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Cesped

Cómo sembrar césped

Teniendo en cuenta la elección del tipo de césped, la forma de sembrarlo, el importante apisonado, el primer riego y con vídeo incluido
Publicado: (última modificación 12 Dec 2019) Por Foto del autor Sígueme

Es importante que leas este contenido antes de visualizar el vídeo que encontrarás más abajo.

Cesped sembrado

También es recomendable que leas primero este artículo sobre la preparación del terreno para sembrar césped, ya que una vez sembrado luego no es posible hacerlo.


Elegir las semillas adecuadas

Antes de comenzar con la siembra hay que hacer otra cosa sumamente importante: elegir las semillas que mejor se adapten a las condiciones del jardín, el uso se que le va a dar y el clima.

Es importante considerar lo siguiente:

- Temperaturas a lo largo del año, especialmente si son extremas en algún momento.

- Luminosidad de la zona: si va a crecer al sol, en sombra parcial o total.

- Uso: si se va a pisar con mayor o menor frecuencia y duración.


Tiendo estos aspectos en cuenta, debe comprarse aquel césped que mejor pueda responder a las condiciones que deberá soportar. En el paquete de semillas se suele mostrar información útil para tomar esta importante decisión.

La elección de un tipo de césped inapropiado puede suponer un auténtico fracaso, una pérdida de tiempo, trabajo y dinero, y finalmente obligará a repetir la siembra si se desea una buena pradera.

A continuación se mencionan algunos tipos de césped según el clima para el que son apropiados, el uso que pueden soportar y otras características.

Ray-grass inglés: Es una variedad de césped que se adapta bien a climas fríos, es resistente y tiene un rápido crecimiento. Se utiliza principalmente para campos deportivos, parques y jardines.

Festuca: Prefiere climas fríos, pero también tolera bien el calor. Es resistente y tiene una apariencia atractiva. Muy apropiada para jardines ornamentales y campos deportivos.

Zoysia: Ideal para climas cálidos y húmedos, es resistente y tiene un bajo mantenimiento. Se suele emplear en zonas de recreo, parques y jardines.

Bermuda: De climas cálidos y secos, es resistente y de rápido crecimiento. Empleada fundamentalmente en campos deportivos, zonas de recreo y jardines.

Dichondra: Igual que la anterior, se adapta muy bien a climas cálidos y secos, es resistente y de bajo mantenimiento. Utilizada en zonas de recreo y jardines.

Césped ornamental: Se utiliza principalmente para mejorar la estética de jardines y parques. Se caracteriza por su baja resistencia al desgaste y su necesidad de un mantenimiento constante.

Esparcir las semillas

La siembra del césped consiste, simplemente, en depositar las semillas en el suelo de forma regular, para que al germinar, la hierba cubra homogéneamente todo el terreno.

Existen sembradoras manuales, sencillas y económicas, que consisten en una cubeta con ruedas y manillar. Se empujan sobre el terreno y van dejando caer las semillas de forma muy homogénea.

Otra alternativa es sembrar a mano. Para ello se van tomando puñados de semillas y, mediante un movimiento rápido de la mano de lado a lado, se lanzan al suelo formando un abanico (en el vídeo de más abajo puedes ver como se hace). Esto debe hacerse a medida que se avanza en línea recta, para lo cual pueden marcarse primero una serie de bandas, con el objetivo de poder ver hasta dónde han llegado las semillas de la pasada anterior.


Sembrar primero el perímetro

Es muy recomendable comenzar sembrando primero todos los bordes del terreno, de esta forma luego no será necesario acercarse tanto a ellos, con el riesgo de que parte de las semillas caigan fuera, o lo que es peor, que no llegue suficiente cantidad y la zona quede despoblada.


Realizar pasadas cruzadas

Ya sea la siembra a mano o mediante sembradora, es conveniente cubrir el terreno primero en una dirección y seguidamente en la perpendicular, cruzando las pasadas anteriores.

Esto garantiza que todos los espacios reciben semillas ―y en cantidad similar―, ya que de lo contrario se formarían calvas o zonas despobladas y otras con el césped muy denso.


Rastrillar superficialmente

Esto se debe hacer para que las semillas queden en contacto con la tierra y no expuestas al aire y al sol en la superficie.

Al remover la tierra con el rastrillo la mayoría de las semillas quedarán enterradas a escasa profundidad, lo justo para que se mantengan húmedas y puedan germinar con facilidad.

Una alternativa al rastrillado es el aporte de una capa de arena o sustrato sobre la tierra una vez sembrada. Esta capa tiene la función de tapar las semillas y mantenerlas húmedas a salvo del aire y del sol.


Apisonar la tierra

Césped sembrado

Una vez sembrado el césped, y tapadas sus semillas como acabamos de indicar, es el momento de compactar ligeramente la tierra.

Esta sencilla tarea permite que las semillas entren en contacto más estrecho con la tierra, lo que hará posible que la humedad de esta las alcance y las mantenga hidratadas durante todo el proceso de germinación.

Para ello, lo más práctico es emplear un rulo o rodillo de los que se fabrican expresamente para esto, aunque si no se puede o no se quiere conseguir existen alternativas que también dan buenos resultados.

Veamos algunas formas de hacerlo, aunque esto queda abierto a la imaginación de cada uno.


Con un bidón

En el fondo un rulo no es más que un cilindro pesado, y esto mismo se puede conseguir rellenando un bidón de arena, agua u otros materiales en función del peso deseado.

Tiene que ser pesado pero tampoco demasiado, ya que que interesa que la tierra se compacte un poco pero no en exceso.

Un tronco recto, un tubo ancho o cualquier otro material cilíndrico puede servir perfectamente.


Con una tabla

Se toma una tabla larga y lo más ancha posible, y se va dejando caer o se presiona contra el suelo a medida que se avanza.

No hay que caer en la tentación de arrastrar la tabla, ya que si se hace las semillas se moverán del lugar el que fueron depositadas, y es posible que la siembra no quede homogénea.


Con una pala

Cuando el espacio sembrado es pequeño, como por ejemplo cuando se reparan calvas o zonas estropeadas, se puede apisonar la tierra directamente con la parte de atrás de una pala.


Regar

La siembra del césped termina con un riego suave para humedecer la tierra hasta la profundidad que se encuentran las semillas, es decir, a no más de 1 cm.

Por debajo de ese primer centímetro la tierra tiene debería estar ya húmeda antes de realizar la siembra. Si no fuera así, habría que regar abundantemente ―antes de sembrar― para humedecer todo el perfil del suelo, de manera que no queden capas secas por debajo.

Este primer riego tras la siembra tiene que hacerse mediante aspersión ―con manguera o con el propio sistema de riego del césped, si es que se ha instalado― y teniendo cuidado de que el tamaño de las gotas sea pequeño para que sus impactos no desentierren las semillas.

A partir de aquí hay que regar con tanta frecuencia como sea necesario para evitar que la superficie de la tierra se seque. Esto es muy importante, ya que si se seca la germinación se puede interrumpir o incluso fracasar la siembra.

Una vez germinado el césped se seguirá manteniendo la tierra húmeda hasta que la hierba cubra por completo el suelo.


En el siguiente vídeo puedes ver todo el proceso de siembra.


Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.