Cómo sembrar semillas de ciruela
Como la mayoría de los árboles, el ciruelo produce semillas para perpetuar su especie, sus genes, adaptarse a los cambios del ambiente y colonizar nuevos territorios, pero a la hora de sembrar sus semillas para obtener de ellas un frutal, conviene saber si esto es una práctica que merezca la pena intentar.
Lo que se va a explicar a continuación, sirve para ciruelas claudia, ciruelas negras, criollas, amarillas, amarillas mexicanas, ciruelas rojas, japonesas o incluso para huesos o carozos sacados de ciruelas pasas, siempre que no se hayan sometido a procesos destructivos, como altas temperaturas, radiación, etc.
¿Es viable?
Rotundamente sí, la mayoría de las semillas de ciruela son capaces de germinar y dar lugar a un joven árbol que después de unos pocos años comenzará a florecer y a producir ciruelas.
No obstante, sembrar directamente las semillas en la tierra o en una maceta y dejarlas ahí no es lo mejor, ya que tardarían mucho tiempo en germinar, y seguramente para entonces nos habríamos olvidado de ellas.
A continuación veremos qué pasos hay que seguir para que de ellas salgan pequeños ciruelos en el menor tiempo posible.
Para ello adjuntamos además un vídeo muy bueno sobre el proceso que encontrarás aquí debajo, pero antes veamos un par de cosas más.
Hay que advertir que aunque el árbol resultante dará frutos ―posiblemente buenos―, es con el injerto de los ciruelos nacidos a partir de una semilla cuando se puede obtener fruta de mejor calidad y de la variedad que se elija de entre todas las que existen.
La palabra injerto asusta a muchas personas, pero en realidad es algo que cualquiera puede hacer con unos pocos conocimientos necesarios que ya explicamos en el artículo enlazado aquí arriba.
Procedimiento paso a paso
Para este proceso no es necesario tener un huerto, se puede hacer perfectamente en casa, con materiales cotidianos, pero sí es cierto que si se desea que se desarrolle completamente y dé frutos, habrá que plantar el ciruelo e un buen macetón, jardinera o mejor en el suelo, en un lugar soleado.
Para pre-germinar y sembrar las semillas de ciruelo, solo son necesarios 7 sencillos pasos para pasar de una ciruela madura a un joven árbol de ciruelo. Veamos cuales son.
1 Extraer las semillas.
Se come la ciruela y se guarda la semilla. Es mejor juntar unas cuantas por si alguna falla.
2 Ponerlas a secar.
Se limpian bien las semillas y se colocan sobre un papel absorbente o cartón, en un lugar cálido y aireado para que se sequen.
Al sol se secan en tan solo unas solas, mientras que a la sombra necesitan un par de días.
No deben alcanzar temperaturas altas, porque eso podría dañar el embrión que está en su interior, impidiendo cualquier germinación posterior. Esto quiere decir que no se deben secar en un horno o similar, salvo que se regule su temperatura a unos 40ºC como máximo.
3 Eliminar o debilitar la cubierta.
Este paso ahorra mucho tiempo, ya que de no hacerlo las semillas podrían tardar meses en germinar.
Aquí debajo te dejo un enlace en el que puedes ver diferentes formas de escarificar las semillas.
4 Poner a remojo.
Una vez escarificadas o desprovistas de su cáscara, la semillas se introducen en un vaso de agua limpia ―mejor sin cloro― y se dejan en él unas 24 horas.
Se puede usar agua de botella o del grifo previamente hervida o reposada durante varios días.
5 Colocar en lecho húmedo.
Se humedece con agua un trozo de papel absorbente y se colocan las semillas sobre él, tapándolas con otro papel mojado o con el mismo una vez doblado.
Introducir el papel con las semillas en un táper, o envolverlo bien con papel de aluminio o film de cocina.
6 Estratificar en frigorífico.
Este es otro paso crucial, ya que las semillas de ciruela necesitan salir del estado de dormancia ―están dormidas― en el que se encuentran.
Y sí, salen de él mediante el frío. Se trata de hacerles "creer" que están pasando el invierno, y que por tanto después vendrá la primavera y podrán germinar sin riesgo de morir de frío.
7 Sembrar en tierra o maceta.
Superada la estratificación fría ―unas 4 semanas―, algunas de las semillas habrán comenzado a germinar, o incluso puede que todas ellas.
Es momento de pasarlas a un sustrato para que puedan enraizar, y que de la tierra salga el joven ciruelo en unos pocos días.
Hay que enterrarlas en posición horizontal, superficialmente y con sumo cuidado, con la pequeña radícula ―el apéndice blanco que sale de la semilla― apuntando hacia abajo y colocar la maceta en un lugar luminoso y cálido.
Si el tiempo es bueno también se pueden sembrar directamente en el exterior, en el lugar definitivo que va a ocupar el árbol, o en una zona de vivero para luego trasplantarlo a raíz desnuda en otoño-invierno.
En el siguiente vídeo podrás ver todo este proceso muy bien explicado.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.