¿El ciruelo que nace de semilla dará buena fruta?

Seguro que te has hecho esta pregunta en más de una ocasión, e incluso puede que hayas escuchado o leído alguna vez que un árbol ―en este caso un ciruelo― nacido a partir de una semilla, no dará nunca fruta de calidad. Verás que esto no tiene por qué ser así.

Por otro lado, algunas personas afirman que su ciruelo nació de forma natural, que nunca lo injertaron, y que da una fruta excelente. No tienen por qué mentir, eso puede pasar realmente.

Como ves, una cosa parece ser contraria a la otra, y esto puede confundir a cualquiera, pero este artículo va a aclarar todas tus dudas al respecto.

¿Qué hace diferentes a estos ciruelos?

Pues haber nacido a partir de una semilla significa que ese árbol tiene una genética única, igual que cada persona es diferente de otra ―excepto los gemelos―.

Uno o varios granos de polen de la misma planta o de una distinta, penetraron en el órgano femenino de la flor, y se produjo la polinización.

La flor de la planta madre tiene unas características genéticas, que transmitirá a la semilla que surgirá dentro del fruto que se desarrollará a partir de ella, pero resulta que el grano de polen que la fecundó, también aportó su información genética a la futura semilla.

Esta variabilidad e hibridación es la que hace que un ciruelo que crece a partir de una semilla sea único, porque la flor y el grano de polen eran también únicos.

Pero que sea único no quiere decir que sea completamente distinto de sus progenitores, de hecho se parecerá bastante, como es lógico.

Un ciruelo procedente de semilla será un árbol único, pero similar a sus progenitores.

Por tanto, esto quiere decir que si se siembra la semilla de una bonita y jugosa ciruela, el árbol que nazca de ella dará unos frutos similares, aunque frecuentemente más pequeños, menos sabrosos, etc.

En raras ocasiones puede ocurrir que dé frutos de mejor calidad que los originales, de hecho todas las variedades cultivadas se han obtenido a partir de hibridación y selección a partir de ciruelos que habían nacido de una semilla. Esto se ha repetido una y otra vez desde que el hombre cultiva sus alimentos.

La seguridad del injerto

Ya ves que si siembras una semilla de ciruela, estás tirando un dado con muchas caras, y no sabes cuál de ellas va a salir. ¿Dará buenos frutos, malos, regulares? Nunca lo sabrás hasta que los pruebes.

¿Y qué pasa si después de pasar el trabajo de cuidar el ciruelo, y esperar varios años a que dé fruto, las ciruelas no merecen la pena? Ah, ese es el riesgo, y para evitarlo se usa el injerto o la propagación por esquejes, acodos, etc., es decir, se clona el árbol "madre" para obtener otro idéntico, que en realidad es el mismo, aunque creciendo en un nuevo lugar.

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Pero la verdad es que si se siembran las semillas de ciruelas de calidad, es bastante probable que los árboles resultantes den fruta bastante aceptable, sin haberlos injertado, y de todas formas, tampoco habrá que esperar tanto ya que suelen comenzar a producir bastante pronto.