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Oregano

Cosecha o recolección del orégano

El orégano se puede cosechar durante todo el año o solo durante la época de floración, en función de la parte de la planta que queramos recolectar y del uso que le deseemos dar, ya que tendrá más o menos aroma y sabor
Publicado: (última modificación 27 Nov 2018) Por Foto del autor Sígueme

Es posible recolectar el orégano de dos formas diferentes.

Una de ellas se puede llevar a cabo a lo largo de todo el año, mientras que la otra se reduce solo a unas pocas semanas a finales del verano, cuando la planta adquiere unas características especiales.

Orégano en floración

Habrá que planificar cuándo se recoge el orégano según se vaya a consumir fresco o seco.

También habrá que proceder de distinta manera según se desee mayor o menor concentración de sustancias aromáticas y medicinales en la planta.

Curioso ¿verdad? Continúa leyendo y descubre de qué se trata.


Recolección de hojas o de flores

En efecto, estas son las dos formas en las que se puede recolectar el orégano. Bien sus hojas o bien las sumidades floridas que se forman en algunos tallos durante la época de floración.


Hojas

Las hojas se pueden recolectar durante todo el año, puesto que la planta las conserva en todo momento, si bien es cierto que su sabor y aroma serán más o menos intensos en función del momento en el que se realice la cosecha.

Las hojas del orégano se pueden cosechar en cualquier momento pero son más aromáticas justo antes de que la planta entre en floración.

El momento en el que las hojas son más aromáticas parece ser que se da justo antes de la floración del orégano, que suele ocurrir a partir de mediados del verano ―dependiendo de la fecha de trasplante o de si se ha cortado la planta―.

Esto es similar a lo que ocurre en muchas otras plantas cuando suben a flor —como por ejemplo la lechuga—; los recursos se movilizan hacia las flores en detrimento de la calidad de las hojas, que se vuelven menos jugosas y más amargas.

¿Y cuándo florece el orégano? Pues desde mediados del verano hasta el otoño, dependiendo del clima y de cuando se haya plantado.


Flores

Como ya adelantamos más arriba, la otra parte del orégano que se suele consumir son las sumidades floridas, o para entendernos mejor, los racimos de flores y pequeñas hojas que aparecen durante la época de floración al final de los tallos.

Los frascos de orégano seco que se pueden adquirir en cualquier centro comercial, suelen contener esta parte de la planta desmenuzada.

Las "flores" son mucho más aromáticas que las hojas aunque, por contra, la planta las produce en menor cantidad y durante un breve periodo de tiempo. Son las que se usan en las destilaciones para extraer sustancias aromáticas derivadas de esta planta.

En cuanto al mejor momento para realizar la cosecha de las sumidades, no está del todo claro. Algunas informaciones hablan de que es mejor realizarla cuando alrededor de un 10% de las flores están abiertas, mientras que otras afirman que es preferible esperar a la total floración, o incluso a que esté a punto de finalizar.

Cosechar las inflorescencias cuando al menos una parte de las flores estén abiertas.

Este nivel de detalle puede ser importante en las plantaciones comerciales, pero a nivel doméstico no es necesario hilar tan fino.

Se puede comenzar la cosecha de las inflorescencias desde que aparecen y continuar durante todo el periodo de floración. Nosotros intentamos realizarla cuando observamos que una parte de las flores están abiertas aunque no siempre llegamos a tiempo.


Para consumo en fresco o seco

Tanto las hojas como las flores del orégano se pueden consumir frescas o secas.

Para fresco, simplemente hay que cortarlas, lavarlas con agua limpia y utilizarlas.

En cambio, para conservar en seco y consumir más adelante, hay que deshidratarlas previamente, ya sea de forma natural o no ―en horno o mediante corriente de aire caliente―. Pero eso lo explicaremos en un artículo específico.

Y ya para terminar, decir que es preferible cosechar el orégano después de unos días de tiempo seco en los que se ha suprimido el riego —si es que se estaba regando— por que así la humedad de la planta habrá disminuido y los aromas estarán más concentrados, además de que las hojas y flores se secarán más rápido, si eso es lo que queremos.

Autor José A. Amigo

Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.