Qué sembrar en otoño
En las zonas templadas de todo el mundo, el otoño es una estación previa al invierno, que puede ser más o menos cálida dependiendo de la latitud del lugar.
En cualquier caso, las temperaturas y las horas de luz van a menos durante esta estación y, por tanto, no se podrán sembrar plantas que necesitan calor y alta luminosidad para desarrollarse, como los pepinos, calabacines, calabazas, etc. Otras exigentes en temperatura, se podrán cultivar en invernadero, y por último, las que toleran bien el fresco, en el exterior.
A continuación tienes el calendario de siembra para los meses de septiembre y octubre. Si vives en el hemisferio sur, estos dos meses de otoño serán marzo y abril, pero eso no importa.
Continuando con lo anterior, hay algunos cultivos hortícolas que se desarrollan bien con temperaturas más frescas y días más cortos. Estos son los que se podrán sembrar en otoño, pero antes el calendario de noviembre.
Hortalizas de hoja, de raíz y algunos granos
Ya se ha dicho más arriba, salvo casos especiales, en otoño no se siembran hortalizas de fruto, como tomates, pimientos, etc, pero sí estas otras.
Es el caso de las hortalizas de hoja como la espinaca, lechuga, variedades de coles, las plantas de bulbo o raíz, como la cebolla, el ajo, el puerro, la zanahoria, y algunos granos como la haba o el guisante.
Algunas de ellas, como la zanahoria, es mejor sembrarlas antes de la llegada del otoño, para que germinen y se desarrollen más rápido, aprovechando mejor esta estación.
Consejos para las siembras de otoño
Como ya se ha mencionado, esta estación se caracteriza por una bajada progresiva de las temperaturas y precipitaciones más abundantes. Estas dos cosas tienen una gran influencia en las siembras, como se verá a continuación.
Sembrar cuanto antes
A comienzos del otoño, el suelo aún está bastante caliente, pero con el frío, las lluvias y el escaso sol, va perdiendo rápidamente esa temperatura.
Por otro lado, es sabido que la germinación de las semillas es más lenta a medida que las temperaturas son más bajas, así que cuanto antes se pueda sembrar, más caliente estará el suelo y más rápida será la germinación.
Esto no solo permite ganar tiempo, si no que también reduce el riesgo de que algunas o muchas semillas se pudran, sean comidas, y en definitiva terminen por no germinar.
Y una vez que las plantas emergen, el tiempo más agradable también les vendrá muy bien, desarrollándose a mayor velocidad que si se hubieran sembrado más tarde.
Evitar las lluvias
Junto con la temperatura del suelo, este es el otro punto crítico de las siembras de otoño, invierno y primavera.
Conviene que después de realizar una siembra, no llueva por unos días (hasta la germinación sería ideal) o si lo hace, que sea de forma débil. Es importante que no se encharque la tierra, que es lo que ocurre cuando llueve mucho en poco tiempo, o lo hace de forma moderada pero durante mucho tiempo.
Pero, ¿por qué son dañinas las lluvias? Lo son si mantienen la tierra encharcada y ya se sembraron las semillas. El exceso de humedad hará que muchas o todas se pudran antes de germinar.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.