Cuánta agua necesita un olivo
El olivo es un árbol que resiste muy bien la sequía, pero no nos llevemos a engaño, que la soporte bien no significa que dejarlo a su suerte sea lo ideal, lo que más nos convenga como fruticultores. Quizás como árbol ornamental, sí podamos olvidarnos de los riegos, una vez que está bien arraigado.
Vemos, por tanto, que podemos hacer distinciones en cuanto a las necesidades de agua, entre los olivos destinados al cultivo de la aceituna y aquellos que simplemente decoran parques y jardines, pero también entre olivos recién plantados y aquellos que ya han arraigado con fuerza.
Olivo recién plantado
Tras la plantación, los olivos han de regarse obligatoriamente, a menos que las precipitaciones sean suficientes para mantener el suelo húmedo. Durante el primer año no necesitan mucha agua, por lo que conviene hacer riegos frecuentes de poca intensidad.
En los meses de más calor, habrá que estar especialmente atentos, aportando cada semana unos 70 litros por olivo. A menos que notemos que el suelo pierde la humedad con dificultad, que en ese caso será mejor esperar.
En caso de que veamos que las hojas jóvenes se vuelven de color amarillo, puede significar que hay un exceso de agua en el suelo, por lo que deberemos suspender los riegos inmediatamente y estudiar el problema.
Olivo para aceituna
Decíamos que el olivo es un árbol muy resistente a la sequía, y lo es, puesto que se ha adaptado a vivir en la cuenca mediterránea, a menudo en lugares semidesérticos en los que las precipitaciones escasean y el verano es largo y seco. En esas condiciones puede vivir pero no produce aceitunas, y si lo hace serán pocas y de escasa calidad.
A partir del momento en el que los olivos comienzan a florecer y a formarse los racimos de aceitunas, no deben sufrir escasez de agua, especialmente durante la etapa final de engorde de los frutos —a finales del verano— ya que si esto ocurre, el olivo da preferencia a la hojas en detrimento de los frutos, las floración y la cuaja será más pobres, las aceitunas no engordarán lo suficiente y su contenido en aceite se verá también perjudicado.
Por tanto, podemos concluir que el agua —de riego si no llueve lo suficiente— es crucial para obtener buenas producciones de aceituna, especialmente si están destinadas a mesa, dónde el calibre de los frutos más importante.
Olivo ornamental
Como ya hemos adelantado al principio de este artículo, si tenemos un olivo en nuestro jardín y simplemente nos interesa su estética, prácticamente nos podemos olvidar de regarlo.
Pero cuidado, no estamos diciendo que no necesite agua, si no que obtendrá del suelo la que necesita para mantenerse con vida, sin necesidad de que se la aportemos específicamente mediante riego. Con el agua de lluvia, el riego del césped —o de otras plantas del jardín— sería suficiente.
Haremos dos excepciones a lo afirmado en el párrafo anterior. Si hace poco que plantamos el olivo, y aún no ha arraigado bien, su sistema radicular estará poco extendido y, por tanto, quizás no pueda llegar a todo el agua que necesite, por lo que deberemos tratar de mantener el suelo húmedo pero sin que se encharque bajo ningún concepto. La segunda excepción, es que el olivo se encuentre plantado en una zona elevada —o una maceta— con escasa profundidad de suelo. Las zonas elevadas —y las macetas o macetones—, especialmente si la textura del suelo es arenosa, pierden humedad muy rápidamente, puesto que el agua desciende por escorrentía hacia zonas más deprimidas y, además, los montículos —y las macetas— suelen calentarse más cuando hace sol y evaporar más cantidad de agua.
Por tanto, quedémonos con que si tenemos un olivo ornamental, no tendremos que preocuparnos del riego, a menos que se encuentre plantado en una maceta o en una zona elevada.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.