Macetas a partir de bolsas de plástico moldeadas
Aunque cada vez se ven menos bolsas de plástico en las casas y en la basura, al menos en Europa, lo cierto es que aún son un artículo muy empleado en algunos comercios.
Las bolsas de plástico son un gran problema medioambiental cuando no se ven como lo que son, un recurso valioso al que se le puede dar una segunda y larga vida, en este caso como originales macetas para cultivar plantas de todo tipo.
A continuación explicamos cómo convertir unas pocas bolsas en una maceta perfectamente funcional.
Materiales y herramientas
Son pocos y muy fáciles de encontrar en cualquier casa.
✔ Bolsas de plástico usadas.
✔ Un molde resistente al calor: vaso o tarro de vidrio, bote de lata, etc, que se pueda desmoldar fácilmente
✔ Pistola de calor o plancha de la ropa.
Las pistolas de calor son herramientas similares a un secador de pelo pero que expulsan aire mucho más caliente. Son baratas y se encuentran en cualquier ferretería o almacén de bricolaje.
En caso de que no se tenga pistola de calor, también llamada decapador, una plancha de la ropa sirve perfectamente. La maceta que ves en la foto de arriba fue realizada con una plancha.
Proceso paso a paso
Es un procedimiento muy sencillo que se puede resumir en lo siguientes 5 pasos:
➊ Comprobar que las bolsas están limpias
Es importante que las bolsas o láminas de plástico no tengan suciedad adherida. Si la tuvieran habría que limpiarlas bien, con agua y jabón, y luego dejarlas secar.
La suciedad impide que las capas de plástico se suelden unas a otras, que precisamente es lo que se necesita para dar forma a la maceta.
➋ Colocar la primera capa sobre el molde
Se agarra el molde en la mano y se enrolla una bolsa alrededor de él, como si se fuera a envolver.
Tiene que cubrir el perímetro del molde y el fondo, así que habrá que dejar un sobrante por debajo para hacer la base.
El sobrante del otro extremo se puede introducir dentro del molde o bien dejarlo fuera. Luego se va a cortar.
➌ Aplicar calor para moldearla
En la zona dónde ha quedado el extremo de la bolsa, se aplica calor para que se pegue a las capas inferiores y así no se pueda desenrollar de nuevo.
Seguidamente se hace lo mismo por los lados del molde y en la base, con cuidado de no pasarse con el calor. No debe fundirse demasiado el plástico, solo reblandecerse lo necesario como para que adquiera una nueva forma y se pegue ligeramente capa con capa.
Hay que presionar las capas de plástico contra el molde cuando están calientes, facilitando así el contacto y la unión entre ellas. Esto es especialmente importante en la base, dónde suele acumularse un mayor espesor de plástico.
➍ Repetir proceso con más capas
Hay que repetir con cada bolsa los pasos 2 y 3. Cuantas más capas se pongan, mayor será luego la resistencia de la maceta.
Empleando un vaso como molde, son suficientes unas 3 ó 4 bolsas medianas.
➎ Cortar el sobrante y desmoldar
Una vez se termina de agregar capas de bolsas de plástico, hay que repasar (con calor) bien los bordes y la base.
Casi para terminar, con un cuchillo bien afilado se recorta el sobrante de plástico justo por el borde superior del molde.
Lo último será tirar de la nueva maceta para sacarla del molde, con cuidado de no aplastarla. Puede costar un poco dependiendo de cuanto calor y presión se haya proporcionado, y de las capas de plástico aplicadas.
Aunque debería ser algo obvio, es necesario hacer al menos un agujero en la base de la maceta par que el agua sobrante pueda salir por él.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.