Mejor luna para sembrar
Es necesario comenzar este artículo lanzando una pregunta al aire; ¿tienen las fases lunares alguna influencia en el éxito de los cultivos, según el momento en el que se siembre, trasplante o se realicen otras labores?
En el artículo que se acaba de enlazar, se trata de arrojar luz sobre esto, explicando las distintas fuerzas que la luna puede ejercer en las plantas y cómo se interpreta el sentido de esas fuerzas en cada fase lunar.
Por otro lado, es sabido que desde antiguo casi todas las culturas se guiaron por las fases lunares para organizar las siembras, podas, recolecciones y otros trabajos agrícolas. Tan arraigados estaban esos conocimientos que han llegado hasta el presente, manifestándose de dos formas:
● En muchos lugares la población rural sigue utilizando esos mismos principios, aunque en ocasiones equivocados, como se verá más abajo.
● Algunos nuevos horticultores, sensibilizados con la agricultura natural y ecológica, han comenzado a tener en cuenta las fases lunares, dentro de lo que se conoce como filosofía biodinámica.
Sea cual sea el caso, no se está equivocado cuando se asegura, o al menos se sospecha, que la luna ha de tener alguna influencia en las plantas. Eso es indiscutible, puesto que la tiene en las mareas o en el cuerpo humano, así que seguramente también en las plantas, que son sensibles tanto a la gravedad como a la luz.
Ahora bien, aunque no hay demasiados estudios científicos que lo avalen, lo cierto es que sí existen algunos muy reveladores que se mencionan a continuación.
Un estudio científico
Un estudio o investigación científica trata de establecer la relación entre una teoría y los resultados que se obtienen de la experimentación y la observación, utilizando para ello un método riguroso de toma y tratamiento de datos.
Pues bien, se trata de algo serio, de datos fiables, como los de un estudio realizado en 2012 por varios expertos en agronomía y un estadista. En este trabajo se plantearon determinar si la fase lunar en la que se sembró una variedad de maíz tuvo relación estadística con su rendimiento.
Dicho de otra manera, querían ver si sembrando en fases lunares diferentes, se apreciaban diferencias significativas en el tiempo de germinación, tamaño de las mazorcas, grosor del tallo, etc.
Las conclusiones a las que llegaron es que sí hubo diferencias significativas en algunos de los siguientes aspectos:
✦ Las semillas germinaron mejor en las parcelas que se sembraron en las fases lunares de cuarto creciente y luna nueva. Esto ya había sido comprobado con anterioridad en estudios sobre el cultivo de papaya.
✦ Las plantas sembradas en luna nueva alcanzaron un mayor diámetro del tallo.
✦ El peso promedio del grano de maíz sembrado en la fase de luna nueva fue superior al resto, aunque no se encontraron diferencias significativas al realizar el análisis estadístico.
Extendiendo los resultados de este estudio científico a cualquier cultivo, se podría decir que las mejores fases lunares para sembrar serían luna nueva y cuarto creciente.
Hay que aclarar que esto es una suposición, es decir, se comprobó que para el maíz era así, y entonces se supone que esto será igual o similar para otros cultivos, pero no se sabrá a ciencia cierta hasta que se pueda probar.
A qué se debe...
Pues los mismos investigadores afirman que el efecto positivo sobre la germinación de las semillas se puede deber a que, al sembrarlas en luna nueva o cuarto creciente, pasan más tiempo recibiendo la luz de la Luna (y una luz más intensa al ir creciendo la luna)
En cuanto al grosor del tallo y el peso del maíz, no ofrecen una explicación de por qué son mejores en las plantas que se sembraron en luna nueva. Seguramente esto responda a procesos internos de regulación de la actividad de la planta cuya influencia lunar no se conoce aún.
Qué decía la tradición agrícola...
Estos investigadores también recabaron la opinión de los agricultores locales. Les preguntaron en qué fase sembraban y cuál pensaban que era la mejor para hacerlo.
La mayoría respondieron que la mejor fase era la luna llena. Algunos también sembraban en cuarto creciente y cuarto menguante.
Curiosamente, ninguno sembraba en luna nueva; una decisión equivocada a la luz de los resultados del estudio.
Sin embargo, desgraciadamente estos resultados del maíz no se puede aplicar a todas las plantas, porque en un segundo trabajo con la siembra del árbol Maesopsis eminii, se encontró que las plantas sembradas dos días antes de la luna llena, tuvieron 4 meses después una altura media 3 cm superior a las sembradas dos días antes de la luna nueva.
Como puede comprobarse, esto parece contradecir lo probado en el primero de los estudios, así que es imposible saber con certeza cómo afectará a una planta concreta, salvo que la ciencia lo haya estudiado ya.
Conclusiones
Aunque la Luna pueda tener una cierta influencia en ciertas plantas, como demostraron en los estudios mencionados, hay que tener en cuenta primeramente otros factores más poderosos, como la previsión meteorológica, el estado del suelo y el manejo del cultivo.
No sirve de nada esperar a que la fase lunar sea la más recomendada para sembrar si coincide con un periodo de lluvias intensas, frío, calor extremo y otros factores que podrían ser fulminantes para el cultivo.
Tampoco se lograrán buenos resultados si se descuida el manejo del cultivo, por mucho que se siembre en la fase lunar óptima. Si no se riega cuando es necesario, si no se eliminan las hierbas adventicias, si no se na nutrido adecuadamente el suelo, etc. la fase lunar es lo de menos; no podrá obrar milagros.
Por todo esto, lo ideal sería preparar bien el suelo, esperar a que tenga buen tempero (grado correcto de humedad), a que el tiempo sea bueno y el momento del año adecuado y, además, si todo ello coincide con la fase lunar que se considera más adecuada, mejor, sino tampoco pasa nada porque los otros factores pesan mucho más que un ligero efecto lunar.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.