Cómo trasplantar un árbol
Tener que trasplantar un árbol, con frecuencia es el resultado del fracaso de una mala planificación o de cambios de organización del espacio que obligan a ello.
Por ello, siempre que se vaya a plantar un árbol, hay que informarse bien acerca de sus hábitos de crecimiento, requerimientos, etc. a fin de determinar si es conveniente plantarlo y en qué lugar. Aunque cuando han sido otros los que lo han hecho, nada se puede hacer más allá de tratar de enmendarlo con el trasplante.
Sea cual sea el motivo, antes de nada habrá que evaluar si compensa realizar dicho trasplante. Con árboles sanos de crecimiento lento, siempre es una buena opción, pero en cambio, si están enfermos o si se trata de especies de rápido desarrollo, realmente es más adecuado cortarlos o arrancarlos y plantar uno nuevo.
Pero, ¿por qué poner en duda si conservar un árbol es siempre lo mejor? Pues porque cuanto más grande sea dicho árbol más complejo será el trasplante, siendo necesaria maquinaria pesada para moverlo y para excavar ambos hoyos. Es por esto que con árboles enfermos o de rápido crecimiento, si son muy grandes, realmente no compensa
Mejor época para hacerlo
En situaciones urgentes, habrá que trasplantar en el momento que toque, pero si hay tiempo de planificarlo, es mejor realizarlo en una época concreta.
Además de la época que se menciona a continuación, habrá que elegir un día poco o nada soleado, y a ser posible seguido de más días lluviosos o al menos nublados. Esto es especialmente importante con las especies de hoja perenne.
En climas templados y fríos
En estos climas suele haber época más fría (invierno) durante la cuál los árboles detienen su crecimiento. Es en este momento cuando sufrirán menos los efectos del trasplante, ya que al estar el árbol en reposo, resistirá mejor la pérdida de raíces y el proceso de trasplante en sí.
Además, el tiempo fresco y húmedo facilitará mucho las cosas, manteniéndose siempre el suelo húmedo y siendo las pérdidas de agua de la planta mucho menores.
En lugares con inviernos gélidos, conviene realizar el trasplante una vez pasen los meses más fríos, pero siempre antes de que el árbol reinicie su actividad de cara a la primavera.
En climas cálidos
Entre los trópicos las temperaturas son todo el año altas, por lo que la mayoría de los árboles vegetan de forma continua, no habiendo una parada invernal.
En este caso, el trasplante debe realizarse durante la época más lluviosa, ya que así al menos se reducirán las pérdidas de agua debidas a la evapotranspiración de las hojas.
Preparación previa
Una vez que se tiene claro a qué lugar se va a trasplantar el árbol y cuándo, hay que dejar todo listo para que el día del trasplante sea todo lo más rápido posible.
Cavar el hoyo
Unos días, o mejor aún, unas semanas antes del trasplante, hay que realizar el agujero en el que se va a plantar de nuevo el árbol. Esto ahorrará mucho tiempo el día del trasplante y permitirá que la tierra se airee.
El hoyo ha de ser lo más grande posible. Tiene que caber completamente el cepellón del árbol y quedar algún espacio extra ―cuanto más mejor― alrededor.
Cuanto más grande sea el agujero, mayor cantidad de tierra movida y fértil encontrarán las raíces del árbol, por lo que le será más fácil arraigar de nuevo y recuperarse.
Cómo plantar un árbol paso a paso✔ Entre otras cosas, hablamos sobre cómo realizar un buen agujero de plantación...
En el caso de árboles grandes, habrá que recurrir a una excavadora, porque aunque podría hacerse a mano, el trabajo sería muy considerable.
Extracción del árbol
Llegado el momento de la verdad, pasemos a explicar cómo extraer el árbol del suelo para luego plantarlo en otro lugar.
Principios
☛ Árboles grandes han de extraerse con cepellón y este tendrá que ser también lo más grande posible. Esto significa que habrá que disponer de una excavadora, tractor o grúa.
☛ Pequeños árboles de hoja caduca pueden ser desenterrados sin cepellón, a raíz desnuda, siempre que sea en la época de reposo, es decir, cuando no tienen hoja.
☛ Todos los árboles de hoja perenne han de sacarse de la tierra con cepellón.
