Fertilizantes de fósforo caseros

La fertilización es una práctica crucial para el crecimiento saludable y vigoroso de las plantas, ya que proporciona los nutrientes necesarios para su desarrollo. Los tres principales nutrientes que las plantas necesitan son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. En este artículo, se hablará del fósforo y de cómo agregarlo al suelo o sustrato de manera efectiva y económica con fertilizantes caseros.

El fósforo es esencial para el crecimiento de las plantas, ya que desempeña un papel importante en la fotosíntesis, la formación de raíces y la producción de flores y frutos. Sin embargo, muchos suelos carecen de fósforo y necesitan ser enriquecidos para que las plantas crezcan adecuadamente. Es más probable que esto ocurra en suelos arenosos y en aquellos que tienen pH muy bajo o muy alto, o presencia de altos niveles de hierro o aluminio.

En realidad, una carencia de fósforo puede darse en casi cualquier suelo si se ha agotado este nutriente debido al cultivo continuado y a la falta de abonado.

A continuación se enumeran una serie de materiales caseros que sirven como abonos ricos en fósforo, ya sea directamente o transformándolos previamente.

Harina de huesos

La harina de huesos es una fuente natural de fósforo y es seguro agregarla al suelo, siempre que proceda de animales sanos.

Para prepararla solo hay que triturar huesos de animales de granja, como pollos, vacas, cerdos, cabras, ovejas, etc. Primero se secan al sol o en un horno le leña, que fuera a encenderse para otro propósito. Luego, se parten con un martillo en trozos pequeños y se muelen en un molinillo de café o licuadora hasta obtener un polvo fino.

Los huesos se pueden encontrarse en carnicerías y mataderos, ya que suelen regalarlos muchas veces o venderlos a muy bajo precio. Otra opción consiste en ir separando en casa todos los huesos que vayan a pasar del plato a la basura. Para que no se pudran y desprendan mal olor, conviene cocinarlos bien y deshacerse de toda la carne que pueda quedar adherida.

La harina de huesos puede ser agregada directamente al suelo o utilizada para hacer té de compost.

Ceniza de madera

La ceniza de madera es otro fertilizante casero rico en fósforo. Además del fósforo, contiene una cantidad significativa de otros nutrientes importantes, incluyendo potasio, calcio y magnesio.

Para conseguir ceniza de madera, solo hay que quemar leña en un recipiente seguro y luego recoger las cenizas que queden en el lugar.

La ceniza puede ser esparcida directamente sobre el suelo o agregada al compost.

Huesos de pescado

Los huesos de pescado son otra fuente natural de fósforo. Pueden comprarse en tiendas de alimentos para mascotas o en pescaderías.

Los huesos de pescado pueden ser enterrados directamente en el suelo o utilizados para hacer té de compost.

Estiércol de pollo o gallinaza

El estiércol de pollo es un fertilizante casero muy rico en nutrientes, entre ellos en fósforo.

Suele estar a la venta en tiendas de jardinería, pero lo más económico es conseguirlo de alguien que crie pollos o gallinas.

Si se pretende añadir una buena cantidad y enterrarlo, entonces hay que compostarlo primero para evitar que "queme" las raíces de las plantas. También es posible aplicarlo en fresco, pero siempre en pequeñas cantidades y dejándolo sobre la tierra, para que poco a poco se vaya incorporando arrastrado por el agua de lluvia o de riego.

Té de compost

El té de compost es un fertilizante líquido que se hace con materiales orgánicos como hojas, recortes de césped y restos de comida. Es rico en nutrientes, incluyendo fósforo, y ayuda a mejorar la estructura del suelo.

En la tabla adjunta puede verse la riqueza de nutrientes en porcentaje, pero hay que tener en cuenta que en este caso el abono es líquido, y por eso las cantidades parecen tan pequeñas.

Para prepararlo, se colocan los materiales orgánicos en un recipiente con agua y se dejan reposar durante unos días, removiendo de vez en cuando. Luego se filtra la mezcla y ya se puede aplicar directamente el líquido al suelo, pero es mejor rebajarlo con agua, por ejemplo en proporción 1/10, es decir, 1 litro de té en 10 de agua.

Consejos de aplicación al suelo

Para todos los abonos anteriores, es importante recordar que no se debe agregar demasiado fósforo al suelo. Un exceso puede ser muy perjudicial para las plantas, acumularse en el suelo y contaminar las aguas subterráneas y los cuerpos de agua cercanos.

Además, es importante asegurarse de que las plantas estén recibiendo una cantidad equilibrada de nutrientes. El fósforo es solo uno de los muchos nutrientes necesarios para el crecimiento saludable de las plantas. Hay que asegurarse de que las plantas estén recibiendo una cantidad equilibrada de nitrógeno, fósforo y potasio, como nutrientes principales.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los fertilizantes caseros pueden tardar más en liberar sus nutrientes que los fertilizantes comerciales, por lo que es importante ser paciente y no esperar resultados inmediatos. También es recomendable medir el pH del suelo antes de agregar cualquier fertilizante para asegurarse de que las plantas puedan absorber los nutrientes correctamente. A veces puede parecer que falta un cierto nutriente pero en realidad solo está bloqueado o precipitado debido a un valor de pH muy bajo o alto.