¿Pulgones en las plantas? Remedio definitivo
Las plagas de pulgón son una lacra para algunas plantas del huerto o del jardín, con las que estos minúsculos animales se ceban.
Suele aparecer año tras año por las mismas fechas y, si no se hace nada, cubren las plantas afectadas rápidamente, e incluso pueden colonizar otras que se encuentren cerca.
Los pulgones son pequeños áfidos que se alimentan de la savia de las plantas. Normalmente, se sitúan bajo las hojas, especialmente en las jóvenes de los brotes, donde perforan pequeños orificios por los que succionan los jugos. La planta acusa rápidamente la pérdida de savia. Las hojas se enroscan sobre sí mismas (síntoma característico), muestran protuberancias, un mal aspecto generalizado y falta de crecimiento. Si no se actúa rápido, la hoja termina por secarse y los pulgones se mudan a otra más tierna.
Suelen atacar las hojas más tiernas, aquellas que se están formando en los brotes del año, por lo que afectan gravemente al crecimiento de las plantas.
Además de debilitar las plantas, a través de las picaduras pueden entrar microorganismos endoparásitos que comienzan a atacar los tejidos desde dentro, por lo que además de estar debilitadas por la falta de savia, tendrán que luchar contra un infección interna.
Pero, la verdad es que es bastante sencillo y barato, eliminar los pulgones de las plantas con cosas que se pueden encontrar en cualquier casa. Veamos cómo hacerlo.
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Agua jabonosa, un gran insecticida
Pues sí, aunque parezca una broma, no lo es en absoluto. El agua con jabón es un buen remedio contra pequeños insectos plaga, como el pulgón o la mosca blanca.
Para preparar este insecticida casero para el pulgón, solo se necesita agua y jabón, ¿pero sirve cualquier jabón? En realidad cuanto más concentrado esté y más espuma haga, mucho mejor, pero eso se puede lograr simplemente aumentando la cantidad.
Se puede eliminar el pulgón con "Fairy", con otros lavavajillas y jabones específicos para una o para otra cosa, pero no es una buena idea. ¿Por qué? Pues porque para matarlo solo es necesario que se forme una fina película de jabón a su alrededor, nada más. Todos los aditivos químicos que los jabones industriales poseen, no ayudan en nada, pero sí quedan sobre las hojas y en el suelo como un residuo, o al menos como sustancias extrañas que quizás tengan algún efecto desconocido en estos.
El jabón ideal para este remedio casero, es aquel que sea lo más natural posible, como el que se hacía en casa antiguamente (conocido como jabón de Lagarto, o de Marsella), o mejor aún, un jabón potásico sin aditivos (colorantes, aromas, etc).
Aunque es muy fácil recurrir al lavavajillas verde que hay en todas las casas, hay que hacerse primero estas preguntas: ¿tendrá alguna sustancia que pueda absorber la planta? ¿Tomarán sabor los frutos o las hojas?
Quedó claro que el jabón lo más simple y natural posible, pero hay que tener con qué aplicarlo, si no imposible hacer nada. Un pulverizador cualquiera puede servir, ya sea uno especial para la agricultura (lo ideal) o el típico bote pulverizador que viene con muchos productos de limpieza del hogar, pero en este caso hay que lavarlo a fondo primero.
Pero, ¿por qué es mejor un pulverizador específico para agricultura/jardinería? Se explicará más abajo.
Preparación
➊Calcular la cantidad de agua que se necesitará en función de la zona que se va a tratar. Hay que tener en cuenta que hay que llegar a todas las hojas, especialmente por debajo de éstas y que muchas estarán enrolladas.
Por cada 10 litros de preparado, serán necesarios entre 50 y 300 gramos de jabón, según la capacidad que tenga este para hacer espuma y según las características del agua.
Esto se debe ir ajustando si se ve que resulta igualmente efectivo con menos cantidad de jabón. Como se ha dicho, depende de la cantidad de espuma que haga cada uno y de lo accesibles que estén los pulgones.
El pulgón morirá incluso con la mitad de jabón, pero cuanto menos concentrado más habrá que emplearse a fondo, pasando varias veces por cada zona.
➋Disolver bien el jabón —potásico, de marsella, casero, etc— en un recipiente con agua limpia distinto del pulverizador.
En agua caliente se disuelve mucho mejor, incluso sin tener que rallar la pastilla.