Materiales necesarios
Aparte de la maquinaria pesada en el caso que contemplamos, harán falta las siguientes herramientas:
✦ Azada
✦ Pico (en tierras duras)
✦ Pala
✦ Hacha
✦ Rollo de tela o plástico para embalar
✦ Cuerdas
Procedimiento
➊ Riego
La tarde-noche anterior a la extracción, regar abundantemente la tierra alrededor del árbol, salvo que ya esté húmeda.
La tierra con cierto grado de humedad es mucho más blanda que la tierra dura, y además se mantiene unida más fácilmente a las raíces, lo que ayudará a mantener el cepellón de una pieza.
Por otro lado, las raíces y el árbol se hidratarán completamente, resistiendo mejor el traumático trasplante.
➋ Zanja perimetral
Ahora sí toca comenzar a cavar. Hay que medir una cierta distancia desde el tronco, tanto mayor cuanto más grande sea el árbol. Para árboles no muy grandes, se puede usar la mitad de su altura, es decir, si tiene 2 metros de altura, medir uno desde el tronco y trazar un círculo con ese radio.
Una forma fácil de hacer esto es atando una cuerda al tronco, medir la distancia calculada, y atar el otro extremo a un palo o varilla con el que marcar el suelo como si fuera un compás.
Trazado el círculo, se comienza a cavar una zanja por el borde de la circunferencia, inclinada ligeramente hacia el árbol a medida que se profundiza. Esto se hace así porque si se cavara verticalmente nunca se llegaría a cortar el cepellón para liberarlo del suelo. En cambio, al inclinar la zanja hacia el tronco del árbol, cada vez se estrecha más el trozo de tierra que contiene las raíces, hasta que en un momento dado se desprende con facilidad.
Al ir cavando esta zanja se van a encontrar raíces, de diferentes grosores, que hay que cortar. Las delgadas se romperán ellas solas pero las más gruesas habrá que cortarlas con el hacha.
➌ Protección del cepellón
Una vez retirada toda la tierra alrededor del cepellón, debería quedar como en la imagen adjunta, con amplio espacio para trabajar alrededor.
Toca envolver el cepellón con tela de arpillera, geotextil o con plástico, de manera que cuando se saque el árbol la tierra que contienen las raíces no se desmorone.
Seguidamente se ata con cuerdas o cintas para que la envoltura quede en su sitio y no se mueva.
Ya se puede extraer el árbol, ya sea con ayuda mecánica si es grande, o entre varias personas, para llevarlo al lugar en el que se va a plantar de nuevo.
Plantación en la nueva ubicación
Llegados a este punto, lo más difícil ya está hecho, pero aún queda algo muy importante: plantar de nuevo el árbol.
Como el agujero ya debería estar hecho, se puede agrandar en caso de que el cepellón finalmente sea más grande lo esperado. Tiene que ser más ancho y profundo que el cepellón. Al menos un metro en todas direcciones.
Rellenar el hoyo
Cuando esté todo listo, se rellena de nuevo el hoyo hasta la altura que permita que el cepellón quede enrasado con la superficie del terreno, salvo si la zona tiende a encharcarse, que es mejor dejarlo un poco más elevado.
La tierra utilizada para tapar el hoyo puede ser la misma que se sacó del agujero, pero mezclada con un abono orgánico maduro.
En el enlace incluido al inicio de este artículo explicamos también como realizar esta mezcla y como llenar el hoyo de plantación.
Pues bien, lleno el fondo del agujero, se coloca el cepellón en el centro, se retiran las ataduras que lo protegían, y se va echando más tierra abonada a su alrededor. Hay que pisar cada cierto tiempo para que se compacte ligeramente.
Cuando se termine de rellenar el espacio entre el cepellón y el terreno, se puede pasar a la última fase: asegurar el árbol.
Atar el árbol
Conviene clavar unas estacas en el suelo, alrededor del árbol pero fuera de la tierra movida, de manera que queden muy firmes. En ellas se atan cuerdas y se enganchan también en el árbol, tensándolas bien.
Esto es importante para que el árbol no se caiga debido al viento, ya que al principio sus raíces no lo sostendrán. Cuanto más grande sea el cepellón respecto de la altura del árbol, más vertical se mantendrá aún sin atar.
Riego abundante
Hay que verter agua en abundancia alrededor del árbol, hasta que toda la tierra movida quede bien mojada. Esto es muy importante para que no queden grandes cantidades de aire bajo tierra, y también para que las raíces encuentren un ambiente adecuado para crecer.
Se puede repetir con frecuencia en los primeros meses después del trasplante, pero con cuidado de no mantener demasiado encharcada la tierra.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.