Cuidados del tomillo
El tomillo es quizás una de las plantas aromáticas que menos cuidados necesita, gracias a que fundamentalmente sigue siendo una planta silvestre adaptada a vivir en austeridad.
Dicho esto, hay ciertas cosas que no tolera, y que si tiene que padecerlas lo pasará realmente mal, o incluso puede llegar a morir.
Humedad
Hay que tener muy presente que el tomillo es una planta que se las arregla perfectamente en ambientes y suelos secos, de hecho los prefiere antes que lo demasiado húmedos.
El exceso de humedad ambiental ―y especialmente en el suelo― es el talón de Aquiles del tomillo. Teniendo esto en cuenta, debe plantarse en un suelo con muy buen drenaje para que el agua no se acumule cerca de la planta.
En cuanto a la humedad ambiental, si es muy alta en la región, debe situarse el tomillo en una zona donde haya presencia de corrientes de aire.
En lo referente al riego, se puede suprimir una vez que la planta es adulta, siempre que el suelo tenga profundidad suficiente. Tras la plantación ―y mientras esté arraigando― es suficiente con mantener la tierra ligeramente húmeda.
Luminosidad
Este es otro factor importante. El tomillo requiere mucho sol, cuanto más mejor, así que hay que plantarlo en una zona que reciba el máximo número de horas de sol al día.
Hay que evitar que muros, árboles u otras estructuras le hagan sombra.
Fertilización
Este aspecto es quizá el menos importante ya que el tomillo se adapta bien a suelos pobres, siempre que no tengan otros problemas.
Un ligero abonado anual en primavera es más que suficiente. Si se emplea abono orgánico ―siempre recomendable― ha de estar muy bien descompuesto, y si es mineral, aportar uno equilibrado y en muy poca cantidad.
En caso de que se hagan cortes importantes ―por ejemplo para consumo―, sí conviene realizar un ligero abonado tras la operación, para estimular que la planta rebrote con fuerza.
Control de adventicias
Es importante mantener las plantas de tomillo libres de hierbas oportunistas que pueden llegar a invadirlas, robándoles agua, nutrientes, y lo más importante, la luz.
Además, si se deja que el tomillo quede rodeado de vegetación, se acumulará humedad sobre la planta, cosa que no le beneficia en absoluto.
Realiza escardas regulares y muy superficiales es suficiente para mantener la competencia a raya, pero hay que hacerlo con cuidado para no descalzar la planta ―destaparle las raíces―, ya que tiene tendencia a padecerla.
Para no tener que realizar tantas escardas, se puede acolchar el suelo con piedras, corteza de pino o algún otro material que no retenga humedad y permita la circulación del aire.
Poda
Por último, el tomillo puede dejarse crecer de forma natural ―sin intervenir― o bien podarlo para favorecer que los tallos se dividan y que la mata se haga más compacta, con una forma redondeada que suele aportar más valor estético.
El mejor momento para podarlo es en primavera, ya sea justo antes de la floración ―para aprovecharlo como hierba medicinal o condimento―, en plena floración ―para obtener aceites― o ya cerca del verano si solo se pretende darle forma.
CÓMO CULTIVAR TOMILLO
Aquí tienes más información acerca del tomillo.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.