Marco o distancia de plantación del olivo

Las distancias entre árboles es crucial en el caso del olivo, especialmente por la necesidad de maximizar la cantidad de luz que recibe cada planta.

Se puede afirmar que, a igualdad de condiciones, olivos mejor iluminados darán siempre mejores cosechas.

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Pero además de la luz, la fertilidad del suelo, la disponibilidad de agua, el método de recolección, así como la variedad, determinan también que un marco de plantación sea mejor que otro.

En función de estos factores y de otros, se puede decir que existen tres tipos de olivares bien diferenciados, y en los cuáles la distancia entre plantas va en aumento.

Olivar tradicional

Emplea los marcos de plantación más amplios y, por tanto, la menor densidad de plantas por superficie.

Normalmente, las distancias varían entre 8 y 12 metros, y son las mismas entre hileras y entre árboles de una misma hilera.

Teniendo en cuenta estas distancias, en una hectárea de terreno se podrán plantar solamente entre 70 y 150 olivos.

Actualmente este sistema está en desuso por el bajo aprovechamiento del terreno y el gran tamaño que pueden alcanzar los olivos, dificultando enormemente la recolección.

La gran ventaja del olivar tradicional es que encaja mejor en un modelo en el que se le den diversos usos al terreno, como por ejemplo el pastoreo, el cultivo de cereal o de otras plantas, actividades recreativas o educativas, etc.

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Olivar intensivo

Quizás el modelo más empleado en la actualidad, y que a su vez puede ser de baja o alta densidad.

En el primer caso (baja densidad), los olivos se plantan a 7x7 ó 6x4 metros, lo que da lugar a unos 200-400 árboles por hectárea.

Para la alta densidad, el marco se suele reducir a 7x3.5 ó 6x2, y en una hectárea se podrán plantar entorno a 400-800 olivos.

Emplear este marco en lugar del superintensivo (más abajo) brinda dos principales ventajas: menor coste en el momento de la plantación, al emplear menos plantas, y una vida productiva más larga (el doble)

En cuanto a las desventajas respecto del superintensivo, destacan el aprovechamiento más lento del terreno y de la luminosidad, y el comienzo de la producción más retardado.

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Olivar superintensivo

Este último se conoce también como olivar en seto, porque los árboles están tan juntos que forman literalmente setos a lo largo de las hileras.

En este caso los olivos se plantan en un marco de 4.5x2 ó incluso 3.5x1.5 metros, es decir, entre 4.5 y 3.5 metros entre hileras, y entre 2 y 1.5 metros entre árboles de la misma hilera.

Con este marco tan denso, en una hectárea caben más de 1500 olivos.

La grandes ventajas de este sistema son la entrada en producción más temprana, y la mejor y más pronta ocupación del espacio.

Sin embargo, sus las desventajas son el mayor coste en el momento de la plantación (son necesarios más olivos) y la menor duración del olivar en términos productivos (la mitad que en casi del olivar intensivo).