patrones.
Dudosas
Se pueden encontrar abundantes referencias en internet y en otras publicaciones acerca de injertos alternativos en el castaño.
A pesar de que se afirma que son modalidades válidas, y puede que lo sean, después de haber experimentado con algunas de ellas, no he conseguido tener suficiente éxito. Es cierto que son muy útiles en la mayoría de los árboles frutales, pero el del castaño es caso aparte, al menos si no se tienen conocimientos específicos de cómo realizarlas en el caso de este árbol.
Dos de estos injertos son el de corona y el de hendidura, ambos son injertos de púa que se realizan cuando el árbol está próximo a salir de su pausa invernal.
Por otro lado se hace referencia también a algunos injertos de yema, además del explicado más arriba, que se pueden aplicar a este árbol. Es el caso del injerto de parche, el de escudete o el de canutillo normal. Este último aparece junto con el de canutillo en tiras, y antes que este, en el libro ⓘ INJERTO DE TODOS LOS ÁRBOLES Y ARBUSTOS, de Jean-Yves Prat y Denis Retournard, 2008 Ediciones Omega, una obra de referencia en lo que a injertos se refiere.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.