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Sandia

Riego de la sandia

La sandía es una planta que demanda mucha agua, pero no siempre la misma, ya que la cantidad y la frecuencia de riego depende de cada fase del cultivo, y debe ser la correcta en todo momento o las cosas pueden ir realmente mal
Publicado: (última modificación 19 Dec 2018) Por Foto del autor Sígueme

La sandía es una planta que se puede cultivar tanto en secano ―sin riego― como en regadío, pero es en esta última modalidad dónde ofrece mejores resultados, así que vamos a aprender algunas cosas al respecto.


Demanda de agua

A medida que el cultivo pasa por las diferentes etapas de desarrollo, necesita más o menos cantidad de agua, y en alguna de ellas es fundamental controlar bien este aspecto o se puede echar a perder la cosecha. Lo veremos a continuación.


Agua cayendo de regadera

Primera etapa: Crecimiento de la planta

Hay que aclarar primeramente que si la siembra de la sandía se realiza de forma directa en el terreno, es conveniente dar previamente un riego general abundante ―si el suelo está seco― y esperar a que el agua se drene de nuevo antes de sembrar.

En esta primera etapa ―que va desde que se planta o siembra la sandía hasta que aparecen las flores― la sandía demanda poca agua.

Al principio, cuando la planta es joven, es preferible dar riegos más frecuentes pero cortos ―menos cantidad de agua―, mientras que a medida que crece y sus raíces profundizan en el terreno, se pueden espaciar los riegos y aumentar la cantidad de agua aportada en cada uno.

En suelos francos o franco-arcillosos y si llueve lo suficiente, se puede prescindir de los riegos durante toda esta fase.

Obviamente, si se comienza el cultivo con el trasplante, habrá que regar ligeramente hasta que la planta se asiente.


Segunda etapa: Floración

Una vez que aparecen las flores, los riegos deben ser cortos y con frecuencia diaria ―a menos que se aporte agua en forma de precipitaciones.


Tercera etapa: Desarrollo de los frutos

Esta es sin duda la fase más crítica en cuanto a la gestión del agua en este cultivo.

Es cuando las plantas van a demandar mayor cantidad de agua, y además, los frutos son muy sensibles a las fluctuaciones de humedad del suelo ―se pueden agrietar especialmente cerca del final del cultivo―, por lo que ha de estar suficientemente húmedo en todo momento.

Con este escenario, lo ideal es realizar riegos diarios e intensos, para evitar que el suelo se pueda secar en exceso.

Ni decir tiene que si hay precipitaciones moderadas y el cultivo es al aire libre, se debe suprimir el riego.


Cuarta etapa: Maduración

Cuando se acerca el final del cultivo, los frutos de la sandía están próximos a la maduración completa. Es momento de reducir ―o incluso eliminar― los riegos para que la fruta termine de madurar y adquiera un sabor más dulce e intenso.

Se van espaciando los riegos y disminuyendo su intensidad hasta suprimirlos por completo justo antes de la recolección.

En esta fase, bajo ningún concepto se deben dar riegos copiosos después de un periodo de riegos ligeros o ausentes, ya que la fruta absorberá una gran cantidad de agua y puede llegar a agrietarse.


Tipos de riego para sandía

Suelen ser dos los más utilizados, ya que otros ―como la aspersión― no son nada recomendables pues favorecen la aparición de enfermedades en la planta.


Por goteo

Sin duda es el más empleado en cultivos de sandía bajo invernadero.

Frente a otros métodos tradicionales, supone un importante ahorro de agua ―puesto que se puede regular mejor la dosis necesaria― y mayor comodidad, ya que tanto el riego como la fertilización se pueden automatizar.


A manta o inundación

Se trata de un sistema tradicional que consume mucha agua, pero que puede ser la opción elegida en cultivos de sandía al aire libre, cuando pasa cerca una acequia de riego.

Con este sistema es complicado controlar la distribución del agua en el terreno y la dosis justa. Es muy fácil que el suelo se encharque y aparezcan problemas de asfixia radicular o enfermedades.


A tener en cuenta

A la hora de concretar mejor cuanto y cuando regar en el cultivo de sandía, es necesario estudiar previamente las características del suelo, el clima, la composición del agua de riego y las particularidades del cultivo, entre otras cosas.


GUÍA DE CULTIVO DE LA SANDÍA

Aquí tienes más información sobre temas específicos de este cultivo.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.