Herbicida con vinagre y sal
Tanto el vinagre como la sal común, son dos herbicidas naturales que se pueden emplear tanto por separado como conjuntamente, o incluso con jabón.
Aunque se tratará en detalle más abajo, tanto el vinagre como la sal actúan por contacto, destruyendo la membrana celular y desecando los tejidos de la planta afectada, un efecto similar al que producen algunos herbicidas comerciales de uso agrícola.
A pesar de tratarse de dos sustancias cotidianas que se echan en la ensalada, y otras comidas, tienen un potente efecto herbicida, y por tanto, son una alternativa ecológica al empleo de fitosanitarios contra las malas hierbas o malezas.
Pero a continuación veremos cómo actúa cada uno de estos productos y en qué condiciones es más eficaz contra las malas hierbas.
Poder herbicida del vinagre
El vinagre es el líquido resultante de la fermentación acética del alcohol. Está compuesto principalmente de agua y contiene pequeñas concentraciones de ácidos orgánicos, siendo el más abundante el acético.
El vinagre actúa sobre la vegetación por contacto directo con las membranas celulares de los tejidos, destruyéndolas y provocando la deshidratación de las células.
Es más eficaz contra hierbas jóvenes de hoja ancha, quizás porque el producto permanece más tiempo en contacto y penetra mejor en los tejidos, que al ser tiernos son mucho más permeables. También acaba con plantas de hoja estrecha, pero siempre que se aplique cuando son muy jóvenes.
Según varios estudios, el vinagre logró controlar cerca de 20 especies distintas de malas hierbas, de familias tan diversas como las Amarantáceas, Brasicáceas, Ciperáceas, Comelináceas, Compuestas, Convolvuláceas, Labiadas, Leguminosas, Poáceas, Portulacáceas y Solanáceas.
Tras el tratamiento, la vegetación suele secarse entre 1 y 3 días después, dependiendo de la concentración del producto y del tamaño de las plantas.
Además de lo anterior, hay que señalar que el vinagre, aplicado como herbicida, se degrada de forma natural y muy rápido, no dejando residuos en el suelo ni alterando su acidez, por lo que se trata de un producto seguro y una alternativa real y barata a los herbicidas comerciales.
Poder herbicida de la sal
La sal común es el condimento más utilizado en cocina. Está compuesta principalmente por cloruro de sodio, y se trata de una sustancia muy higroscópica, es decir, tienen una gran tendencia a captar el agua del ambiente o del medio con el que se pone en contacto.
Como ocurría en el caso del vinagre, la sal también actúa por contacto con la planta, haciendo que los tejidos afectados se deshidraten radicalmente y mueran.
Además, y aunque no es algo recomendable, también tiene un efecto herbicida al aplicarla al suelo, pero esto no es nada recomendable en terrenos productos porque puede llegar a salinizarlos, y entonces casi ningún cultivo crecerá en ellos.
Aplicada sobre las hojas junto con el vinagre, potencia la acción secante de este, y si se añade además jabón, el preparado consigue disolver mejor las ceras que recubren las hojas de algunas malas hierbas, siendo el efecto herbicida más rápido y eficaz.
Preparación de la mezcla
Como es de esperar, cuanto más concentrado sea el preparado, mayor será su capacidad de acabar con la vegetación.
Por tanto, hay que utilizar un vinagre que tenga por lo menos un 5% de acidez, y emplearlo sin diluir, es decir, sin añadir agua a la mezcla.
No existe una receta universal, ya que para unas hierbas puede ser suficiente una, mientras que para otras puede que haya que utilizar un preparado más concentrado.
La siguiente mezcla es eficaz para la mayoría de las malas hierbas de hoja ancha y las jóvenes de hoja estrecha:
▪ 1 litro de vinagre
▪ Medio vaso de sal común
▪ 1 cucharada sopera de jabón
Hay que disolver primero la sal en el vinagre, y luego añadir el jabón, que tiene que ser lo más natural posible. Hacerlo en ese orden evita que aparezca mucha espuma desde el inicio.
Para hierbas jóvenes, especialmente de hoja ancha, sirve el vinagre alimentario, de vino, manzana, etc, pero para hierbas más grandes o de hoja estrecha, es mejor emplear vinagre concentrado de limpieza, a la venta en cualquier supermercado.
Modo de empleo
Una vez preparada la mezcla, se rocía con un pulverizador sobre la parte aérea de las plantas, mojando hojas y tallos a conciencia.
Como se ha dicho más arriba, conviene hacerlo en tan pronto como sea posible, cuando la vegetación es tierna. A medida que se endurecen las plantas, el remedio será menos efectivo o harán falta más aplicaciones para acabar con las malas hierbas.
Conviene aplicarlo cuando no se esperan lluvias inmediatas, y tampoco cuando las plantas están mojadas o la humedad ambiental es alta, ya que el ácido acético se degrada fácilmente en esas condiciones.
Como en las malezas grandes la raíz quedará viva, conviene dar una segunda aplicación a los 15 días, y quizás una tercera e incluso una cuatra, si se sigue observando rebrote.
Hay que tener en cuenta que el vinagre y la sal no son selectivas, es decir, afectan a cualquier planta, por ejemplo a los cultivos, por lo que habrá que aplicarlo antes de que nazcan las plantas cultivadas o con cuidado de no salpicarlas.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.