Riego del aguacate
Antes de hablar del riego, conviene explicar qué características peculiares hacen que este árbol tenga una relación muy íntima con el agua del suelo.
La planta
El aguacate es un árbol cuyas raíces se han adaptado a disponer de gran cantidad de agua pero sin llegar al punto de encharcamiento, el cuál les resulta muy perjudicial. Es por esto que el grado de humedad ideal en el suelo deberá ser cercano a la capacidad de campo (cantidad de agua que retiene un suelo después de empaparlo por completo y dejarlo drenar el exceso)
La mayor parte del sistema radicular se concentra cerca de la superficie del suelo, aunque puede profundizar hasta más de un metro en el terreno. Esta característica hace que la planta note rápidamente la sequía, puesto que la superficie del suelo siempre se seca antes que las capas más profundas.
Por otro lado, el crecimiento del sistema radicular solo se produce en la sección de suelo que tiene la humedad correcta, algo que hay que tener en cuenta a la hora de regar, especialmente cuando se desea que el árbol se afiance en el terreno y se desarrolle rápidamente.
Las raíces del aguacate disponen de muy pocos pelos absorbentes, por lo que la absorción del agua y de los nutrientes es llevada a cabo casi exclusivamente por los extremos ―las puntas― de las raíces. Esto es lo que lo hace tan sensible a los encharcamientos del suelo, que provocan asfixia radicular y proliferación de hongos patógenos.
El aguacate disminuye su crecimiento y producción si sufre de sequía o de exceso de agua en el suelo por un periodo de tiempo que no necesariamente tiene que ser largo.
El desarrollo vegetativo del aguacate está muy supeditado a la disponibilidad de agua, por lo que habrá que mantener un buen nivel de humedad mientras el árbol se encuentra en crecimiento y reducirlo una vez que alcanza el estado adulto, para evitar que un exceso de vigor dificulte la iluminación y aireación de la copa ―importantes para la fructificación―, y a su vez los trabajos de poda tengan que ser más frecuentes e intensos.
Periodos críticos
Como ya se dijo, el aguacate necesita un suelo siempre húmedo pero no encharcado, aunque en ciertos momentos tolera peor que en otros la escasez de agua.
Plantación
Antes de plantar el aguacate hay que estudiar si existen zonas del terreno en las que el suelo pueda estar encharcado. Si se detectan habrá que tratar de evitarlas, o si no se puede, realizar zanjas de drenaje para evacuar el exceso de agua.
Hay que evitar plantar los aguacates en depresiones del terreno, ya que se encharcarán rápidamente con las lluvias ―o tendrán el nivel freático muy superficial― y además no se podrán drenar.
Desde que el árbol de aguacate se planta en el terreno hasta que sus raíces logran extenderse suficientemente por el suelo, necesitará de una humedad constante en este, y como ya mencionamos, en un área de suelo suficiente, ya que de lo contrario sus raíces no avanzarán.
Aquí encontrarás cuidados generales y otros específicos como el pintado o el plateo.
Floración y cuaje
Una vez que el aguacate está bien arraigado y su sistema radicular se extiende por una ampliar superficie de terreno, la mayor demanda de agua se produce durante la época de floración y cuajado de los frutos.
Los órganos florales evaporan gran cantidad de agua a la atmósfera, agua que se suma a la que ya se perdía a través de las hojas, de ahí que la demanda aumente tanto en este periodo.
Por otro lado, la floración suele coincidir en el tiempo con un importante crecimiento vegetativo del aguacate, otro proceso que requiere de gran cantidad de agua.
Si se produce escasez de agua en este periodo, y no se soluciona mediante el riego, la consecuencia suele ser deterioro de flores y caída de frutos recién cuajados.
Mira en este artículo en qué momento florece y qué aspectos lo regulan.
Maduración
Una vez que los frutos han comenzado a desarrollarse, bajan las necesidades de agua del aguacate aunque siguen siendo más elevadas que antes de la floración.
Un riego insuficiente en este periodo, que se extiende hasta la total maduración de los frutos, puede ocasionar pérdidas de calidad y caída.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.