Cómo cultivar boniato, batata o camote - Un superalimento
El boniato, batata, patata dulce, camote o chaco, cuya denominación botánica es Ipomoea batatas, es una planta de la familia de las convolvuláceas, originaria de América Central o tropical.
La planta del boniato es una trepadora de hoja perenne, aunque en realidad su cultivo se realiza a ras de suelo, como el de la calabaza, el melón o la sandía.
La parte comestible son sus raíces tuberosas, generalmente con forma ahusada y de buen grosor, aunque en cada planta solo algunas alcanzan un buen tamaño, quedándose las otras más delgadas. Estas pueden tener la pulpa de color naranja (boniato naranja), que en algunas zonas recibe el nombre de batata; o de color morado o púrpura, denominándose entonces boniato sin más, o boniato/camote morado o púrpura.
Esta es una hortaliza muy interesante para el cultivo en huertos familiares de climas cálidos o templados suaves, por su facilidad de cultivo, su gran productividad, su buena conservación en fresco y sus más que interesantes propiedades nutricionales.
Propiedades nutricionales
Como se acaba de mencionar más arriba, esta es una hortaliza muy interesante como alimento, especialmente por su interesante aporte energético y su riqueza en vitaminas y minerales.
En la siguiente tabla publicada por la Fundación Española de la Nutrición, utilizando a su vez la fuente «Tablas de Composición de Alimentos. Moreiras y col., 2013. (BATATA)», se pueden consultar las propiedades nutricionales del boniato.
Cuidados del boniato o batata
A diferencia de muchos cultivos hortícolas clásicos, como en el caso del tomate o la patata, el boniato apenas requiere cuidados y tampoco se ve atacado por plagas ni enfermedades, con alguna excepción. Los caracoles y babosas suelen morder algún trozo de hoja, pero nada que perjudique al cultivo. En cambio, si en el suelo viven muchos roedores, eso sí puede ser un problema porque las raíces del boniato les encantan.
En cuanto a cuidados básicos, si el suelo no es capaz de mantenerse húmedo por su cuenta, habrá que regarlo.
Por otro lado, mientras que las plantas no cubren todo el terreno circundante, es necesario realizar escardas para retirar las malas hierbas que vayan apareciendo.
Por lo demás no necesita más atenciones, siempre y cuando se haya elegido una ubicación soleada, y al abrigo de los vientos fríos, si es que los hubiera.
Cosecha o recolección
Si todo ha ido bien, unos 5 ó 6 meses después de haber trasplantado el plantel de boniato, llega el momento de su recolección.
Aunque se podría cosechar teniendo en cuenta solo las fechas, lo cierto es que el asunto es algo más complejo. Si se extraen los tubérculos cuando las plantas aún están creciendo, la conservación posterior de los boniatos será peor. Muchos más, especialmente los que han sufrido heridas durante la cosecha, acabarán pudriéndose en poco tiempo.
Entonces, sabiendo lo anterior, conviene esperar a que las plantas muestren síntomas de haber entrado en decadencia: no se observan brotes en crecimiento y las hojas comienzan a amarillerar.
En cualquier caso, hay que recolectarlos antes de que ocurran las primeras heladas, que pueden ocasionarles daños que afecten a su conservación.
Por todo esto, en climas templados, es muy posible que el mejor momento para cosechar los boniatos sea a mediados de otoño. En climas cálidos podrá ser antes, a finales del verano, aunque esto dependerá también de en qué momento se plantaron. Por último, en climas fríos no será posible su cultivo salvo que se haga en invernadero, y entonces la recolección se dará también a mediados del otoño.
En cuanto al procedimiento de recolección, no tiene mucho misterio. Es similar al de la patata y consiste en retirar primero todo el ramaje, extrayendo seguidamente las raíces del suelo, ya sea de forma mecánica (con arrancadora o arado) o bien manual, por una horca de cavar o una azada, por ejemplo. Hay que hacerlo con sumo cuidado para no dañar los boniatos.
Almacenamiento y conservación
Las raíces de la batata pueden tener una buena conservación, pero para ello además de cosecharse cuando las plantas han dejado de crecer, deben superar un periodo de curado de aproximadamente una semana. El proceso de curación en sí, consiste en mantenerlas a una temperatura de 25-30ºC y humedad relativa superior al 90%. Esto permite que las heridas o peladuras, resultado de la recolección se curen, y también que una parte del almidón se convierta en azúcares, mejorando mucho el sabor del boniato.
Esta maduración se puede hacer dentro de un invernadero, o si no se tiene uno, poniendo los boniatos al sol y tapándolos con un plástico transparente al que se le harán algunos agujeros par que salga el exceso de calor y humedad. Y hablando de humedad, para lograr que sea alta, se puede regar el suelo bajo el plástico o bien colocar bandejas con agua.
Después de la fase de curado, para que la conservación de los boniatos sea óptima, deberán almacenarse en un lugar fresco y húmedo pero bien ventilado, por ejemplo un sótano, garaje, etc. con ventilación. Otra alternativa tradicional de conservación que parece dar resultado con el boniato, según afirma el agricultor Óscar Fernández, de A Estrada (A Coruña - España), sería el almacenamiento entre paja de centeno.
Si todo se ha hecho correctamente, y si el cultivo ha sido saludable, se puede esperar una conservación de las raíces de 4 a 6 meses, en condiciones adecuadas para su consumo.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.