Riego del calabacín

El calabacín es una planta que consume mucha agua y que, por tanto, el suelo debe poder responder a esa gran demanda, ya sea mediante el agua de lluvia, mediante el riego o, más frecuentemente, con ambas.

Cuanta más superficie foliar tienen las plantas más agua suelen perder por transpiración y, por tanto, mayor cantidad de agua necesitan absorber del suelo.

Necesidades hídricas del calabacín

Ya dijimos que es una planta que consume mucha agua, pero ¿cuánta? Lo veremos a continuación.

ⓘ Se estima que un cultivo de calabacín, desde que se instala hasta que termina su ciclo, puede necesitar entorno a 400 litros de agua por metro cuadrado de suelo.

Teniendo en cuenta que cada planta puede ocupar fácilmente esa superficie de terreno (1m²) podríamos simplificar diciendo que cada una necesita esa cantidad de agua a lo largo de su vida.

Esto no quiere decir que tengamos que aportar ese volumen a cada planta, ya que el agua que contiene de forma natural el suelo también contribuye al cómputo total, especialmente en zonas húmedas —en las que llueve con frecuencia— o en suelos con un nivel freático superficial.

Intensidad y frecuencia del riego

En función del tipo de suelo de que se trate, habrá que actuar de una o de otra forma para garantizar que se mantenga una humedad constante cerca de la planta.

En general, conviene realizar riegos frecuentes de poca intensidad —pocos litros de cada vez—¸ aunque como dijimos, dependerá del tipo de suelo y de la climatología.

Según el suelo

En suelos que retienen mucha agua (ricos en materia orgánica o arcillosos), se deben hacer riegos poco frecuentes y de mayor intensidad, como si estuviéramos recargando la batería del móvil —cuando está cerca de agotarse la cargamos por completo o casi.

En cambio, en los suelos que casi no retienen agua (arenosos), los riegos han de ser muy frecuentes y de muy poca intensidad. Puesto que retienen tan poca agua, todo lo que reguemos de más se perderá en las capas más profundas.

Cuanta menos pendiente tenga el terreno del huerto, mejor retendrá la humedad —en igualdad de condiciones— y lo mismo si se encuentra situado en una depresión.

Según la climatología

Como es de suponer, siempre que llueva lo suficiente como para humedecer el suelo más allá de la superficie, suprimiremos los riegos hasta que veamos que comienza de nuevo a secarse. El tipo de suelo y la intensidad de las precipitaciones, condicionará el tiempo que podremos ahorrarnos el riego.

Es de mucha utilidad disponer de un pluviómetro en el huerto, ya que así sabremos con exactitud cuanto ha llovido y, por tanto, cuanta agua ha absorbido el suelo. De lo contrario podemos caer en el engaño de suprimir los riegos al ver el suelo mojado en superficie pero estar seco a mayor profundidad.

Consejos para el riego del calabacín

✦ Evitar mojar el tronco y las hojas de las plantas al regar. Si lo hacemos a manta o con goteros, debemos separar unos centímetros la línea húmeda del pie de las plantas.

✦ Con tiempo seco y soleado, regar entre 2 y 3 veces por semana, a menos que el nivel freático esté muy alto o que el suelo retenga mucha agua.

✦ Si regamos con regadera, debemos hacer un alcorque —depresión alrededor de cada planta— dejando la tierra más elevada en la zona del tronco, para que el agua se acumule formando un anillo entorno a la planta.

✦ Si es posible, realizar un acolchado del suelo para ahorrar agua, entre otras numerosas ventajas.

Esto es todo sobre el riego, pero no te vayas todavía por que tienes que ver el siguiente vídeo. Te encantará!

GUÍA: CÓMO CULTIVAR CALABACÍN

Aquí puedes ver los puntos clave del cultivo para no dejar nada al azar.