Cuidados del bambú
Los bambúes son plantas silvestres que no requieren atención alguna siempre y cuando crezcan en las condiciones para las que están adaptados, es decir, en su ambiente natural.
Sin embargo, cuando se llevan a otro lugar, entonces sí se hacen necesarios algunos cuidados ―especialmente el riego―, ya que de lo contrario es poco probable que se mantengan en buen estado durante mucho tiempo.
Veamos entonces cómo mantener una planta de bambú, sin entrar en especies concretas que pueden requerir de cuidados específicos.
Abonado
En terrenos fértiles no es necesario abonar el bambú a menos que se haga una explotación intensiva de la planta, con cortas frecuentes que requieren de una rápida recuperación de la planta.
En cambio, en suelos más pobres es muy conveniente aportar abonos orgánicos bien maduros y equilibrados, o fertilizantes comerciales en su defecto.
Los abonos orgánicos se pueden incorporar al suelo en otoño o a finales del invierno, siempre antes de que el bambú brote en primavera, ya que así dispondrá de más nutrientes y en consecuencia crecerá con más vigor.
Sin embargo, los fertilizantes deben aplicarse justo antes del inicio del crecimiento, para que la planta los absorba y no se pierdan por lavado o se disipen a la atmósfera.
Si ves que el bambú parece estar siempre igual, sin vigor y creciendo de forma muy tímida, abónalo y riégalo con frecuencia y notarás un gran cambio.
Riego
El bambú es una planta que demanda mucha agua, especialmente cuando la planta es joven y nuevos tallos están creciendo, por lo que el suelo ha de mantenerse siempre húmedo. Para ello, si las precipitaciones no son suficientes, habrá que regar tanto como sea necesario para lograr este objetivo.
Es preferible dar riegos muy cortos y frecuentes que muy abundantes y espaciados, ya que de esta última forma el suelo pasará de estar encharcado a seco y viceversa, lo que produce estrés en el bambú y puede interferir con su correcto desarrollo.
Control de "malas hierbas"
Es importante mantener los alrededores de la mata de bambú libre de vegetación espontánea que le va a robar los nutrientes y el agua.
Para ello se puede cubrir el suelo con un acolchado orgánico que permita la salida de los nuevos tallos de bambú pero que impida el nacimiento de otras plantas herbáceas. Una buena capa de hojas secas, paja, corteza o aserrín puede cumplir esta función.
Otra opción es mantenerlo cavado, aunque si se hace con mucha frecuencia se correrá el riesgo de romper los brotes de bambú que estén a punto de emerger del suelo.
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Control del bambú
Algunas especies de bambú son de carácter invasivo, colonizando el terreno a su alrededor de manera bastante rápida.
Cuando la planta se encuentra en terreno abierto, para evitar que se propague más allá de la zona que se le ha adjudicado, es necesario realizar cortas periódicas de los tallos que se salgan del perímetro establecido.
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Una opción menos trabajosa pasa por plantar el bambú en una zona aislada, de forma que no pueda escaparse de ella. Puede ser un alcorque en medio de un pavimento de piedra u hormigón, un agujero en un roquedo, una jardinera en el lateral de una pared, etc.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.