Cómo se siembra la zanahoria paso a paso

La siembra de la zanahoria es quizás el momento más delicado e importante de todo el cultivo, y suele determinar el posterior éxito o fracaso de este.

Normalmente, si la siembra es exitosa y la zanahoria germina bien, ya es indicativo de que será un buen lote; eso sí, siempre y cuando se cuide bien, como es lógico. Una cosa sin la otra no tiene sentido, pero si la siembra no ha salido bien, por mucho que se cuide tampoco se lograrán grandes cosas.

El cultivo de la zanahoria se inicia mediante siembra de asiento, es decir, la siembra se realiza directamente en la tierra o sustrato en el que van a estar las plantas todo el tiempo hasta su cosecha. Esto se hace así porque la zanahoria no tolera nada bien los trasplantes, y aunque puede enraizar después de trasplantada, no suele formar una raíz interesante para el consumo. Intentarlo suele ser una pérdida de tiempo, o una experiencia sin más.

Antes de pasar a hablar de la época de siembra, sin duda algo crucial en este cultivo, conviene destacar que las semillas de la zanahoria son de muy pequeño tamaño y que tardan entre 10 y 15 días en germinar, aún cuando las condiciones son favorables. Esto está bien saberlo para reaccionar a tiempo y resembrar rápidamente si la germinación no termina de producirse.

Las épocas de siembra

Ahora sí, como se acaba de decir más arriba, las épocas en las que se siembre la zanahoria son muy importantes, tanto que si no se acierta con ellas, es muy posible que no se obtengan raíces de tamaño interesante, o incluso que las plantas florezcan prematuramente, algo que suele ocurrir cuando se siembra en época demasiado fría.

Todo esto se trata con detalle en el artículo enlazado a continuación, así que no tiene sentido repetirlo aquí de nuevo.

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El terreno o sustrato

Cuando se siembra directamente en el suelo, que es lo recomendable, el terreno debe estar bien trabajado, sin piedras ni terrones, y con una textura mullida y suelta , similar al café molido.

Si el suelo es pesado (muy arcilloso), será necesario trabajarlo mucho y añadirle gran cantidad de materia orgánica muy descompuesta, por ejemplo compost, turba, mantillo, etc. Esto es preferible comenzar a hacerlo unos cuantos meses antes del momento en el que se ha planeado realizar la siembra, porque las raíces de las zanahorias suelen llenarse de "pelos" o finas raicillas que las cubren, cuando en el suelo encuentran mucha materia orgánica fresca.

En suelos con muchas piedras o terrones, es necesario dar abundantes pasadas de rastrillo a medida que se va retirando cualquier objeto sólido que suba a la superficie. Para pequeñas extensiones, por ejemplo un bancal, un tamizado de la tierra es muy beneficioso. Cuando la raíz de la zanahoria se encuentra con un objeto duro, como una piedra, se desvía o se divide en dos, y ambas cosas darán como resultado raíces poco interesantes y poco prácticas para el consumo.

Además de lo anterior, cuando se vaya a sembrar la zanahoria, el terreno deberá estar húmedo en toda su profundidad pero en tempero, es decir, sin que la tierra se apelmace por exceso de humedad. En climas secos y en verano, se puede cometer el error de sembrar habiendo solo mojado la superficie del suelo, y si queda seco por debajo, las jóvenes plantas de zanahoria no podrán continuar desarrollándose. Será un fracaso absoluto.

Una tierra inadecuada o mal preparada dará lugar a un cultivo de mala calidad, con raíces muy pequeñas, retorcidas, bifurcadas, etc.

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Procedimiento de siembra

Las semillas se pueden sembrar a voleo o en líneas separadas unos 30 cm entre ellas. Algunos estudios demostraron que la siembra en líneas, respetando las distancias, da lugar a zanahorias de más calidad y uniformidad, pero también depende de si se hacen o no algunas labores importantes.

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Siembra a voleo

Es el método más empleado cuando el trozo a sembrar es pequeño y de forma cuadrada, es decir, más o menos igual de ancho que de largo.

