Cuidados de la ruda
Importancia de la ubicación
Si se elige mal el lugar que ocupará, la ruda no prosperará como debe, o incluso puede que muera, mientras que si se elige bien, crecerá y se mantendrá sana sin apenas cuidado alguno.
Hay que comprender que se trata de una planta silvestre, muy rústica, capaz de sobrevivir sin ayuda, pero como es evidente, siempre y cuando se la plante dónde las condiciones sean parecidas a las que ella está adaptada.
Suelo seco
Nada de plantarla o sembrarla en zonas con tendencia al encharcamiento, más bien todo lo contrario.
En casi todas las fincas, huertos o jardines, suele haber un lugar más elevado que el resto, donde primero se seca la hierba en verano. Ese es un buen lugar para la ruda.
En terrenos completamente planos, se puede realizar un montículo apilando la tierra todo lo que se pueda, o bien colocando piedras y luego rellenando el hueco que queda en medio con tierra.
La tierra ha de presentar un buen drenaje, es decir, no puede ser arcillosa. Si tiene muchos elementos finos (arcillas, limos, etc), habrá que añadirle arena hasta que quede suelta y no se formen charcos cuando llueve o se riega.
Lugar muy soleado
A la ruda le gusta mucho el sol y lo necesita en abundancia.
Hay que plantarla allí donde reciba la máxima exposición solar, evitando que otras plantas u estructuras le den sombra.
Si en la finca o en el jardín se dispone de una rocalla soleada, ese es el lugar ideal para la ruda.
En caso de que se mantenga en una maceta, se puede colocar sobre un muro, o bien al pie de este pero en el lado soleado.
En este otro artículo hablamos de la época de siembra, distintas modalidades y el proceso a seguir en cada caso...
Riego
Muy poco, solo cuando el suelo comience a secarse, ya que la ruda es muy resistente a la sequía y prefiere los suelos poco húmedos que los que lo están demasiado.
Dado que soporta tan bien la sequía, la ruda es una planta que necesita poco riego incluso cuando se planta en una maceta, y es de sobra sabido que las macetas pierden fácilmente la humedad.
En aquellos climas en los que las lluvias son abundantes, se hace necesario plantar la ruda en una elevación del terreno, ya sea natural o hecha a propósito. Esto favorece que el agua de lluvia escurra más rápido y el suelo no se encharque.
Control de "malas" hierbas
Este es quizás el cuidado más importante, y especialmente mientras la ruda no alcanza un tamaño suficiente como para sombrear el suelo a su alrededor.
No obstante, si se respeta la premisa de plantarla en un suelo árido y la de mantener la humedad de la tierra baja, el crecimiento de "malas hierbas" será mínimo.
En climas lluviosos o en suelos más húmedos, será necesario realizar escardas más a menudo para mantener el terreno despejado.
Abonado
Prácticamente no necesita ningún abono, a menos que el suelo en el que se encuentra plantada sea muy pobre en nutrientes o inerte.
Dado que es una planta muy rústica y adaptada a vivir en terrenos pobres, secos y pedregosos, se desarrollará perfectamente en un campo de cultivo, huerto o jardín, dónde la fertilidad de la tierra será más que suficiente.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.