Cuidados de la lechuga
Si tienes en cuenta los 5 cuidados que veremos a continuación, es muy probable que tus lechugas den un salto de calidad que te dejará muy sorprendido.
La variedad lo es todo
En efecto, si se elige mal la variedad, importan poco los cuidados que se le brinden a las lechugas, ya que el resultado no será bueno. ¿Qué puede pasar?
- Crecimiento lento o nulo. Algunas variedades están mejor adaptadas a climas frescos y días cortos, mientras que otras lo están a temperaturas más cálidas y días largos. En otoño e invierno, las primeras, mientras que en primavera y verano las segundas. Las de verano apenas crecerán en invierno.
- Subida prematura a flor. Una consecuencia de haber elegido mal la variedad, es que las lechugas crecen mucho y prematuramente en altura, emiten un tallo floral y sus hojas se vuelven duras y amargas. Normalmente pasa cuando se siembran en verano ―o a finales de primavera― variedades de otoño-invierno.
- Mala calidad general. Como ya adelantamos, si la floración se adelanta las hojas pierden su sabor y su ternura. La calidad de las lechugas también es mala cuando se siembran variedades de verano fuera de esta época del año y, aunque no suben a flor, pasan muchos meses en la tierra sin apenas crecimiento y pasando frío, por lo que sus hojas son duras y poco sabrosas.
Soy consciente de que la información anterior es muy general, pero son tantas las variedades que no tendría sentido hablar de cada una de ellas. Quédate solo con esto:
Elige una variedad recomendada para el clima y la época del año en la que la vas a sembrar o plantar.
Buen abonado
La lechuga es una planta que, aunque se puede cultivar en suelos mediocres, los prefiere fértiles o, mejor aún, muy fértiles.
Este cuidado tiene que ser tenido siempre en cuenta, ya que ofrece unos resultados realmente impresionantes. Si no me crees, haz tú mismo el experimento ―yo lo hice―. ¿Te lo cuento?
En una ocasión hice lo siguiente:
En un bancal del huerto que había sido abonado el año anterior, pero dónde ya había cultivado pimientos, planté lechugas. En el momento de trasplantarlas ―las tenía en un semillero―, en el hoyo de plantación de la mitad de ellas añadí 250 gramos de compost y en el resto nada. ¿Qué ocurrió? Las primeras se desarrollaron más rápido, con más vigor, mejor aspecto y formaron cogollos más grandes, apretados y tiernos.
La lechuga va a agradecer enormemente un extra de abono ―un suelo fértil―, por lo que no hay que descuidar este aspecto.
CÓMO HACER ABONO ORGÁNICO
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Ojo con el agua
Este es otro punto que no se puede descuidar, puesto que las grandes hojas de la lechuga pierden mucha agua cuando el tiempo es seco y soleado, agua que hay que reponer necesariamente por las raíces o llegará la marchitez más pronto que tarde.
La lechuga no debe sufrir sequía en ningún momento, para evitar que frene su desarrollo o que active la floración antes de tiempo.
Periodos de sequía seguidos de riegos copiosos van a favorecer que tienda a subir a flor antes de completar su crecimiento, cosa que no interesa de ningún modo, excepto si se quieren obtener sus semillas.
Hay que mantener el suelo húmedo siempre, pero tampoco encharcado. Un exceso de humedad puede acarrear problemas sanitarios.
¿Esto en qué se traduce? Pues en que hay que procurar un suelo que drene bien el agua, pero que también retenga una buena cantidad de esta, para así no tener que regar con tanta frecuencia. Si esto no es posible, habrá que montar guardia con la regadera en la mano, o mejor instalar un sistema de goteo.
Puedes cubrir el suelo con paja, corteza de pino, papeles de periódico, etc. para que se mantenga la humedad más tiempo. En las macetas también y además píntalas de blanco.
¿Cada cuanto regar la lechuga? Pues tanto como sea necesario según: estado de la planta, clima, suelo...
Calor, sol y sombra
Ahora veremos un par de aspectos que no son cuidados directos, pero que se deben tener en cuenta a la hora de planificar y ubicar las lechugas en el huerto.
Se trata de la temperatura y la luminosidad. Ambas son importantes para las lechugas.
Normalmente, a partir de 10℃ de temperatura ambiente, la lechuga puede crecer, por debajo detiene su crecimiento ―aunque no muere―.
Entre 15 y 20℃ encuentra su temperatura ideal, por lo que se desarrollará muy rápido en esas condiciones (yo diría que se puede ampliar hasta unos 25℃, si por la mañana y la tarde-noche hace fresco.)
En cuanto a la luminosidad, tiene que recibir luz directa del sol al menos durante 4 horas al día, y mejor si son algunas más, sobretodo en otoño, invierno y primavera.
En verano conviene que tenga sombra durante las horas de más calor, por lo que debe ubicarse pensado en este aspecto. En climas poco soleados no es tan necesario.
Caracoles y babosas
Aunque existen otras plagas, las lechugas se deben cuidar especialmente de estas dos, porque son muy voraces y porque dejan las hojas llenas de agujeros, babas y excrementos que luego hay que limpiar (o mejor tirar la hoja)
El consejo más importante para mantenerlos lejos de las lechugas es conservar el orden y la limpieza del huerto. Estos animales son nocturnos y pasan el día escondidos entre vegetación alta, objetos abandonados, etc. Mantener el suelo despejado alrededor de las lechugas ―y mejor en todo el huerto― se lo pondrá más difícil, porque tendrán que venir desde más lejos y quizás no consigan llegar hasta ellas.
Si no llueve puedes esparcir ceniza de madera alrededor de las lechugas, eso también les impedirá llegar hasta las plantas.
Si hay muchos, quizás deberías poner cajas o macetas boca abajo por el huerto para que las usen como escondite. Luego los recoges y los llevas lejos de allí.
CÓMO CULTIVAR LECHUGA
Aquí tienes mucha más información (y un vídeo) que no puedes perderte.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.