Consiste en repartir las semillas por encima de la tierra, con movimientos de la mano en forma de abanico, de manera que toda la superficie quede más o menos con la misma densidad de semillas. Si esto no se hace bien, en unas zonas germinarán muchas plantas mientras que otras quedarán despobladas.

Una vez esparcidas, con un rastrillo se remueve superficialmente toda la tierra para que las semillas queden enterradas. Otra opción es añadir una delgada capa de compost sobre el terreno. Esto cubrirá las semillas pero también impedirá que se forme una costra si llueve mucho tras la siembre, algo que con frecuencia suele hacer peligrar el cultivo ya desde sus inicios.

Este tipo de siembra dificulta las labores posteriores, como al raleo y la eliminación de malas hierbas, y ambas cosas suelen afectar negativamente a la calidad final de las zanahorias.

Siembra en líneas

A diferencia del anterior, en este caso las semillas de zanahoria se dejan caer de forma ordenada, a lo largo de una línea marcada sobre el terreno. Lo más fácil para el marcado es arrastrar una pequeña azada, o incluso un palo, por el suelo para dejar un pequeño surco. En esa ligera depresión se irán dejando caer las semillas.

Para hacer que las semillas de zanahoria queden bien distribuidas a lo largo de la hilera, con el dedo índice y pulgar, se van tomando pellizcos de semillas (colocadas primeramente en la otra mano o en un pequeño recipiente), y colocados los dedos sobre la linea, a unos 10-15 cm de altura, se van moviendo uno respecto del otro a medida que la mano avanza y retrocede sobre la zona a sembrar, por ejemplo el comienzo de la hilera.

Con cada pellizco, hay que saber identificar en que punto se terminó con el anterior, para no sembrar varias veces sobre la misma zona. Colocar una pequeña piedra o palo, o hacer una marca en la tierra puede ayudar.

Para terminar, como en el caso anterior, hay que cubrir ligeramente las semillas. Se puede hacer también con un pequeño rastrillo, pero en esta ocasión si es bastante más recomendable esparcir por encima de la hilera una pequeña capa de compost bien maduro.

Consejos generales sobre la siembra

Si la densidad de siembra de la zanahoria es muy elevada, la competencia entre plantas será demasiado grande, interfiriendo unas en el desarrollo de las otras, lo que resultará en un crecimiento más lento, y en zanahorias más pequeñas y de peor calidad.

Se pueden mezclar las semillas con arena o turba bien desmenuzada para facilitar la siembra. Aunque no es estrictamente necesario, ayuda a diferencia mejor entre la zona sembrada y la que aún está sin sembrar.

Es muy importante no enterrar las semillas en exceso. Como se ha dicho más arriba, se extenderán sobre la tierra y, a continuación, se pasará un rastrillo muy someramente o, mejor aún, se extenderá una fina capa de compost (0.5 a 1 cm) sobre las semillas. Aquí es donde suelen fallar muchos hortelanos principiantes.

A continuación se riega abundantemente, con una regadera de lluvia fina, para asentar la tierra y mejorar el contacto de las semillas con ésta. Debemos tener cuidado de no acumular mucha agua para que las semillas no sean arrastradas. Es preferible repetir los riegos dejando que la tierra absorba el agua.

Si hace mucho sol , lo siguiente será instalar una malla de sombreo sobre la zona, para evitar que la tierra se seque con mucha facilidad. Hasta que las plantas tengan unos 5 cm el suelo hay que mantener húmedo en superficie el suelo o sustrato.

La temperatura mínima del suelo para que la germinación tenga lugar es de 5°C. Si se anticipa que no se va a alcanzar, conviene cubrir el suelo con una malla o una capa de turba negra que absorba más calor del sol. Eso hará que se caliente más rápido, siempre y cuando hago sol. También ayudará disponer un plástico, a modo de invernadero, sobre la zona sembrada.

Una vez comiencen a germinar las zanahorias, hay que continuar con los riegos ligeros y frecuentes, y después de un par semanas, se puede retirar la malla de sombreo, si es que se instaló.