Cómo plantar cebolla brotada
Normalmente el cultivo de la cebolla suele comenzar por la siembra de sus semillas en un semillero. Esto puede hacerse en casa o en un vivero que luego vende el plantel para trasplantar.
Pero además de lo anterior, la manera clásica, desde no hace muchos años se está empleando otra: la plantación en el terreno de bulbillos de siembra, que no son semillas sino cebollas pequeñas que crecerán formando un bulbo de mayor tamaño, el que luego será cosechado.
Gracias a la utilización de los bulbillos, se puede decir que es posible cultivar las cebollas sin semillas, aunque en realidad para producir esos bulbillos si han sido necesarias.
Pues bien, hechas estas aclaraciones, es fácil imaginar que no hay mucha diferencia entre comenzar el cultivo con un bulbillo de siembra y hacerlo a partir de una cebolla normal, esté o no brotada. En realidad sí hay una diferencia importante, pero para entenderla es necesario conocer el ciclo de vida de la cebolla.
Por qué brotan las cebollas
Cuando se tienen almacenados bulbos de cebolla para su consumo, llega un momento en el que comienzan a brotar. A medida que el brote crece, el bulbo se va encogiendo hasta que acaba por consumirse por completo, quedando solo una serie de envolturas secas.
Ese pequeño brote crece consumiendo para ello las reservas almacenadas en el bulbo. Esa es la función natural del bulbo, servir de alimento para la brotación cuando la planta no tiene hojas para realizar la fotosíntesis y conseguir así energía.
Este fenómeno suele ocurrir cuando las cebollas detectan que el ambiente es apropiado para continuar con la segunda parte de su ciclo (ver enlace más arriba), y siempre que no hayan sido tratadas con inhibidores de la brotación.
Queda claro entonces que si se planta una cebolla que está brotando, enraíza de nuevo, emite hojas y continúa con la segunda y última parte de su vida, así que a continuación se explica cómo hacerlo.
Pasos para plantarla
Una cebolla con brote, o incluso sin él, se puede plantar tanto en maceta como directamente en la tierra del huerto o jardín, pero para que no se pudra es necesario seguir los siguientes pasos y consejos.
Se entiende que si se va a plantar en maceta, esta se habrá llenado previamente de sustrato húmedo.
1 Colocar la cebolla sobre la tierra, dejando el brote verde hacia arriba, y la zona dónde estaban las raíces hacia abajo.
2 Apretarla hacia abajo ligeramente con la mano para que se introduzca un poco en la tierra, y seguidamente añadirle una poca más alrededor, pero sin llegar a cubrir el brote.
Se puede tapar todo el bulbo o dejarlo enterrado solo por la mitad. Siempre que la tierra esté húmeda, esto es indiferente.
3 Por último, regar ligeramente para que la tierra se humedezca y se asiente.
Esto hará que la humedad llegue a la zona inferior del bulbo activando de nuevo el crecimiento de las raíces.
Si las condiciones son favorables, en unos pocos días la planta habrá arraigado en el suelo, y pronto se notará un rápido crecimiento del brote. Además, si la cebolla estaba almacenada en un lugar sin luz, el brote de color blanco o amarillo pálido, rápidamente tomará el color verde-azulado típico de las hojas de cebolla.
Saldrá otra cebolla a partir de ella
Sí pero no como la original, es decir, no tendrá interés para consumo. Esto es debido a que una vez plantada, comienza la segunda parte de su ciclo, que no es otra que la reproducción. Es decir, echará hojas y crecerá un poco, pero rápidamente emitirá un potente tallo floral que acaparará todos los recursos de la planta, y por tanto, el bulbo apenas será reconocible. Solo un pequeño engrosamiento en la base del tallo, duro y seco, que no servirá para comer.
En resumen, de la cebolla brotada saldrá otra planta (en realidad la misma), pero no producirá un bulbo grande y jugoso que se pueda cosechar para su consumo.
Pero esto significa que sea una pérdida de tiempo plantarla. Si se vigila a menudo, antes de que comience a aparecer el tallo floral redondeado, se puede cortar la planta por la base y consumirla en verde, como si fuera cebollino o cebolla de verdeo. Cocinada en wok o salteada está realmente sabrosa.
Una última opción consiste en dejar que la planta produzca flores y semillas, y cuando estén maduras cosecharlas, secarlas y guardarlas para realizar un semillero y comenzar un cultivo desde cero.
Qué ocurre si no se planta una cebolla brotada
Como ya se ha dicho más arriba, el brote seguirá creciendo mientras disponga de los nutrientes y el agua que le aporta el bulbo. Después de un tiempo, éste último irá mermando, haciéndose cada vez más pequeño y ligero. Si se toca se puede notar que ya no está firme, como si lo hubieran vaciado, y en realidad eso es lo que ha pasado.
Cuanto más grande sea el bulbo, más podrá crecer el brote porque tendrá mayor cantidad de nutrientes a su disposición.
Además, si le da la luz, el brote será desde un principio más corto y grueso, mientras que si está a oscuras crecerá mucho pero será de color pálido y muy delgado. Sirven ambos para plantar, pero los primeros son los mejores.
Si se opta por no plantar la cebolla brotada, se pueden consumir sus brotes. Tienen un sabor y un aroma intensos, ideales para condimentar la comida, en revueltos o en ensalada. En cambio, si se planta, dará tallos y hojas (en realidad todo son hojas) que, cosechadas mientras son jóvenes, también están riquísimas.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.