Cómo sembrar ruda

Época de siembra

Aunque esto puede depender del clima de cada región, en las zonas templadas se siembra en primavera, para que la joven planta encuentre pronto buenas condiciones para continuar desarrollándose a lo largo de verano y el otoño.

En cualquier caso, sembrar pasados los fríos invernales, cuando las temperaturas se vayan recuperando y los días de sol sean más abundantes.

Modalidad de siembra

Como ocurre con muchas otras plantas, se pueden emplear al menos dos tipos de siembra, aunque el primero es el más recomendado.

En terreno

La ruda se suele sembrar directamente en el terreno, lo que se conoce como siembra de asiento, y una vez que las plantas germinan, es necesario eliminar parte de ellas para que la distancia entre plantas sea adecuada.

Es preferible sembrarla de esta manera, puesto que sufre con los trasplantes, aunque no quiere decir que no se puedan hacer.

Proceso de siembra

Hay que comenzar eligiendo y preparando el terreno.

A la ruda le gustan los suelos poco húmedos, pedregosos y ubicaciones muy soleadas, por lo que habrá que intentar cumplir estos requisitos.

Seguidamente se cava el terreno hasta dejarlo suelto.

Si está muy seco es recomendable regarlo antes de sembrar, y dejarlo un tiempo para que se disipe el exceso de humedad. Si el tiempo es seco y soleado puede bastar con algunas horas.

Ahora es el momento de sembrar la ruda, cuyas pequeñas semillas no deben quedar muy enterradas. Para ello, lo mejor es hacer un pequeño surco o marca en el terreno, por ejemplo con un palo, y depositar las semillas a lo largo de la hendidura.

Si se van a sembrar varias hileras de ruda, es recomendable dejar un espacio de 60 cm entre hileras.

Entre plantas de la misma hilera una buena separación son 30 cm, por lo que se pueden depositar unas cuantas semillas cada 30 cm a lo largo del surco. De esta manera el gasto de semilla es menor que si se vierten de forma continua, ya que luego habrá que ralear las plantas, dejando una sola cada 30 cm.

Una vez sembradas las semillas, se aporta al surco un poco de tierra de los lados, quedando tapadas superficialmente.

Se puede terminar la siembra con un riego fino ―por ejemplo con un pulverizador― para que la tierra no se mueva y las semillas de ruda queden al descubierto.

En semillero

Si se desea aprovechar mejor las semillas, se puede realizar la siembra en semillero, y cuando las plantitas tengan unos 10 cm, pasarlas al lugar definitivo.

En este caso se debe elegir un semillero de alvéolos, o bien utilizar recipientes individuales como vasos de yogur o similares, de manera que solo una planta crezca en cada hueco.

Los semilleros colectivos no sirven en esta caso, por quedar las raíces de la ruda al descubierto a la hora del trasplante.

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Proceso de siembra

Es importante comenzar con buen pie, eligiendo un sustrato ligero, con muy buen drenaje, que no se encharque y se mantenga siempre ligeramente húmedo.

Se puede elaborar un sustrato de este tipo mezclando fibra de coco con arena a partes iguales, y una cucharilla de abono orgánico por cada alvéolo a rellenar.

Una vez rellanado el semillero con el sustrato, se depositan tres semillas de ruda en cada hueco y se tapan con una fina capa (unos 5 mm) de sustrato.

Terminamos la siembra regando con un pulverizador, de forma que se moje el sustrato al menos hasta la profundidad a la que se encuentran las semillas.

Por último, es importante colocar el semillero en un lugar cálido y muy luminoso, y vigilar que el sustrato no se seque demasiado.

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