Abonos caseros para geranios
Los geranios son plantas muy bellas y populares que se pueden encontrar en muchos jardines y balcones. Son bastante resistentes y pueden crecer en una variedad de condiciones, pero el uso de abono puede ayudar a mejorar su crecimiento y floración., haciendo que luzcan mucho más bonitos, con más vida.
Sin embargo, los fertilizantes químicos son costosos y pueden dañar el medio ambiente, especialmente los ecosistemas acuáticos, por ejemplo si se van con el agua de lluvia o por el desagüe.
Los geranios, al igual que la mayoría de las plantas, no requieren de abonos comerciales con una formulación específica, ya que se trata de plantas capaces de sobrevivir en un ambiente natural, y por tanto, de nutrirse de lo que puedan encontrar en el suelo. Esto no significa que haya que rechazar siempre los abonos comerciales, que son muy prácticos y útiles para determinadas situaciones o plantas particulares.
Por suerte, existen muchas opciones para hacer abono casero para geranios con ingredientes comunes y asequibles. En este artículo se hablará de algunas de las mejores recetas.
Abonos líquidos
Una de las formas más sencillas de abonar los geranios es a través de líquidos nutritivos que pueden ser añadidos en el agua de riego o pulverizados sobre la planta, previamente diluidos en agua.
Generalmente, cuando se habla de abonos líquidos, se tiende a pensar en productos comerciales, pero nada más lejos de la realidad. Se puede preparar de forma casera y empleando cosas que no hay que comprar, cosas que se encuentran en casa o en el exterior.
Purines vegetales
Consiste en poner restos de plantas frescas en agua para que se descompongan y den como resultado un líquido oscuro y cargado de nutrientes.
Todo lo que formaba esas plantas pasa a estar diluido en el agua, por lo que se podría decir que son literalmente "plantas licuadas", y como es de esperar, contiene todo lo que un vegetal necesita para nutrirse. Además, como se elaboran mediante la acción de microorganismos que descomponen los restos vegetales, cuando se riega con estos abonos, se está enriqueciendo también la microbiota del suelo, una pieza fundamental el la fertilidad de la tierra.
Para aplicación en riego, conviene diluir una parte de purín en 10 partes de agua, y para aplicación foliar, 1 en 20. Aplicar semanalmente hasta observar que los geranios responde con vigor, luego reducir la frecuencia a una vez cada 3 semanas o 1 mes.
Aunque el del ortiga y el de consuelda rusa son los más populares, lo cierto es que se puede preparar un purín fertilizante con casi cualquier planta que no sea tóxica o alelopática negativa, es decir, que no contenga sustancias que inhiban el desarrollo de otras plantas. Y si se mezclan varias diferentes, la riqueza del fertilizante podrá ser mayor.
Orina diluída
Aunque pueda sonar asqueroso, un desecho corporal como la orina es un excelente abono para las plantas, muy rico en nitrógeno y otros elementos.
Si se utiliza al momento y mezclada con el agua de riego no deja mal olor ni supone un riesgo para la salud. No debe emplearse muy a menudo, ya que es una sustancia muy concentrada en sales y muy alcalina, es decir, que poco a poco va aumentando la salinidad y alcalinidad del suelo en el que se aplica, pudiendo llegar a un punto de toxicidad para las plantas.
Una dosis segura es emplear medio litro de orina en 10 litros de agua, es decir, una proporción 1:20 aproximadamente, y aplicarla no más de una vez al mes.
Al igual que ocurre con los fertilizantes granulados o minerales, su empleo en macetas obliga a renovar con frecuencia el sustrato para deshacerse de la acumulación de sales y álcali.
Abonos sólidos
Una opción más lenta pero de acción prolongada son los abonos orgánicos sólidos, que se incorporan a la tierra de la maceta para que se vayan liberando a lo largo de las siguientes semanas y meses.
Lo primero que hay que saber, es que siempre deben estar bien maduros, es decir, que hayan terminado la rápida descomposición inicial y se hayan estabilizado. No deben presentar olor fuerte ni textura pastosa.
Si solo se dispone de abono verde o inmaduro y se desea aplicar igualmente, se debe poner esparcido sobre la tierra, nunca enterrarlo cerca de las raíces.
Compost
Es el material desmenuzado, similar a tierra, que queda cuando una pila de restos orgánicos se descompone parcialmente y alcanza una cierta estabilidad. Es de color oscuro, con olor a tierra, y si se hace bien, muy rico en nutrientes.
Se puede preparar fácilmente en casa amontonando desperdicios vegetales de la cocina, restos del jardín y del huerto, etc. El proceso tarda algunos meses en completarse, especialmente si hace frío, pero luego puede almacenarse por mucho tiempo.
Para abonar los geranios con compost, hay que remover algo el sustrato del la superficie de la maceta y depositar una capa sobre ella. Luego cada vez que se riegue, los nutrientes se irán infiltrando y llegarán hasta las raíces.
Puesto que es un abono de liberación lenta, si se añade una capa de unos 2 cm de espesor no habrá que abonar más en 3 ó 4 meses. Como se dijo antes, siempre que se haya hecho bien.
Posos de café
Aunque los posos de café son materia vegetal sin descomponer, al estar molidos y hervidos, se incorporan rápidamente al sustrato y comienzan a liberar nutrientes casi de inmediato.
La forma de aplicarlos a los geranios es la misma que con el compost, se esparce una capa sobre la maceta para que los nutrientes sean arrastrados hacia el interior de la tierra cuando se riega.
Si hace calor o el lugar está muy ventilado, entonces conviene cubrir los posos con una capa de sustrato para que no se sequen en exceso, de lo contrario podría salir volando con el viento.
Además de estos, existen otros abonos caseros que se pueden añadir a los geranios, pero quizás sean un poco más difíciles de conseguir, por eso se han incluido en un artículo más general que dejamos aquí debajo.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.