Época de poda del limonero ¿Cuándo es mejor?
El limonero puede podarse siguiendo los mismos principios, también en cuanto a la época, que se aplican a la poda del resto de cítricos, como la naranja, la mandarina, el pomelo, pero teniendo en cuenta que de todos ellos, el limonero es el más sensible al frío, y el que más sufrirá si se poda cuando no toca.
El aspecto más importante que hay que tener en cuenta a la hora de planificar cuándo podar el limonero, son las bajas temperaturas (próximas a 0 °C)
En general, siempre hay que evitar podar el limonero en épocas con riesgo de heladas, aunque estas sean ligeras.
Se sabe que ante una helada, los limoneros que han sido podados resisten peor las bajas temperaturas, pudiendo sufrir daños más severos por frío que aquellos que no se podaron. Esto es debido a que el aire frío se cuela mejor hacia el interior de la copa cuando se han suprimido una parte de las ramas de esta, algo que en un limonero denso no pasa de forma tan acusada.
El limonero de la foto anterior, poco después de plantarlo estaba tan lozano como se puede ver en la imagen, pero una poda en mal momento (antes de una helada), dañó tanto el árbol que nunca se recuperó.
Mejor estación para podar el limonero
A grandes rasgos, la primavera es la mejor época de poda del limonero, una vez pasado el riesgo de heladas. En esa estación cambiante, ante la duda siempre será mejor retrasar la poda que adelantarla, para evitar los daños que una helada tardía pueda ocasionar.
En climas en los que no se da una primavera como tal, es mejor podar el limonero al final de la época de lluvias o al inicio de la estación seca, aunque como en esos climas normalmente no hay heladas, se podría incluso podar en cualquier momento, evitando hacerlo cuando el árbol está brotando, floreciendo o con frutos en desarrollo.
En verano también se puede podar, pero siempre que la poda sea ligera, por ejemplo para quitar algún chupón, rama seca o enferma, ramas bajas, etc. Los limoneros adoran el sol y las altas temperaturas, pero la luz solar intensa daña la corteza del tronco o de las ramas irremediablemente. Aparecen heridas, corteza agrietada y seca que al final se cae, dejando a la vista la madera, y por tanto, la rama o tronco termina muriendo. Por esto, si se poda en pleno verano, que sea con cuidado de no dejar zonas de corteza al sol, y si eso pasa, entonces deberán pintarse con cal o con otra pintura al agua no tóxica y de color claro.
Paradas vegetativas
El limonero suele detener su crecimiento con la llegada de las bajas temperaturas, mediado el otoño y durante el invierno, retomándola en primavera.
De igual forma, cuando aprieta el calor del verano, frena de nuevo en su desarrollo y lo reanuda una vez que las temperaturas se hacen más suaves, a finales del verano y durante la primera mitad del otoño.
Estas paradas vegetativas, que serán distintas en cada clima, se pueden aprovechar para realizar podas, excepto en climas en los que se van a producir heladas poco tiempo después, o como ya se dijo más arriba, evitando dejar expuestas al sol del verano partes de la corteza.
Si no se dan ninguno de estos inconvenientes, podar durante las paradas vegetativas es beneficioso para el árbol porque perderá menos recursos que si la poda se hace cuando está brotando, en floración o con frutos en crecimiento.
Fechas de poda
A continuación, se van a concretar un poco más las fechas de poda según diferentes circunstancias que se pueden dar.
Limonero joven en formación
Se puede podar en cualquier momento del año, excepto cuando haya riesgo de heladas, o en pleno verano si se van a dejar partes de la corteza al sol (pintar con cal o pintura especial).
Siempre es mejor cortar una rama mal situada en cuanto sea detectada, por ejemplo un chupón, que esperar un año entero. Con el paso del tiempo se hará más grande y gruesa, y para ello consumirá muchos recursos del árbol que podrían haber sido aprovechados en otras ramas que si fueran a conservarse.
Limonero con fruto
En este caso es mejor podar una vez cosechados los limones, siempre que haya pasado el riesgo de heladas, de forma que cuando el árbol rebrote, ya no se verá afectado su desarrollo.
Algunas variedades, como los limoneros 4 estaciones, tienen flores y frutos casi todo el año, por lo que será mejor podarlos cuando tengan menos o cuando la mayoría sean flores o frutos pequeños.
Limonero con vecería
Se trata de árboles que alternan buenas producciones con otras bastante malas, es decir, un año dan muchos limones y de buen tamaño, y al siguiente apenas producen o son de muy pequeño calibre. Esto suele deberse a que el año que produce muchos frutos, el limonero gasta tantas reservas que luego no tiene tiempo de recuperarlas, por lo que la siguiente producción es pobre.
En esta situación será mejor podar tras la caída de los pétalos y hasta el mes de junio (no aplicable para el 4 estaciones), para que al eliminar algunos futuros frutos, el árbol no se agote tanto ese año y al siguiente pueda dar una cosecha similar.
Podas intensas
Siempre que sea necesario cortar grandes ramas, habrá que esperar a la primavera. Mientras tanto es recomendable despuntarlas para reducir su crecimiento y evitar así que consuman aún más recursos.
Como se mencionó ya un par de veces, si se cortan grandes ramas o muchas menores, hay que tener cuidado con la radiación solar en las zonas de corteza que habrán quedado al sol. Si a finales de primavera aún no se han sombreado por el rebrote del limonero, entonces habrá que pintar la corteza para protegerla.
En climas sin primavera
Aunque ya se habló de esto al inicio del artículo, para el caso de países en los que la primavera no existe como tal, la poda del limonero se puede realizar tras la estación más fría o durante la época de más calor, en los que el crecimiento del árbol se encuentre detenido.
Soy ambientólogo, especialista en Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente, autodidacta y embarcado desde hace casi dos décadas en el mundo web, amante de la naturaleza y de la vida saludable. Tengo un gran huerto familiar ecológico.