Origen de la sandía

Al igual que ocurre con otras muchas plantas cultivadas desde hace miles de años, resulta complicado saber con certeza cuál es el lugar de origen de la sandía, puesto que fue llevada de un lugar a otro alrededor de todo el mundo.

Existen evidencias de que la sandía ya se consumía hace unos 5000 años. Los investigadores encontraron sus semillas entre restos arqueológicos de esa época en el noreste del continente africano. ¿Es esa su zona de origen o la trajeron desde otro lugar? Que se haya encontrado allí no significa necesariamente que no sea originaria de otra zona, ¿verdad?

Otro interrogante que enseguida viene a la mente es si el hecho de consumirse en esa época y ese lugar, ¿significa que también se cultivaba o que simplemente se recolectaba la fruta de una planta silvestre? Si fuera esto último, parece más factible que en esa zona se encuentre su verdadero origen.

Un segundo descubrimiento arroja más pistas. En una tumba egipcia de hace 4000 años, se halló la imagen de una fruta similar a la sandía, con rayas y sobre una bandeja de las que se empleaban para depositar alimentos.

Estos dos hallazgos sitúan a la sandía en el noreste africano en esa época, aunque aún no podemos saber si ese es realmente su origen. Quizás la trajeron aquellas gentes de otro lugar.

Para resolver definitivamente este entuerto, faltaba una tercera pieza en el puzzle, pero se encontró. Resulta que en la actualidad aún crecen sandías silvestres en esa zona, concretamente en el actual Sudán y países colindantes. Ahora si todo parece encajar.

Pero las sandías silvestres son amargas o insípidas, su pulpa es amarillenta y dura. ¿Cómo pudieron consumirla con estas características? Los investigadores creen que quizás la comenzaron a consumir por su gran contenido en agua, y que fruto del cultivo selectivo fue bastante sencillo pasar de esta tan poco apetecible fruta a la actual sandía dulce y tierna.

Al parecer el sabor y el color de la pulpa están regulados por un mismo gen, por lo que es fácil imaginar que tras años de cultivos consecutivos, de pronto una fruta resultó ser más dulce y de color más rojizo ―debido a un cambio en ese gen―, así que cualquiera sembraría de nuevo sus semillas y no las de sus hermanas insípidas, ¿verdad?

Esto parece estar apoyado por el hecho de que la genética de las sandías de postre actuales es muy homogénea, como si todas procedieran de un mismo antepasado "mutado". El estudio comparativo del ADN de las sandías sandías silvestres del noreste de África y de las modernas cultivadas en todo el mundo, no deja lugar a dudas: La sandía que todos hemos comido alguna vez se originó en esa zona.

Podemos concluir afirmando que el origen de la sandía se encuentra en el noreste del continente africano, en los actuales países de Sudán y otros próximos.

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