Cómo sembrar caléndula
En realidad la siembra de esta popular flor no tiene mucho misterio. Germina bien, no necesita mucho calor para hacerlo y tampoco precauciones especiales, pero sí hay que tener en cuenta cosas como las que pasamos a explicar.
Época de siembra
Lo que ocurre sin intervención es esto: Las semillas de las caléndulas maduran en verano, cayendo al suelo y permaneciendo algunas sobre la tierra y otras parcialmente enterradas hasta la caída de las primeras lluvias. A partir de entonces, comienzan a germinar, a finales del verano y durante el otoño, o si hace frío en primavera.
Como decimos, esto sucede de forma natural, y es lo que hay que replicar para sembrarlas, es decir, hacerlo en el momento en el que germinarían de forma natural en cada clima.
Dicho esto, en climas que no sean muy fríos, se pueden sembrar durante todo el otoño y hasta finales de invierno, mientras que en climas fríos es mejor esperar a comienzos de la primavera.
Conseguir las semillas
Como ya explicamos aquí, es muy sencillo obtenerlas en verano de una planta madura, y guardarlas hasta el momento de la siembra en un frasco hermético, después de dejarlas secar al sol durante uno o dos días.
Pero si esto no es posible, puedes comprar alguna de estas y comenzar ya mismo, sin esperas.
Siembra en semillero o en el suelo
Dependiendo de la cantidad de caléndulas que se quiera obtener, es preferible sembrarlas en un semillero o hacerlo directamente en el suelo.
En semillero
Este es el mejor método cuando se desea producir solo algunas plantas.
Permite adelantar la siembra aunque haga mucho frío y no requiere preparar de antemano el terreno.
Quizás la principal desventaja sea que una siembra en semillero siempre demanda más cuidados, especialmente en lo referente a los riegos.
Cómo hacer semilleros caseros✔ Alternativas caseras de recipientes para semilleros, empleando cosas cotidianas como una bandeja de cubitos de hielo, moldes de silicona para el horno, etc...
Procedimiento
Básicamente el mismo que para cualquier siembra de este tipo, teniendo en cuenta que es mejor que cada nueva planta cuente con su propio cepellón separado de las demás, lo que facilita enormemente el trasplante.
Por esto, hay que elegir una bandeja de alvéolos de buen tamaño, o bien emplear pequeñas macetas ―los vasos de yogurt sirven perfectamente―, llenarlas sustrato para semilleros y poner unas tres semillas en cada una, haciendo un pequeño agujero en el centro del sustrato, de forma que queden enterradas a 1 centímetro de profundidad aproximadamente.
Hecho esto, se riega el sustrato ―si no se ha humedecido previamente―, y se lleva el semillero a un lugar luminoso y cálido. Dentro de casa al lado de una ventana es un buen lugar.
Las plantas pueden mantenerse en el semillero hasta que alcancen unos 10 cm de altura, luego hay que trasplantar las caléndulas.
En el suelo
Como adelantamos arriba, cuando se desea cultivar un gran número de plantas, la siembra de la caléndula se puede hacer directamente en el suelo.
Esto tiene la ventaja de que ya no será necesario realizar ningún trasplante posterior, pero sin embargo requiere de un tiempo adecuado para una rápida germinación. Si hace demasiado frío hay que esperar a que el tiempo mejore, sobre todo porque al nacer las jóvenes plantas pueden helarse o no crecer como deberían.
Preparación de la tierra para sembrar✔ Antes de sembrar la caléndula, el terreno deberá acondicionarse como explicamos aquí...
Siembra en hileras
Una vez que el terreno está listo y si la fecha es adecuada, se puede proceder con la siembra, que debe realizarse en hileras, dejando una separación de unos 50 cm entre ellas.
En cada hilera, se van dejando caer las semillas a lo largo de la misma, de forma continua. Como alrededor de un 15% de las semillas puede que no germine, han de quedar bastante juntas, por ejemplo una cada 3 ó 4 cm, dos cada 10 cm, etc. No importa si nacen muy juntas porque será necesario un raleo posterior para eliminar algunas plantas, dejando una separación de 30 cm entre plantas de la misma hilera.
Esta siembra se puede hacer con sembradora ―manual o mecánica― para más comodidad, pero si la superficie no es muy grande, es perfectamente posible realizarla a mano.
Sea con sembradora o a mano, hay que asegurarse de que las semillas no queden muy enterradas pero tampoco en la superficie. A uno o dos centímetros de profundidad germinarán sin problemas.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.