Cómo y cuándo trasplantar aguacate

Según el aguacate se haya obtenido por siembra de semilla o por compra en un vivero, habrá que realizar al menos uno o dos trasplantes, de los cuales hablaremos a continuación.

Trasplante a maceta

Si la semilla de aguacate se ha germinado en agua, es necesario que una vez que la planta tenga unos 20 cm de alto ―o 30 días después de haberla sumergido―, se pase a una maceta con tierra. Esto es fundamental para que el aguacate pueda seguir creciendo, porque el agua no le aporta todos los nutrientes que necesita obtener a través de las raíces.

La maceta tiene que ser bastante grande, de al menos unos 25 cm de alto y entre 10 y 20 de diámetro, y llenarse con un sustrato muy fértil y equilibrado, sin patógenos y con muy buen drenaje. Para ello conviene echar grava en el fondo de la maceta, luego un poco de sustrato, seguidamente sostener la planta en el centro y echar más tierra alrededor hasta llenar el recipiente.

Es importante que las raíces queden bien estiradas y que la parte de arriba del hueso de aguacate sobresalga de la tierra.

Se termina compactando levemente el sustrato y regando para asentar la tierra, hasta que el agua salga por debajo de la maceta.

Por último, llevar la planta a un lugar muy luminoso pero dónde no dé el sol directo. Las hojas de los aguacates jóvenes pueden sufrir quemaduras.

En el caso de que el aguacate se vaya a cultivar en maceta, al menos por algún tiempo, será necesario trasplantarlo al menos una vez al año, tanto para añadir nuevo sustrato como para dar espacio a las raíces. En este caso la mejor época para el trasplante suele a inicios de la primavera, justo antes de que la planta comiencen a brotar con fuerza.

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Trasplante al exterior

Si se desea que el aguacate pueda desarrollarse completamente como el gran árbol que es, y quizás hasta dar frutos después de algunos años, habrá que trasplantarlo al terreno.

Cuándo plantarlo

Los aguacates jóvenes son árboles muy sensibles que pueden resultar gravemente dañados o incluso morir si se ven sometidos a ciertas condiciones adversas.

Una de esas condiciones críticas es el frío ―las heladas―, que no necesita ser muy intenso para provocar quemaduras en las hojas, dado que el aguacate no las pierde en invierno. Si las temperaturas se acercan a 0℃, un aguacate que ha sido trasplantado al exterior puede perecer si no se protege del frío de alguna manera.

El sol intenso es otro problema, ya que puede dañar la corteza del árbol, la cual es muy sensible a los rayos solares. Las hojas de los ejemplares jóvenes también. Además, los aguacates recién trasplantados tienden a manifestar muy fácilmente síntomas de sequía cuando el tiempo es caluroso.

Por estos y otros motivos, no conviene trasplantar al exterior el aguacate hasta que la planta se endurezca lo suficiente. Después de algún tiempo, la corteza del tallo y de las ramas se vuelve más resistente, perdiendo su color verde intenso, tomando otro más apagado y luego pasando a marrón claro.

En general, no es recomendable trasplantar el aguacate hasta que este tenga al menos un año de vida, puesto que no se gana nada apresurándose y se reducen los riesgos, y mejor en primavera, una vez que pase el riesgo de heladas.

Cómo trasplantarlo

El proceso de trasplante es el mismo que para cualquier otro árbol, aunque hay que tener en cuenta algunas cosas importantes para el caso concreto del aguacate que veremos más abajo.

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Recomendaciones importantes

• Plantar el aguacate en un lugar luminoso y abrigado de los vientos dominantes (muy sensible al viento fuerte)

• Aportar suficiente abono orgánico maduro en el momento de la plantación, bien mezclado con la tierra, para que el árbol encuentre un suelo rico y pueda crecer con vigor.

• Evitar plantarlo en un suelo con tendencia al encharcamiento, ya que se trata de un árbol muy sensible al exceso de agua.

• Clavar una estaca antes de trasplantarlo, a la cual se amarrará con cuidado para que no se rompa y crezca recto.

• Dejar espacio disponible en el lugar de plantación ya que el aguacate es un árbol muy vigoroso cuya copa ocupara una gran superficie.