Si se usa jabón líquido es mucho más fácil de disolver. Solo hay que remover un poco la mezcla para lograrlo.
Ya se ha dicho más arriba pero repetimos: no se deben usar jabones industriales complejos (lavavajillas, jabón de lavadora, desengrasante, etc) porque pueden ser perjudiciales para las plantas y para el suelo, e incluso para el agua subterránea si se usan muy a menudo, o quizás para las personas e insectos beneficiosos.
➌Filtrar el preparado con una tela o filtro de café pasándolo ya al pulverizador.
Si el jabón es gel, este paso no es necesario, poniendo directamente la cantidad calculada dentro del pulverizador.
➍Llenar el pulverizador con el agua necesaria hasta completar la cantidad calculada y remover o agitar para que se mezcle todo bien.
Ya está preparado y listo para usar.
Cuánto más homogéneo quede mucho mejor. No importa si se queda la espuma arriba, porque abajo también habrá jabón disuelto en el agua.
Cómo y cuándo aplicar
Tan pronto como se detecte la plaga, o incluso antes si todos los años tiene lugar en las mismas fechas. Cuanto antes se haga, más fácil será erradicarla porque habrá menor número de pulgones, quizás solo los fundadores.
Aplicar mejor al amanecer o al atardecer, sin lluvia, ni viento, ni sol directo. De esta forma aumenta su efectividad. El agua jabonosa permanecerá más tiempo cubriendo las hojas y los pulgones. Por otro lado, se evitan las quemaduras en las hojas por la acción del sol y, por último, se evita la pérdida de preparado por acción del viento y "mancharse" con él.
Hay que ser muy concienzudos en la aplicación. Esto es fundamental. El agua jabonosa no es tóxica para el pulgón, simplemente lo asfixia al formar una película de jabón a su alrededor e impedir que respire. Por ello, se debe aplicar una buena cantidad sobre todas las hojas afectadas y las que se encuentren cerca, y muy especialmente dentro de las que estén enrolladas. Cuando se vea que la zona afectada ha quedado totalmente empapada y que gotea, se puede parar la aplicación.
Facilitan mucho esta labor los pulverizadores especializados para la agricultura o jardinería Permiten regular el chorro lanzado por la boquilla, haciéndolo más concentrado y potente, para llegar mejor mejor a todos los recovecos. Hay que mover la boquilla hasta que el agua con jabón saga esparcida pero con fuerza. Si las gotan son demasiado pequeñas, flotarán en el aire, y una mínima brisa se las llevará. La potencia del líquido es fundamental para que pueda introducirse en las hojas enroscadas, justo dónde suelen encontrarse grandes cantidades de pulgón.
Pasado un día tras la primera aplicación inspeccionar de nuevo la planta. Abrir las hojas curvadas y observar si pulgón está vivo o muerto. Si el tratamiento ha tenido éxito, los pulgones habrán perdido su forma original y estarán resecos o insumidos. Parecerán poco más que manchas en la superficie de la hoja, una especie de residuo oscuro. Si aún queda pulgón vivo, hay que dar una segunda aplicación o una tercera si hiciera falta. Con dos suele ser suficiente, siempre que se hagan bien y en días consecutivos.
Las hormigas suelen tener una relación clientelar con los pulgones, una simbiosis por la cual las primeras los protegen y transportan a cambio de la melaza, un líquido azucarado que excretan los pulgones.
Esta relación no se da en todas las especies de pulgones ni de hormigas, pero si se ven hormigas subiendo y bajando por la planta que tiene pulgón, entonces habrá que terminar con ambos a un tiempo. Si no se hace esto, las hormigas los traerán de nuevo.
Pulverizando bien las hojas afectadas y el tallo de las plantas, se eliminan muchas de ellas. Utilizan el tallo como camino para llevar las provisiones de melaza al hormiguero. Y sí, si son de pequeño tamaño, el agua jabonosa también las mata.
❂ Una cosa más...
Es posible que si los daños en las hojas son severos, éstas no se recuperen y permanezcan enrolladas o que se sequen y se caigan, incluso después de haber terminado con la plaga. Si ha actuado a tiempo no pasará nada, la planta podrá vivir perfectamente con las hojas arrugadas, o estas se caerán y en su lugar surgirán otras nuevas.
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Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.