Cómo enraizar esquejes rápidamente

Antes de comenzar a hablar de cuales son las mejores opciones para lograr que los esquejes enraícen muy rápido, hay que explicar algunas cosas importantes. De nada sirven los trucos si lo demás no es correcto.

La época del año

A continuación encontrarás un enlace a otro artículo en el que hablamos precisamente de esto, un aspecto crucial para que los esquejes salgan adelante rápido: las fechas.

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Como habrás visto, de nada sirve intentar un esquejado en la época inadecuada, según el clima del lugar y la biología de la especie de que se trate.

El tipo de esqueje

Como seguramente ya sabrás, un esqueje es un trozo de planta, normalmente un tallo o rama con una o varias hojas, pero según de qué parte se corte, enraizará mejor o peor, o puede que nunca llegue a hacerlo.

En general, los esquejes pueden ser herbáceos (de tejidos blandos), semileñosos (tallos que empiezan a endurecerse) y leñosos (tallos duros, con madera en su interior).

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En cada planta puede ser mejor o peor uno de estos tres tipos de esquejes, lo que puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso del mismo.

Es muy importante elegir el tipo de esqueje que mejor se adecue a cada especie y época del año.

Acelerando el esquejado

Ahora ya sí, hablemos de lo que seguramente te interesa. ¿Cómo hacer que los esquejes echen raíces muy rápido?

Pues verás, elegir bien la época y el tipo de esqueje ya es un muy buen punto de partida, así que nunca pases esto por alto, aunque suene repetitivo, pero como se ha dicho, hay más cosas que se pueden hacer, y son las que siguen.

Hormonas de enraízamiento

Este es el remedio al que más se recurre cuando se desea que los esquejes enraícen rápido, y la verdad es que es realmente eficaz.

Se trata de unos productos químicos líquidos, en gel o en polvo que son capaces de provocar que los tejidos de un esqueje emitan raíces más rápido, es decir, inducen el proceso, lo favorecen.

Esta inducción de un esqueje a producir raíces se da igualmente de forma natural, pero con menos intensidad y por ello el proceso es mucho más lento. Aunque depende de cada especie y de las condiciones ―entre otras cosas―.

Casi siempre son formulaciones a base de algunos de estos dos compuestos: ácido indol-butírico (IBA) ―el más utilizado― y ácido naftalen-acético (ANA). Ambos se encuentran dentro del grupo de las auxinas, unas fitohormonas que regulan el crecimiento vegetal.

Existen en el mercado muchos productos enraizantes, generalmente en forma de polvos. No son caros y, para un uso doméstico, duran bastante tiempo. Recomendable tener un bote en casa!

Estos son algunos de los que se venden en Amazon, tanto en polvo, como en gel y líquido. No hace falta decir que es importante seguir las instrucciones del fabricante, ya que lo contrario su efecto puede ser pequeño o incluso nulo.

Enraizantes caseros

No dejan de ser las mismas fitohormonas o parecidas. En realidad son más bien una mezcla grosera de materia orgánica en agua, y en medio de toda esa papilla casera, se encuentran las sustancias activas, las que desencadenan o aceleran en el esqueje la producción de raíces. Digamos que son como los enraizantes comerciales pero menos concentrados y mucho menos puros.

Estos preparados se extraen generalmente de semillas en germinación. Uno de los más conocidos y usados es el enraizante a partir de lentejas. El funcionamiento es sencillo de entender: al poner las lentejas en agua, comienza su germinación, proceso en el cual se liberan muchas hormonas, algunas de las cuales "dicen": fórmense raíces! Si estas últimas se llevan al medio donde está plantado un esqueje, harán lo propio en los tejidos de este.

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Calor, luz y humedad

Aunque quizás no tan importantes como las hormonas, pero casi a la par. Estas tres cosas son fundamentales para una emisión de raíces rápida.

El calor es necesario para que los vegetales puedan tener una buena actividad, hacer la fotosíntesis, crecer, emitir raíces. Por el contrario, cuanto más baja sea la temperatura, más lentamente se producirá la emisión de raíces.

De la luz extraen las plantas la energía, que a su vez es necesaria para producir nuevos tejidos, como los de las raíces y los brotes o nuevas hojas. Si la luz es escasa, todo el proceso se ralentiza. Pero tampoco puede ser muy intensa, ya que como el esqueje apenas puede absorber agua ―porque aún no tiene raíces―, pero sí la pierde a través de las hojas ―y más cuanto mayor es la luminosidad y menor la humedad del aire―, terminaría marchitándose en poco tiempo.

Por último la humedad, que a su vez está relacionada con los dos anteriores, como acabamos de ver. Quedamos que el esqueje pierde agua por sus hojas ―transpira como toda planta―, y como ya dijimos, al no contar aún con raíces, es poca la que puede reponer. Si este desequilibrio se mantiene, el esqueje irremediablemente se seca y muere. Para evitarlo, como en la parte de la absorción poco se puede hacer ―hasta que las raíces vayan apareciendo por su cuenta―, hay que reducir la transpiración. ¿Cómo? Pues primero dejando solo las hojas necesarias y retirando el resto, y luego manteniendo un ambiente húmedo, ya sea cubriendo el esqueje con un plástico, conservándolo dentro de un invernadero, rociando agua con frecuencia y, además, procurando que no haya corrientes de aire.

Fertilización foliar

Aunque este aspecto no es tenido normalmente muy en cuenta, lo cierto es que los esquejes son plantas vivas que necesitan nutrirse.

Como en un principio no habrá raíz alguna, y posteriormente solo unas pocas de escaso desarrollo, es crucial la fertilización foliar para suministrar nutrientes a través de las hojas, siempre y cuando el esqueje las tenga.

Un abono foliar a base de nitrógeno y fósforo sera suficiente para acelerar enormemente el desarrollo del esqueje (brotación) y la producción de raíces. Para ambas cosas son necesarios recursos, los mismos que el esqueje apenas puede obtener del medio.

La mayoría de los esquejes que fracasan, lo hacen por agotamiento o debido a la infección por patógenos, o ambas cosas.

Exposición del floema

Otro factor importante para la rápida aparición de raíces es un esqueje, es el área de exposición del floema, el tejido vascular que recorre la "corteza" en su interior. Dicho tejido queda expuesto cuando se corta un tallo para realizar un esqueje, justamente en los bordes del corte.

Pues bien, un corte recto, transversal al tallo o rama, siempre dejará menos superficie expuesta que uno corte oblícuo.

Además, se puede mejorar la exposición del floema produciendo daño en la corteza, ya sea raspándola, retirando una tira de ella o bien haciendo una hendidura en el extremo inferior del esqueje, como si se fuera a partir por la mitad.

Antiguamente, cuando nadie sabía de la existencia de las hormonas de enraizamiento, los campesinos hendían el extremo inferior del esqueje con una navaja, y para mantener el corte abierto, introducían en medio una pequeña piedra, o en otras zonas, un grano de trigo. En ambos casos se obtiene una mayor exposición del floema, pero además, cuentan que el grano de trigo al germinar ejercía una influencia en el esqueje (hormonas) y lo incitaba a producir raíces más pronto.