Injerto con taladro
Esta modalidad es una rareza en el mundo de los injertos, practicada por simple curiosidad o como una alternativa más en algunos ámbitos muy concretos, como el de la formación de bonsais.
En el mundo del bonsai se conoce con el nombre de Mawashitsugui, y se utiliza mucho para insertar ramas en zonas concretas del tronco, aunque suele hacerse sin cortar la púa, es decir, utilizando una rama del propio bonsai o de otro que se ponga cerca del primero.
Sin embargo, no suele emplearse ampliamente ni en viveros ni en injertos a campo, principalmente porque no supone una clara ventaja respecto de otras técnicas más ortodoxas, y porque exige tener un taladro de batería, brocas de muchos diámetros diferentes y llevar todo ese material al lugar del injerto.
Pero también tiene ventajas. La principal es que no es necesario atar la púa, al quedar esta insertada dentro del tronco y a presión. Si se hace bien, tampoco es necesario sellar la zona de contacto entre la púa y el patrón, aunque para asegurar es mejor hacerlo.
Otra ventaja de esta modalidad es que permite injertar púas en ángulos imposibles con otros métodos clásicos, por ejemplo completamente horizontales (perpendiculares al tronco injertado), hacia abajo, o en cualquier ángulo salvo completamente vertical.
Aclarado todo esto, se trata de una técnica de injerto que funciona, especialmente en árboles que son fáciles de injertar, como el manzano, por ejemplo, y por eso merece la pena hablar de ella aquí.
Mejores épocas para realizarlo
Sin duda a finales del invierno y comienzos de la primavera, antes de que se produzca la brotación, pero cuando haya algo de movimiento de savia, es decir, una vez que el árbol ha comenzado a salir de su parada vegetativa invernal.
Aunque menos adecuado, también sería posible realizar el injerto de taladro durante la primavera y el verano, pero entonces sería necesario defoliar la púa para evitar que se deshidratara rápidamente.
Procedimiento
En realidad es bastante sencillo, pero como en cualquier otra técnica de injerto, hay que considerar algunos puntos clave. Más abajo incluimos un vídeo en el que se puede ver todo el proceso.
❖ La capa de cambium de la púa tiene que quedar en contacto íntimo con la misma capa del patrón, al menos en un punto.
❖ El diámetro de la broca tiene que coincidir con el de la madera de la púa (una vez pelada), aunque también puede ser un poco menor, pero entonces habrá que retirar más madera manualmente.
1 Recoger las púas
Elegir púas crecidas el año anterior, de madera joven, vigorosas y sin yemas de flor.
Si se recogen tiempo antes, por ejemplo en pleno invierno (beneficioso para algunos injertos), hay que envolverlas en una paño húmedo y meterlas dentro de una bolsa o táper, dentro del frigorífico.
A la hora de recolectar las púas del árbol, se cortarán todo lo largas que se pueda, o al menos de unos 25-30 cm de largo en caso de que sean muy largas (distancia entre la punta de la púa y la zona de crecimiento entre la parte crecida en el último año y el anterior)
2 Preparar una púa
Ya en el lugar de injerto, se corta un trozo de púa tal que posea al menos 2 ó 3 yemas, y que además tenga un trozo de madera lisa en la parte inferior, de al menos un par de centímetros de largo.
En esa zona lisa inferior, con una navaja bien afilada y desinfectada, se retira la corteza con cuidado, cortando en sentido hacia el extremo de la púa, de manera que quede un pequeño chaflán entre la zona de madera pelada y la de corteza sin pelar. Esa será la zona de unión de los cambium.
3 Elegir la broca adecuada
Rápidamente, se elige la broca especial para madera cuyo diámetro sea idéntico (o casi) al de la púa en la zona pelada. Si se dispone de un calibre es más fácil hacerlo bien, sino a ojo, colocando la parte de atrás de la broca en el extremo de la púa para comparar ambas.
Es importante que, al igual que la navaja, la broca esté bien afilada y desinfectada. Lo primero para que el agujero quede limpio, sin fibras sueltas ni magulladuras, y lo segundo para que no se introduzcan patógenos que puedan echar a perder el injerto desde dentro del agujero.
4 Realizar el agujero
El hoyo tiene que tener una profundidad similar a la parte pelada de la púa, así que conviene marcar en la broca hasta dónde debe penetrar. Para ello se puede utilizar un trozo de cinta aislante o de carrocero, y pegarla en la broca justo en la zona en la que habrá que parar de taladrar.
Es crucial hacer el hoyo de una vez, con buen pulso y evitando movimientos laterales que puedan agrandar el agujero o dañar la corteza o el cambium.
En cuanto a la orientación e inclinación, la que sea más adecuada teniendo en cuenta el lugar en el que crece el árbol, su forma y el resultado deseado.
5 Insertar la púa
Por último, solo queda introducir la zona pelada de la púa en el agujero, pero antes hay que asegurarse de que no quedan fibras o irregularidades en el borde de este. Si las hubiera habría que pasar el filo de la navaja para alisar la zona, de manera que quede un borde bien definido y limpio.
A la hora de introducir la púa, hay que fijarse en la posición de las yemas, de manera que queden en la deseada, ya que de ellas saldrá el brote que dará lugar a la futura rama.
Para terminar, se presiona bien la púa hacia dentro, hasta que no se vea la zona pelada y la zona de corteza sin pelar quede bien estada con la entrada del agujero, un poco hacia dentro del mismo, según sea el grosor de la corteza del patrón o tronco. A más grosor más debería introducirse la púa, porque la capa de cambium estaría más hacia dentro.
Si el agujero se hizo horizontal o con la broca apuntando algo hacia arriba, no es necesario sellar la zona de unión (la entrada del hoyo), pero sí es recomendable en el resto de casos, para evitar que el agua que escurra por el tronco la púa se acumule dentro de la cavidad, lo que arruinaría el injerto. Para evitarlo conviene sellar siempre la unión con mástic.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.