Cómo diferenciar el acebo del muérdago
Aunque se trata de plantas muy diferentes a simple vista, es posible que se confundan debido al uso ornamental y simbólico, que ambas reciben en las fechas navideña.
Además, ambas plantas se emplearon hasta hace poco como materias primas de las que se extraía un pegamento llamado liga, que se utilizaba principalmente para cazar pájaros. Del acebo, se sacaba de la corteza, y del muérdago, de las bayas, de ahí que el nombre científico de este último (Viscum) haga referencia a lo viscoso.
El acebo es un arbusto o pequeño árbol natural de zonas frescas y húmedas, mientras que el muérdago (Viscum album) es una planta semiparásita de zonas cálidas y secas (mediterránea), cuyas raíces no crecen en el suelo sino en las ramas de árboles a los cuáles parasitan.
Tanto a uno como al otro, se le han dado desde antiguo un uso medicinal, e incluso eran considerados sagrados por algunas culturas como la celta, de la cuál deriva su uso navideño.
Más abajo se expondrán las diferencias visibles más notables entre estas dos plantas, pero antes las compararemos a través de dos fotos.
Hojas
Las del acebo son de color verde oscuro, brillantes, un poco más largas que anchas, normalmente con espinas en su borde (en ejemplares adultos no), con un nervio central de color más pálido y aparecen una seguida de otra a lo largo de las ramas delgadas y rectas.
En cambio, las del muérdago son de un color verde grisáceo, bastante más largas que anchas, redondeadas en su extremo, de borde liso, con varios nervios paralelos y que aparecen en pares, una opuesta a la otra, en poca cantidad y en el extremo de las ramas.
Ramas
Las del acebo apenas se ven, siempre ocultas por el denso follaje que recubre la copa, pero son muy parecidas a las de cualquier otro árbol, aunque muy flexibles y resistentes. Las gruesas tienen un color blanquecino, mientras que las delgadas son de color verdoso algo rojizo.
Sin embargo, las ramas del muérdago son cortas, de no más de un metro, se van dividiendo en dos desde la base, formando una estructura repetitiva de ramos colgantes con nudos muy marcados.
Bayas
Después de las hojas, esta quizás sea la característica más que más diferencia a ambas plantas, siempre que ambas tengan bayas, claro está.
Tanto las del acebo como las del muérdago, son de color verde cuando están inmaduras, pero luego cambian de coloración. Las del acebo se tornan de un color rojo intenso, muy llamativo (ver foto arriba), mientras que las del muérdago se vuelven de color blanco amarillento y de aspecto traslúcido.
Ninguna de las dos son comestibles, resultando tóxicas para los humanos.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.