Cómo mejorar suelo o terreno arcilloso
A pesar de que la mayoría de los suelos arcillosos son muy fértiles por naturaleza, las minúsculas láminas de arcilla de que se componen principalmente, se juntan tanto unas con otras que el agua que queda atrapada entre ellas ya no es capaz de escurrir o drenar hacia capas más profundas del suelo.
Entonces, suelen ocurrir estas dos cosas:
1. Que una vez que la tierra se satura de agua, por ejemplo tras las lluvias, se forman charcos en la superficie que tardan mucho tiempo en desaparecer, haciendo el terreno impracticable durante bastante tiempo.
2. Que el agua absorbida por el suelo expulsa todo el aire de los poros de la tierra, produciéndose el fenómeno conocido como asfixia radicular, es decir, las raíces mueren y se pudren por falta de oxígeno.
Estos efectos indeseables, sin duda, son un gran impedimento a la hora de practicar la agricultura, fruticultura o jardinería, pero la buena noticia es que esos problemas se pueden reducir, o incluso evitar por completo, realizando las adecuadas mejoras en el suelo.
El remedio o mejora es básicamente la misma para cualquier tierra arcillosa, pero con algunas diferencias según sea esta ácida o básica.
En todos los casos, el aporte de materia orgánica es el mejor remedio para corregir suelos arcillosos, aunque la arena de grano medio también suele ser beneficiosa, pero no debe añadirse sola ya que al mezclarse con la arcilla del suelo produciría un conglomerado muy duro tras secarse.
Suelos arcillosos ácidos
Son aquellos cuyo pH está por debajo de 7, aunque normalmente será mayor de 5.5, ya que sino se trataría de suelos muy ácidos en los que apenas podrían crecer un puñado de plantas.
Materia orgánica + cal
Los suelos arcillosos ácidos se pueden mejorar simplemente adicionando unos 5 kg de materia orgánica por metro cuadrado, lo que equivaldría a unas 50 toneladas por hectárea. El problema es que esto aún contribuiría más a acidificar el suelo, incluso aunque la materia orgánica aportada fuera gallinaza, uno de los estiércoles más alcalinos (pH ≈ 6.5), o purín de cerdo (pH ≈ 7.5)
Para evitar acabar con un suelo con mejor estructura y porosidad, pero demasiado ácido, conviene añadir además de la mencionada materia orgánica, unos 600 gramos por metro cuadrado (6 t/ha) de cal agrícola (hidróxido de calcio Ca(OH)2).
En el caso de una pequeña extensión, como un bancal del huerto, se podría añadir la misma cantidad de ceniza de leña en vez de cal. Esto también subiría el pH pero además aportaría algunos nutrientes importantes al suelo, y no solo calcio, como en el caso de la cal.
La cal es una sustancia muy alcalina que eleva el pH del suelo considerablemente, por lo que al añadirla a este junto con materia orgánica, el resultado será un suelo con menos problemas de drenaje y menos ácido, ambas mejoras muy beneficiosas para la fertilidad general del terreno y para el correcto desarrollo de la mayoría de las plantas.
Tanto la materia orgánica como la cal, deben añadirse sobre el terreno en tempero (que se pueda trabajar) y seguidamente labrarlo a conciencia para mezclarlas muy bien con la tierra. Cuanto más desmenuzada quede la tierra más notable será la mejora, pero incluso así podría ser necesario repetir el proceso en varios años consecutivos para lograr un suelo ideal.
Suelos arcillosos básicos
A diferencia de los anteriores, estos suelos se caracterizan por tener un pH mayor que 7, pero normalmente inferior a 8.5. Si fuera superior se trataría de suelos demasiado alcalinos que habría que enmendar a conciencia, por ejemplo adicionando azufre.
Se puede saber fácilmente si un suelo es básico vertiendo en él unas gotas de ácido clorhídrico diluido (salfumán), apareciendo inmediatamente una efervescencia que lo delata. Si es muy básico, incluso con vinagre o zumo de limón aparecerán burbujas.
Materia orgánica
Salvo que fueran muy alcalinos y necesitaran del aporte de azufre para corregir rápidamente el pH, la adición de 5 kg/m2 (50 t/ha) de materia orgánica será suficiente para mejorarlos.
Hay que recordar que el compost, vermicompost, estiércoles y casi cualquier resto orgánico, tienen naturaleza ácida, y por tanto añadirlos a un suelo alcalino ayudará a bajar el pH del mismo.
Como en el caso anterior, puede que esa cantidad no sea suficiente para lograr de una sola vez una gran mejora, por lo que el aporte anual es la mejor opción, puesto que además contribuirá a mejorar la fertilidad y la actividad biológica del suelo.
Suelos limo-arenosos
Además de los arcillosos, aquellos suelos con una gran proporción de limo y arenas finas, también suelen ser muy impermeables, con problemas de encharcamiento y asfixia radicular.
Las partículas de limo son de tamaño un poco mayor que las de arcilla, pero siguen siendo tan pequeñas que si abundan mucho en un suelo, provocan problemas similares a los debidos a la arcilla.
Estos suelen ser menos fértiles que los arcillosos, por lo que corregirlos con materia orgánica es también la mejor solución, aumentando su capacidad de intercambio catiónico al tiempo que mejora su textura y estructura.
Otros beneficios de la materia orgánica
A estas alturas del artículo ya ha quedado claro cómo hay que proceder para mejorar las características de un suelo arcilloso, pero conviene saber también que otras mejoras se lograrán con el aporte de materia orgánica.
Aumenta la capacidad de intercambio catiónico (Fertilidad)
Tanto las arcillas como la materia orgánica presentan una gran capacidad de intercambio catiónico (C.I.C.), es decir, sus partículas están cargadas negativamente por lo que son capaces de retener muchos átomos y moléculas con carga positiva, y la mayoría de los nutrientes vegetales tienen precisamente esa carga.
Dicho de otra manera, las partículas de arcilla y las de materia orgánica, son como una especie de casillero repleto de nutrientes que las plantas pueden aprovechar directamente, pero que una vez absorbidos por estas, las partículas los reponen tomándolos de la solución del suelo, evitando así que sean arrastrados a capas más profundas y lejos de las raíces.
Aumenta la actividad biológica del suelo (Fertilidad)
Gran parte de los microorganismos y pequeños animales que viven en el suelo, dependen de una u de otra manera del contenido de materia orgánica que tiene este.
Algunos de estos seres transforman la materia orgánica en compuestos húmicos, mientras que otros la mineralizan, y ambas cosas mejoran la disponibilidad de nutrientes asimilables por las plantas.
Disminuye el riesgo de erosión
Especialmente en suelos poco agregados, como los arenosos, el aporte de materia orgánica contribuye a lograr una estructura más firme que es más resistente al arrastre producido por el agua.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.